Hombre de 204 kilos posa con ropa de mujer y marca un antes y un después en la industria de la moda

Historias
hace 1 día

Hoy en día, cada vez más personas defienden el derecho de todos a quererse tal como son, sin necesidad de ajustarse a los modelos tradicionales de belleza. En este sentido, la frase “amor propio” parece estar de moda. Sin embargo, en las redes sociales aún mandan las imágenes de figuras idealizadas, rostros perfectos y filtros que distorsionan la realidad. Contra toda esta obediencia adquirida parece estar Ady del Valle, el modelo de talla grande que ha logrado hacerse ver en la industria de la moda. Aquí te contamos su inspiradora historia.

Con 204 kilos, latino y abiertamente gay, Arcadio “Ady” del Valle encarna tres identidades que históricamente han sido blanco de prejuicios. Sin embargo, logró irrumpir en el exclusivo universo de la moda desafiando los estándares tradicionales y dejando una huella imposible de ignorar. ¿Será que estamos frente a un verdadero cambio en la industria?

Todo comenzó en 2015, cuando Ady empezó a subir selfisInstagram. No lo hacía con la intención de convertirse en modelo, aunque la moda siempre había sido su gran pasión. Para él, ese mundo de lentejuelas y elegancia parecía un sueño inalcanzable. Lo que realmente buscaba era conectar con personas que compartieran su identidad.

Ese fue su punto de partida en una red social que, pese a los discursos de inclusión, sigue dando mayor visibilidad a lo “convencional”. Pero para Ady, Instagram se convirtió en una pequeña grieta por donde pudo asomar lo que hasta entonces había permanecido oculto.

Nació en Boston en 1987 y es de familia puertorriqueña. Durante muchos años fue un espectador pasivo de desfiles, entrevistas con modelos y consumidor de los realities de moda del momento. Hasta que en 2016 lo contactó un diseñador independiente; quería que desfilara en la Semana de la moda de Nueva York.

Al principio se resistió un poco, le parecía inconcebible verse paseando por una pasarela. Pero después aceptó, aconsejado por amigos y familiares. Al mes estaba desfilando en una iglesia antigua de Nueva York junto a otros hombres de talla XXXL.

Ady no es simplemente una “cara bonita”. Su propósito va mucho más allá de una meta personal: representa una causa colectiva, un mensaje poderoso que invita a la reflexión. Su presencia y las imágenes que comparte en redes sociales nos confrontan con nuestros propios prejuicios y nos abren a nuevas formas de ver la belleza.

Sin duda, su trayectoria ha marcado un punto de inflexión en la industria del modelaje, en la que ahora ocupa un lugar destacado. Sus fotografías no solo capturan miradas, también generan conversación y cambio. Todo esto hace que nos preguntemos: ¿Qué ha convertido a Ady en una figura tan revolucionaria dentro del modelaje de talla grande?

Ady se muestra en la playa, frente a una piscina o disfrutando del sol con el torso desnudo o en traje de baño entero. Maquillado y sin maquillaje, posando como lo hacen las modelos que aspiran a la perfección. Mezcla tules con animal print, corpiños de encaje con tangas cavadas y se aleja años luz del estereotipo del hombre morrudo y hosco que usa camisa leñadora y hace trabajos de fuerza. La ropa con él cumple una función que hasta ahora excluía a los hombres obesos: ya no sirve para tapar, todo lo contrario, resalta.

Al día de hoy, Ady es un activista de la industria de talla grande y aspira a que la gente como él ya deje de verse como una anomalía. Lo hace de un modo muy inteligente: en lugar de quedar atrapado por las redes, las usa para sus fines. En sus propias palabras: “En Instagram vas a ver muy pocas fotos de hombres de talla grande en traje de baño porque las bajan. Los cuerpos distintos son borrados. Y en definitiva, están censurando a alguien que se ve diferente por ser más grande, o por ser de color, o lo que sea. Pero nosotros tenemos más poder que las redes sociales; sin nosotros, las redes sociales no existen”.

Al preguntarle por qué un cuerpo XXXL suele incomodar más que uno XS, Ady reflexiona: “Desde pequeños, la televisión nos muestra un ideal de belleza que terminamos admirando al crecer, porque es lo que hemos aprendido a aceptar como ‘normal’ gracias a los medios y las revistas. Pero hoy las cosas están cambiando. Las redes sociales nos dan una ventaja a quienes no encajamos en esos moldes: nos permiten contar nuestra propia historia. Podemos mostrar otras realidades, otros cuerpos. Y quizás, con el tiempo, esos mismos cuerpos empiecen a aparecer también en la televisión y en las portadas de revistas. Cuerpos como el mío”.

Quizás sí esta vez podamos ilusionarnos y creer que al fin algo ha comenzado a cambiar.

Todos en alguna medida tenemos una idea de lo bello, lo bueno, lo deseable. Negarlo sería faltar a la verdad. Es que ir contra un estereotipo se parece mucho a nadar contra la corriente. Sin embargo, cada vez son más los valientes que lo consiguen y hasta se quedan haciendo la plancha.

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