12 Niños que nos pusieron los pelos de punta con sus inquietantes relatos

En todos los trabajos hay días buenos, malos y algunos que simplemente son confusos. Ya sea que la suerte no está de tu lado, o que a algún compañero de trabajo le encante prestar demasiada atención a lo que hacen los demás, pareciera que las sorpresas llegan solitas a la puerta. Un gran ejemplo de esos momentos que te dejan con más preguntas que respuestas es el que compartió esta maestra de preparatoria, que después de una rápida visita al baño su día ya no fue el mismo.
“Trabajo en una preparatoria que tiene varios baños individuales y unisex en el edificio exclusivamente para los empleados. Los profesores tenemos unas llaves que solamente funcionan para entrar al baño del piso donde está nuestro salón de clases. Durante uno de los descansos que se dan entre clases decidí ir al baño que está designado para mí y me di cuenta de que estaba teniendo mi periodo.
Regresé a mi salón de clases y, discretamente, tomé un tampón de mi bolso. Luego regresé al baño para encargarme de ese asunto. Pude regresar a mi salón antes de que la clase comenzara y sonara la campana. No le di mucha importancia al asunto”.
“Como unos tres minutos después, el guardia de seguridad de la escuela abrió la puerta de mi salón, que siempre está cerrada por motivos de seguridad, y me pidió que me acercara con él a la puerta. Y quiero resaltar que este guardia interrumpió la clase que estaba dando a estudiantes de preparatoria que, claramente, se quedaron en completo silencio para escuchar la conversación.
El guardia me informó que otro profesor, un señor como de unos cincuenta años, reportó que estaba ‘preocupado porque usé el baño dos veces’. Ahí me vi obligada a explicarle que estaba perfectamente bien, y que solo había estado haciéndome cargo de mi ‘situación’.
El oficial intentó calmar las cosas asegurándome que ‘me entendía’ porque él entrenaba a equipos deportivos de chicas”.
“Luego tuve que continuar con la clase para unos estudiantes que vieron toda esa extraña interacción. No estoy segura de que escucharan todo, porque intenté hablar despacio, pero estaba muy nerviosa y avergonzada.
Cuando le conté lo que había pasado a la asistente de dirección, para que supiera que me había incomodado que mi uso del baño fuera monitoreado y reportado, me dijo: ‘aquí todos nos cuidamos unos a otros y él (el profesor que me reportó) no estaba siendo invasivo, solo estaba preocupado por ti’.”
“Genuinamente no tengo idea qué problema creyó que podría estar pasando que no pudiera resolver yo sola y que necesitara de su intervención. Toda esta situación fue muy molesta, se sintió invasiva, bizarra y totalmente inapropiada, pero he recibido opiniones divididas cuando le cuento a otras personas esto. ¿Estaré exagerando?”
Respondiendo a la maestra en apuros, algunos usuarios de la red decidieron compartir sus comentarios sobre el tema:
Parece que en redes sociales muchas personas están del lado de la maestra que fue cuestionada por su visita al baño, pues no es algo anormal o que otras personas no hagan. ¿Tú qué opinas de esta incómoda situación?