Tatuadora de 106 años conquista el mundo con su arte y protagoniza una portada

Historias
hace 1 año

Durante los últimos años, ha quedado claro que la edad no es un impedimento para lograr cualquier sueño o un reconocimiento. Cada vez más personas están alcanzando grandes éxitos en la madurez, y la mujer cuya historia descubriremos hoy es un ejemplo de ello. A los 106 años, Apo no solamente se convirtió en la mujer más longeva de la portada de la revista Vogue, sino que también logró darle visibilidad al trabajo que realizó como tatuadora durante casi un siglo.

Además de triunfar en industrias como el modelaje, el cineel diseño, muchos famosos que han alcanzado la madurez también rompen con los estereotipos sobre el amorla maternidad, y demuestran que se puede perseguir la felicidad en todos los aspectos a cualquier edad.

Apo Whang-Od, también conocida como Maria Oggay, es una tatuadora que nació en 1917 en una región montañosa del norte de Filipinas. Es considerada una de las últimas maestras del antiguo arte del tatuaje filipino, tradicionalmente conocido como “batok” o “patik”.

Apo comenzó a tatuar a los 16 años y fue su padre quien le enseñó todo el proceso siguiendo la tradición familiar de su tribu, los Butbut Kalinga. En esa época, tatuar era una práctica común y además representaba un ritual. Era una forma de marcar la transición a la edad adulta y un medio para conectarse con los antepasados y con el mundo espiritual.

Whang-Od fue la primera y única mujer de la época que se dedicaba al tatuaje en su tribu. Durante su juventud viajaba a las aldeas vecinas y también a las más lejanas para colocar los símbolos sagrados de sus antepasados en las personas que habían pasado o estaban a punto de pasar a una nueva etapa en su vida.

El estilo de tatuaje filipino es distintivo y consiste en patrones geométricos y símbolos tribales que se aplican a mano alzada con una aguja y tinta negra hecha de hollín y agua. Generalmente, se colocan los símbolos en la parte superior del cuerpo, como los brazos, la espalda y el pecho. Los diseños también tienen significados específicos, como protección, fertilidad o estatus social.

El trabajo de la artista requiere de una gran precisión y excelencia en la técnica, ya que para completar un tatuaje, podía tardar días enteros. En el pasado, Whang-Od solía cobrar un cerdo grande o varios kilos de arroz. En su región existe la creencia de que cuando las personas fallecen, no pueden llevarse las posesiones materiales o su oro al más allá, por lo que lo único que verdaderamente queda son las marcas en la piel.

En esta cultura las mujeres sin marcas eran consideradas imperfectas e indeseables. Sin embargo, todo cambió cuando llegaron los misioneros y construyeron escuelas en Kalinga. Obligaron a las niñas del pueblo a cubrirse los brazos con mangas largas y el tatuaje se convirtió en una vergüenza cuando las mujeres comenzaron a buscar un futuro mejor en la ciudad.

Finalmente, cada vez menos niñas de la siguiente generación continuaron con la tradición, ya que no coincidía con los estándares de belleza y de respetabilidad de Occidente. A pesar de la disminución de la práctica del tatuaje en la región, Apo no abandonó su trabajo ni sus valores y siguió tatuando a lo largo de su vida.

La filipina se ha convertido en una atracción turística en su región, y gente de todo el mundo viaja a su aldea para admirar su arte y hacerse uno de sus tatuajes. En 2018 incluso fue galardonada con un importante premio por su contribución a la preservación del patrimonio cultural de Filipinas.

A pesar de toda su fama y de haber sido la portada de la revista Vogue a los 106 años, la mujer ha conservado su naturaleza alegre y humilde. La tradición dicta que solamente las personas de su linaje pueden seguir con la tarea, sin embargo, Apo no tuvo hijos para poder enseñarles su arte. A pesar de eso, actualmente le está transmitiendo sus conocimientos a su sobrina nieta, quien es su familiar más cercana.

A los 106 años, Whang-Od sigue siendo una figura respetada y venerada en su comunidad y en todo el mundo. Muchas personas hacen largos viajes y travesías para acudir al lugar en el que trabaja la artista, ya que está bastante alejado de la sociedad moderna. El papel de esta mujer en la promoción de la cultura de su pueblo es una inspiración para todos, y nos anima a conservar y honrar siempre nuestras costumbres y raíces.

Imagen de portada Great Big Story / YouTube

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