Mi mejor amiga me invitó a su boda, y desde allí nuestra amistad quedó al borde del abismo

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Algunas amistades perduran por décadas e incluso toda la vida, y eso es fantástico. Pero sin embargo hay vínculos que a pesar de parecer muy sólidos pueden destruirse en un instante, quizás cuando menos lo esperamos. Nuestra protagonista de hoy es Alyson, una mujer de 34 años que quedó impactada por la actitud que mostró su mejor amiga en un día especial. Recientemente ella nos escribió una carta contándonos su historia. Aquí va el relato en primera persona.

Una amistad que parecía muy sólida

“Mi mejor amiga de la infancia se casó el fin de semana pasado y yo estaba muy emocionada y contenta de estar con ella para acompañarla en ese día tan importante. Pero la realidad chocó con mis expectativas y muy pronto comenzaron a suceder cosas desagradables”.

“Apenas me pidió que sea su dama de honor, Miranda me dijo que tenía que elegir un estilo más ’femenino’. Luego hizo una lista de requisitos. Esta incluía un vestido, tacones, cambiarme el corte de cabello y teñírmelo, incluso broncearme. Y aquí viene lo peor para mí: sí o sí tenía que cubrir mis tatuajes con maquillaje corporal”.

“Desde mi adolescencia, siempre me he sentido profundamente incómoda usando vestidos, tacones y maquillaje. Pero era el gran día de mi mejor amiga, así que acepté hacer todo excepto cambiarme el corte de cabello. Entonces Miranda me dijo que seguía invitada a su boda, pero que ya no sería su dama de honor. Accedí, aunque ya comencé a sentirme bastante mal”.

Las cosas empeoraron desde ese momento, y Alyson estaba cada vez más molesta

El tema no quedó allí y empeoró aun más a medida que los preparativos avanzaban: “Soy chocolatera, así que Miranda me preguntó si podía hacer los recuerdos de la boda y encargarme completamente de una mesa de postres. Aunque nuestra relación ya estaba bastante deteriorada por sus exigencias sobre mi apariencia y el hecho de que había reconsiderado mi papel como dama de honor, seguía dispuesta a ayudarla en todo. Me esforcé al máximo para crear una mesa absolutamente increíble”.

Pero aun así, la actitud de Miranda hacia Alyson no mejoró. Es más, entró en un declive pronunciado y resbaloso: “Luego me dijo que la boda estaba llegando a un punto en que se excedería del presupuesto y que necesitaba mantener bajos los costos. Así que mi esposo no estaba invitado. Aunque estaba furiosa, ella era mi mejor amiga y habíamos pasado muchas cosas juntas. Pensé que todo podría ser el resultado del estrés prenupcial, así que intenté ser comprensiva e incluso reduje mis tarifas para la mesa que preparé como mi regalo personal para la pareja”.

"Un mes después, al revisar la lista de invitados, Miranda me dijo (y hasta parecía esperar que le agradeciera) que mi esposo todavía podía acompañarme, pero que si lo hacía nos moverían lejos de la mesa principal. Yo así y todo no me ofendí y teniendo en cuenta que no tenía fotógrafo le ofrecí los servicios de mi esposo, que es fotógrafo y estaba dispuesto a armarles un book sin cobrarle un centavo. Mi amiga quedó encantada con la propuesta y sugirió que nos moverían a la mesa de los proveedores para que pudiéramos cooperar con los demás. Nos gustó la idea.

Pero la actitud poco amistosa de Miranda no se detuvo

Pronto la situación dio un nuevo giro y dejó a esta amistad al borde del precipicio. Alyson escribió: “El día de la boda, mi esposo y yo llegamos 4 horas antes para ayudar con el evento. Él pasó el tiempo filmando mientras yo organizaba la mesa de postres. Después de la ceremonia, los invitados fueron trasladados a la sala de fiestas y la sala original se convirtió en el lugar para la recepción. Mientras ayudaba a convertir la sala, me quedé atónita al descubrir que mi mejor amiga en realidad no había agregado nuestros nombres en la lista de asientos”.

“La mesa para los proveedores nunca existió. Mi esposo y yo tuvimos que sentarnos en una sala separada, aislada de la recepción, sin poder ver ni oír nada y ni siquiera hablar con nadie. Simplemente, no figurábamos en la lista de invitados.”

Alyson ha quedado extremadamente desconcertada con la situación

“Después de que nos sugirieron sentarnos en una sala separada, me acerqué a Miranda para explicarle la situación. Ella dijo que había sido una confusión. Lo entiendo todo, pero Miranda no hizo nada para trasladarnos a la sala principal. Simplemente, nos excluyeron de la recepción. Me perdí toda la boda y pasé la mayor parte de la noche llorando en el baño. Mi esposo continuó filmando, quería obtener un hermoso video para ellos.”

“Al terminar todo, le envié un mensaje a Miranda y le conté cómo me sentía. Comenzó a disculparse y explicó que estaba desorientada ese día. Dijo que se sentía extremadamente culpable y que aún quería seguir siendo mi amiga. Pero ahora lo único que yo deseo es no volver a verla nunca más en mi vida.”

Consejo de Genial

Estamos muy agradecidos con Alyson por compartir su historia con nosotros, y creemos que su reacción es muy comprensible. Nuestro consejo para ella es muy simple: no hacer nada más por su amiga. De hecho ya ha hecho demasiado, incluso aceptando “ser otra” para ocupar un determinado lugar.

En cambio Miranda actuó de manera incorrecta y tuvo una actitud realmente ingrata y desconsiderada con ella. Desde aquí le aconsejamos a Alyson que mantenga la distancia y la instamos a mantener sus propios deseos y necesidades siempre en primera fila. Así es como conseguirá amigas verdaderas que la amen y la valoren como la gran persona que notamos que es.

Aquí tenemos más historias de personas que creían tener una sólida amistad, pero se encontraron con una realidad completamente diferente.

Imagen de portada Anna Tarazevich / Pexels

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