Madre lleva a una bebé desahuciada en el útero durante todo su embarazo para donar sus órganos
El embarazo es una de las etapas más maravillosas y emocionantes en la vida de una mujer. Es un proceso en el que se desarrolla y crece una nueva vida dentro del vientre materno. Durante aproximadamente nueve meses, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de cambios fisiológicos y hormonales para adaptarse al crecimiento y desarrollo del bebé.
El embarazo también es un período de gran importancia tanto para la madre como para el bebé. Durante este tiempo, se establece un vínculo especial entre ambos, y la madre asume la responsabilidad de proporcionar un entorno seguro y saludable para el desarrollo del feto. Además, el embarazo implica una serie de cuidados y controles médicos para asegurar el bienestar de la madre y del bebé. Es un momento lleno de expectativas, alegría y preparación para la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Sin embargo, en ese proceso también hay que tomar decisiones que son capaces de transformarnos por completo y que pueden doler en lo más profundo del alma, pero que, sin lugar a dudas, están llenas de un profundo y verdadero amor. Por ejemplo, tener que despedirse de los seres queridos es quizá lo más difícil que debemos soportar, y más cuando esa decisión depende de nosotros.
Esta es una conmovedora historia que habla de un amor que no tiene límites. En Tennessee, Krysta Davis, una joven de veintitrés años, estaba embarazada. Ella y su novio, Derek Lovett, estaban felices porque pronto le darán la bienvenida a su primera hija, Rylei Arcadia Diane Lovett.
Tristemente, a las dieciocho semanas los médicos tendrían que darle a la joven pareja una noticia que cambiaría su vida para siempre. La pequeña Riley tenía una anomalía que más adelante se confirmaría que se trataba de anencefalia, una extraña condición a la que el bebé le faltan partes del cerebro o del cráneo. “Definitivamente fue impactante. Fue una gran angustia saber que habíamos tenido un aborto espontáneo anteriormente y que estábamos teniendo complicaciones con este embarazo. Fue realmente difícil de asimilar”, confesó Davis en una entrevista, quien sin lugar a duda quería ser madre.
Los médicos le dijeron a Davis que Riley no podría vivir más de treinta minutos con esa condición, que lo más seguro es que dejara de respirar antes de cortar el cordón umbilical. Es imposible imaginar el dolor que puede sentir una madre cuando sabe que esa nueva vida que lleva en el vientre y que está destinada a llenar sus días de amor ya no estará y que no puede hacer nada para retenerla.
Los galenos le dieron dos opciones a Davis: interrumpir el embarazo en ese momento o llevarlo hasta el final y donar sus órganos. Serían nueve meses en los cuales los lazos entre madre e hija se harían más fuertes, cuarenta semanas en las cuales la madre soñaría con ver a su hija crecer y luego ver esfumarse sus sueños pero jamás el amor.
“Decidimos que aunque no pudiéramos llevar a nuestra hija a casa, ninguna madre tendría que pasar por lo que íbamos a pasar nosotros”, admitió Krista. Entonces, Davis llevó a Rylei a término y dio a luz a su bebé en Nochebuena a las cuarenta semanas. “Fue el sentimiento de amor más abrumador que he sentido en mi vida. Al mirarla, nunca supe que podría amar tanto a alguien”, dijo la madre.
Sí, nació un 24 de diciembre del 2018, como si tratase de un milagro. Los médicos se equivocaron, vivió una semana, una semana en la que dejó grabados sus ojos verdes, su pequeña mano y su aroma en Davis, para luego soltar su último suspiro y dejar el mundo de los vivos y convertirse en el más hermoso de los recuerdos.
Después de la muerte de Rylei, se entregaron sus válvulas cardíacas a dos niños y sus pulmones a un hospital de investigación. “Ha sido muy difícil aceptar el hecho de que ella realmente se fue. Pero también ha sido un gran mes en el que tenemos que compartir su historia”, dijo Davis. “Ha sido de gran ayuda poder ayudar a otras mujeres en nuestra situación y escuchar sus historias. Nos alegra el corazón saber que la vida de Rylei dará a otros dos bebés una segunda oportunidad en la vida”.
“Pequeña, pero poderosa”.
No cabe duda de que hay quienes llegan a tener un impacto maravilloso en otras personas sin siquiera saberlo. Sabemos que esta experiencia no fue sencilla para su madre, pero no dudamos que Rylei vivirá siempre a través de todas las vidas que salvó.