Mi amiga se casó y me reemplazó como dama de honor el mismo día de la boda
Las mujeres que han sido damas de honor de sus mejores amigas saben lo bonito que se siente que te elijan para ese momento, acompañarlas durante ese paso y apoyarlas en su día. Sin embargo, hay algunas novias que pueden convertirse en unas verdaderas Bridezillas y abusar de su título. En esta ocasión, en la boda de Deirdre, ella no tuvo reparos en hacerle una mala jugada a su amiga y dama de honor Aila.
Fui dama de honor de mi amiga Deirdre, y lo que pasó el día de la boda me dejó perpleja. En el cortejo había en total 5 damas de honor, incluyéndome. Deirdre, la novia, y yo hemos sido amigas desde hace años, nos conocimos en la preparatoria y después de mucho tiempo seguíamos viéndonos, ya que vivimos en la misma ciudad, sin distancias de por medio.
Yo soy muy alta, por lo que siempre he tenido un apodo, me decían Big Bird (como Abelardo de Plaza Sésamo); yo mido 1,85 metros, mientras que las demás medían entre 1,65 y 1,67 m. También tengo una cámara Nikon DSLR, y siempre me ha gustado tomar fotografías para mis redes sociales; de hecho, tomé algunas de la novia y de las demás en el tiempo previo a la boda.
El día de la boda, la fotógrafa que contrataron para tomar las fotos, Jenny, estaba en la iglesia con Deirdre, sin embargo, estaba enferma. Dijo que había comido algo que no le cayó bien y tuvo que irse. Al poco tiempo de irse, se suponía que todos debíamos ir al santuario, pero Deirdre me pidió por favor que caminara alrededor de la iglesia para asegurarme de que todas las entradas estuvieran etiquetadas y que nadie se perdiera.
Así que así lo hice, rodeé la iglesia con mi vestido de dama de honor y mis zapatos. Demoré unos 15 minutos en hacerlo. Cuando regresé a la suite nupcial, era casi la hora de ir al vestíbulo. En el momento en el que entré, todos estaban en silencio y me miraban. Ashley, la hermana del prometido de Deirdre, que no estaba segura de poder asistir a la boda, también estaba allí.
Deirdre se acercó a mí y me dijo que como Jenny se había ido, no tenían un fotógrafo de bodas. Así que quería que le diera mi vestido de dama de honor a Ashley y que yo tomara fotos con mi Nikon, ya que nadie quería tener solamente fotos tomadas con los celulares. Todos me rodearon y comenzaron a ayudarme a quitarme el vestido y a quitarme las peinetas de pedrería del cabello.
Deirdre me quitó el regalo que todas las damas de honor llevábamos a juego, un brazalete Tiffany, y se lo puso a Ashley. Todos dijeron que era un mejor plan y comenzaron a alabar mis habilidades fotográficas. También decían que sería genial, porque ahora las fotos de la boda se verían uniformes, y las mamás decían que sería bueno incluir a todas las niñas de la familia como damas de honor.
Por si fuera poco, Deirdre me dijo que yo podía comer después de los demás y que no estaba segura de dónde se habría sentado Ashley para la cena, pero que no importaba mucho, porque de todos modos no tendría que sentarme.
Todo lo que pasó fue muy apresurado y no tuve tiempo para pensar, pero me sentí dolida, no solo porque de repente había pasado de ser dama a ser la fotógrafa de la boda sin paga, sino también porque insinuaron que yo haría que las fotos se vieran raras si estaba con las demás damas de honor. Me dolió que no les pareciera importante que no tuviera asiento ni la oportunidad de comer.
Me acerqué a Deirdre para decirle que no era fotógrafa profesional y que no sabía lo que estaba haciendo, pero ella seguía diciendo “lo harás muy bien” y “estoy segura de que estarán bien”. Mientras que todos continuaban preparándose, empaqué todas mis cosas, dije que tenía que llevarlas al auto y luego conduje a mi casa.
¿Qué hubieras hecho si te hubieran quitado tu título de dama de honor de esa forma? ¿Qué otra solución crees que podría haber sido la apropiada?