12 Historias reales de personas que tomaron un camino sin vuelta atrás

A veces, incluso alguien a quien queremos mucho puede decir algo tan fuera de lugar que arruina por completo lo que podría haber sido un día perfecto. Una de nuestras lectoras nos escribió en busca de consejo después de un momento muy incómodo con su sobrina adolescente. Lo que debía ser una divertida salida de compras se arruinó antes de comenzar.
¡Hola Genial!
Siempre me ha encantado pasar tiempo con la hija de mi hermano. Aunque ya tiene trece años y tiene sus propios amigos e intereses, seguimos siendo muy unidas. La llevo a almorzar, tenemos noches de películas y realmente valoro muchísimo esos momentos a solas con ella.
Últimamente no me he sentido bien con mi apariencia. Recientemente pasé por una ruptura difícil. Digamos que no me ha dejado sintiéndome, ni viéndome, en mi mejor versión.
No he tenido ánimos para ir al gimnasio, y tampoco he cuidado mi alimentación como antes. Mi sobrina siempre tenía una forma de hacerme sentir mejor cuando estaba desanimada.
Por eso me emocionaba tanto nuestro día de compras. El problema fue que, justo antes de salir, mi sobrina hizo un comentario sobre mi cuerpo. Me miró de arriba abajo y dijo: “¡Ew! ¿Ese es tu outfit? Está horriiiible.”
Cuando le pregunté qué le parecía mal, me señaló y dijo: “No te queda bien en los brazos.” Sus palabras me destrozaron. Tal vez porque siempre la vi como una niña dulce, incapaz de decir algo así.
Ella notó que yo estaba molesta, pero puso los ojos en blanco. Luego me pidió perdón rápidamente y me preguntó si todavía íbamos a ir. Le dije que no. Fue entonces cuando se enfadó mucho.
Dijo que había estado esperando este paseo toda la semana, que había estado chateando con sus amigas, haciendo una lista de tiendas para visitar, y que ahora yo lo había arruinado todo. Se puso a llorar, diciendo que estaba siendo demasiado dura.
Cuando les conté a mi hermano y a mi cuñada lo sucedido, para mi sorpresa, también lo minimizaron. Mi hermano incluso se rió y dijo: “Mientras te haya pedido perdón, está bien. Es solo una niña. No tienes que castigarla por un comentario.”
Mi cuñada hasta insinuó que mi sobrina solo estaba preocupada por mí, que se había dado cuenta de que no me veía muy bien últimamente y que tal vez solo quería darme un empujoncito. Lo siento, pero no estoy de acuerdo con eso.
No creo que siga siendo “solo una niña”. Y su disculpa no fue sincera en lo más mínimo. Siento que las palabras importan, sobre todo cuando se dicen con tanta ligereza. ¿Un empujoncito? ¿Para qué? ¿Quién se cree que es?
Aun así, ahora no puedo dejar de preguntarme: ¿estoy siendo demasiado dura? ¿Debí aceptar su disculpa rápida y seguir adelante? ¿O poner este límite fue lo correcto? Agradecería mucho un consejo.
¡Gracias por compartir tu historia! Sin duda es una situación difícil, pero tenemos la esperanza de que tú y tu sobrina puedan salir de esto con un vínculo aún más fuerte.
Si crees que esta historia es complicada, espera a leer la siguiente carta de otra lectora, quien nos cuenta por qué decidió prohibirle la entrada a su sobrina en su casa... y luego tuvo que enfrentar las consecuencias.