Mi matrimonio se ha desmoronado por culpa de un pastel de cumpleaños

Verter jabón líquido en una fuente, atar las sábanas con un nudo marinero o bien ofenderse porque no había una figurilla de dinosaurios en la habitación... Esto no es más que el principio de la lista completa de cosas que están dispuestas a hacer algunas personas cuando se hospedan en un hotel. A menudo, el comportamiento de los huéspedes puede poner los pelos de punta incluso al conserje y la camarera de piso con la sangre más fría. Solo tienes que fijarte en las historias que comparten los usuarios en Reddit y Pikabu.
Genial.guru decidió averiguar con qué tipo de huéspedes los hoteles no están para nada contentos. ¡Y no es para menos!
El primer puesto de esta lista, por supuesto, lo ocupan las personas sucias, así como también aquellas que se dedican a estropear los bienes del hotel. De los huéspedes violentos pueden dar fe los muebles y griferías que lo sufren con más frecuencia. En uno de los hoteles, un cliente vertió jabón en una fuente y esta estuvo haciendo burbujas durante casi una semana.
Y las camareras de piso se quejan de que regularmente tienen que limpiar en la habitación, e incluso en los rincones apartados del hotel, CUALQUIER producto fruto de las necesidades vitales de algunos clientes.
"No pudimos encontrar un estegosaurio, pero aquí le dejamos un parasaurolophus. Esperamos que también le sirva porque, para los estegosaurios, es difícil sobrevivir hasta nuestros días. ¡Cuidado, muerde!"
Antes de alojarse, algunos clientes pueden expresar sus deseos muy extraños e inesperados. Por supuesto, siempre que resulte posible, el personal del hotel intentará complacer las extrañas demandas, pero luego habrá una multitud de comentarios inquietos en su círculo cerrado, algunos de ellos, torciendo un dedo en la sien.
Por ejemplo, uno de los clientes pidió que en su habitación hubiera una figura de un estegosaurio.
Sucede que los clientes también muestran su creatividad intentado hacer sonreír a las camareras de piso con sus "obras maestras" creadas con edredones, almohadas y toallas. Un viajero de Azerbaiyán incluso entabló un tipo de diálogo con una empleada, creando una nueva composición y recibiendo a cambio notas con emojis.
Llevarse como recuerdo ceniceros, albornoces, toallas, platos, electrodomésticos y artículos de interior de un establecimiento hotelero no es solo un gesto de mal gusto, sino un verdadero robo. Con frecuencia, los hoteles proponen la opción de comprar algunas cosas. Por ejemplo, si realmente te ha gustado la bata de baño y ya no te imaginas la vida sin ella, entonces puedes preguntar cómo adquirirla por los cauces adecuados.
Algunas veces, las personas con fuerte poder adquisitivo se dedican a robar simplemente por las sensaciones que el delito les provoca.
El gran quebradero de cabeza para los hoteles suele provocarlo la visita masiva a sus instalaciones de deportistas. Y en esto coinciden tanto jóvenes como adultos. Los equipos de hockey protagonizan las quejas más especiales por parte del personal del hotel, ya que a la gran cantidad de uniformes y herramientas para el juego, a menudo, se suma un olor fuerte y desagradable (que luego permanece en la habitación durante mucho tiempo).
Con mayor frecuencia, los empleados hoteleros no pueden hacer frente a los deportistas jóvenes. Hacen ruidos, molestan a otros huéspedes, algunos incluso entrenan por los pasillos y las habitaciones, causando daños a los bienes del establecimiento.
También se producen quejas por las animadoras de estos equipos deportivos.
Los hoteles constantemente se quejan de los cosplayers y aficionados al anime. Según los conserjes y camareras de piso, los jóvenes que asisten a las reuniones de cosplayers, con frecuencia, se olvidan de su higiene personal durante varios días. Lo hacen alegando a que el maquillaje y el peinado son demasiado caros.
"Ni siquiera se dan cuenta de su propio olor. Se reúnen en su campo de juego y simplemente desprenden un fuerte hedor todos juntos".
Sorprendentemente, sobre los góticos y aquellos a los que les encanta el heavy metal, prácticamente no se producen quejas. Resulta que "los hombres de negro" son aficionados a la limpieza y solo dejan el olor a laca para el cabello tras su alojamiento. Los adictos al metal, fuera del escenario, son personas muy tranquilas y bien educadas.
Las mujeres que asisten a programas y talleres para perder peso causan más de un dolor de cabeza a los empleados hoteleros.
Los trabajadores de hoteles instan a los clientes con una gran misiva humana: por favor, vístete cuando pidas que te lleven el desayuno a tu habitación. A menudo, sucede que el cliente recibe el carro con comida vestido con una simple toalla o en ropa interior. No está de más recordar que los empleados también son personas, y por tanto, esta situación es del todo incómoda.
¿Coincides con que este tipo de comportamiento no debería permitirse en un hotel? ¿O tienes otra opinión al respecto? Comparte tus reflexiones en los comentarios.