Maestros revelaron los resultados de un experimento en el que las niñas y los niños estudiaron por separado durante tres años
Ya en en la jardín de infantes los niños y niñas prefieren juegos diferentes y piensan de forma distinta. Pero, en la escuela, los requisitos para ambos serán los mismos. En una escuela de una región de Rusia, los maestros decidieron realizar un experimento inusual.
Genial.guru te cuenta en qué consistió y los resultados que ellos aseguran que han obtenido.
Esta escuela ya ha hecho públicos los primeros resultados del experimento, que comenzó en el año 2014. Los profesores de las clases experimentales ahora están convencidos de que para los niños esto es lo mejor.
Los niños asisten a la mayoría de las clases por separado, pero se educan juntos: en las pausas entre clase y clase, en el recreo, educación física, comedor, excursiones y actividades extraescolares, no se segregan. Al terminar la escuela primaria, planean unir las clases, de modo que la comunicación entre ellos sea en vivo y no en las redes sociales. A partir de los 12 años, llega una edad en la que empiezan a importar mucho los amigos, la elección propia, así como se desarrolla la personalidad en sociedad.
En muchas escuelas en las que separan a los niños en función de su género, las clases para los varones se centran en los deportes, por ejemplo, el hockey, y optan más por los hombres como profesores: educación física, entrenadores en escuelas deportivas, para que los chicos tomen el ejemplo correcto de su género. Sin embargo, sigue siendo problemático encontrar un hombre para el papel de maestro de clase: en las escuelas rusas predominan las mujeres en la enseñanza.
A las chicas intentan prepararles clases de coreografía y costura. A menudo se imparten clases en la Casa de la Cultura de la localidad.
Las niñas y los niños se distraen más si están juntos
Los psicólogos saben muy bien que si en un aula hay estudiantes de ambos sexos, entonces cualquier niño o niña, incluso inconscientemente, trata de causar buena impresión y, por lo tanto, se distrae en clase, la atención disminuye y se pierde más la concentración.
En las clases mixtas, en los varones cambia su esencia masculina
Tanto padres como científicos saben que, a una edad temprana, los chicos están mental y físicamente por detrás de sus compañeras unos 2 o 3 años: su hemisferio izquierdo se desarrolla más lentamente. Por lo tanto, el sistema educativo en las escuelas está dirigido a las niñas. Es vergonzoso y humillante cuando se ríen de ti si estás respondiendo en la pizarra. Esto acaba provocando un complejo de fracasado y provoca una conducta agresiva hacia otros compañeros y adultos.
Para los niños, es natural el anhelo del riesgo para poner a prueba su fuerza de voluntad y su espíritu, el deseo de ser primero, ser un héroe y tomar decisiones por sí solo. ¿Cómo educar a hombres de verdad si se ven obligados a repetir soluciones dadas y permanecer quietos?
Las chicas prefieren lo concreto y un algoritmo claro
En las clases separadas por género, les resulta más fácil a los maestros tener en cuenta la psicología de cada sexo en concreto. Las chicas resultan ser tímidas en la comunicación y diligentes en el aprendizaje. Son importantes para ellas los detalles y el proceso en sí. Aunque dominan bien las tareas repetitivas y pueden manejar fácilmente un algoritmo concreto siéndoles más fácil seguir los pasos dados, se cohíben delante de los chicos y, a veces, la clase acaba convirtiéndose en una especie de habitación vacía.
Cuando los varones no están, las féminas se sienten más a gusto, no temen levantar la mano, cometer errores, ayudarse mutuamente con placer y sin ningún tipo de sentido del ridículo.
A los varones les resulta importante el por qué de las cosas y no las reglas y soluciones dadas
Los chicos deben adquirir conocimientos por sí solos. No llevan a cabo la tarea siguiendo los pasos establecidos, sino que intentan pensar y hacerlo por ellos mismos, quieren deducir la regla por su cuenta atendiendo a lo que dijo el maestro. Por lo tanto, cada tarea supone para ellos una aventura. Su percepción es más holística, imaginativa y emocional. A los varones les gustan preguntas de una naturaleza problemática y están activamente involucrados en la búsqueda de soluciones para responder primeros.
Las chicas prefieren las tareas en grupo
En las clases de este experimento, se notó que las niñas trabajan bien en tareas colectivas. Inmediatamente, son capaces de asignarse roles, se consultan mutuamente y encuentran soluciones en grupo. En tareas individuales, se comportan de forma indecisa, aun conociendo la respuesta correcta.
Además, los maestros observaron que siempre se debe alabar a las chicas, incluso por sus errores, porque de lo contrario, podrían encerrarse en sí mismas y, la próxima vez, tener miedo de responder. Los chicos no entenderían un enfoque así, según precisan.
En clases separadas, los chicos aplican sus virtudes de liderazgo
Cuando no están las chicas, ellos no vacilan en decir lo que piensan, expresar sus ideas, incluso si estas van en contra de lo generalmente aceptado. Y aunque el ruido constante y los gritos son la norma, los maestros notaron que los chicos en las clases del experimento presentaban menos agresividad. En presencia de una chica, cada uno de ellos trata de hacerse notar. Pero en clases separadas, todos son iguales y sus intentos de afirmarse se pueden redirigir al desarrollo de sus cualidades de liderazgo.
Otra observación contemplada: todos los chicos se comportan con dignidad. Cuando a esta clase llegó un alumno de la mixta, donde peleaba mucho, sus nuevos compañeros lo reeducaron rápidamente.
El respeto por un maestro en las clases separadas por género es mayor
En las clases separadas, las chicas se expresan más. Y los chicos, cuando no hay nadie con quien presumir, no discuten con el maestro. Al principio, resulta más complicado entrar en su círculo de confianza, pero luego son más devotos al profesor.
La tutora puso un ejemplo: un día se le olvidó recordarles a los niños que debían limpiar el aula donde estudiaban. Cuando, al día siguiente, observó la clase totalmente limpia, los chicos dijeron: "¡No se preocupe por eso, en absoluto! ¡Ya somos adultos!"
En clases separadas, los alumnos ostentan una mejor salud y una mejor postura corporal
La directora del departamento de pediatría de una academia de medicina en la zona del experimento señaló que estos niños y niñas se habían vuelto mejores también en cuestiones de salud. En la clase de los varones, los chicos no se encorvan. Monitoreándolo en el tiempo, los médicos comprobaron que los alumnos, en general, se empezaron a enfermar menos.
Se observó que en las clases mixtas, durante los primeros seis meses, los alumnos pierden peso como resultado del estrés y su adaptación. En las clases separadas, esto no sucede.
Las buenas calificaciones en las clases separadas aumentaron significativamente
El doctor Bazarni afirma en una entrevista lo siguiente: "Las niñas y los niños están interesados por cosas diferentes. Les leo un mismo cuento, a las chicas les impresionan ciertas imágenes, significados, sentimientos, y los chicos lo hacen por otras cosas completamente diferentes. El maestro no puede mantener el interés de ambos géneros en las clases mixtas, es necesario forzar y presionar. La educación empieza a basarse en la obediencia, la disciplina y el castigo de los malos resultados académicos. Desafortunadamente, todas las escuelas se basan en esto. Antes de separar a los estudiantes en función del género, los alumnos con notas excelentes abarcaban el tres por ciento. Tras el experimento, el rendimiento se incrementó de ocho a diez veces".
El experimento resultó exitoso, pero no lo ven así los que están en contra
El enfoque basado en el género para el aprendizaje, no solo tiene partidarios, también oponentes. Los que lo rechazan estiman que es un paso atrás en relación con la pubertad. La directora de esta escuela respondió a estas argumentaciones alegando que el problema radica en la cantidad excesiva de niños juntos, ya que acarrea en ellos una pérdida de su identidad de género. En Rusia, el número de estudiantes embarazadas ha aumentado, ese es el problema, sostiene.
Algunos precisan que este supone el primer paso hacia el racismo y la separación en función de capacidades mentales y/o físicas. Incluso existe una corriente de opinión que expone que un aula masculina es un caldo de cultivo para educar futuros maníacos. La experiencia de un aprendizaje separado por género y en paralelo revela lo contrario, y hasta ahora, todos estos ataques acaban fracasando, ya que los niños y las niñas se comunican entre ellos durante mucho tiempo fuera de las aulas.
¿Y tú, a qué clase llevarías a tu hijo? ¿Qué piensas de este experimento? Comparte tu opinión en los comentarios.