Por qué debemos adoptar el consumo “consciente”, y 4 reglas que te ayudarán a implementarlo
Más de alguna vez, nuestras abuelas y madres se han lamentado de que, en sus tiempos, la ropa tenía una mayor calidad. Y, de alguna manera, ellas tienen razón, ya que, antes, las colecciones de moda llegaban al mostrador no más de 4 veces al año. Pero, con la llegada al mercado del concepto de “moda rápida”, todo cambió. Aquí juega un papel muy importante el mercado de masas: ahora, las nuevas colecciones aparecen en las tiendas casi cada semana, ya que los fabricantes intentan satisfacer al máximo las necesidades de las personas. En consecuencia, las tiendas están completamente llenas de ropa barata y no precisamente de buena calidad.
Genial.guru tiene previsto levantar la cortina de secretos de los productores y, al mismo tiempo, te invita a pensar si es realmente necesario cambiar tu guardarropa con tanta frecuencia como estamos acostumbrados.
¿Por qué tenemos que comprar ropa tan frecuentemente?
Algunos compradores actualizan sus guardarropas cada mes, eligiendo un nuevo traje o vestido para cada evento, y tan pronto como las prendas llegan a un mal estado, fácilmente son desechadas y, a cambio, compran ropa nueva. Como resultado, la ropa en grandes cantidades va a dar a los vertederos: simplemente imagínate, ¡una playera de materiales sintéticos puede degradarse hasta en 40 años!
¿Por qué la ropa es tan barata? Las grandes empresas ordenan la producción en países de tercer mundo, donde los trabajadores reciben por su trabajo tan solo 1 o 2 USD al día. Sobre esto y más nos habla detalladamente la película The True Cost.
Los trabajadores simplemente no tienen otra opción: aquí no hay sindicatos, y el trabajo de fábrica se convierte en el único método para alimentar a sus familias. Los dueños de las fábricas están listos para una y otra vez bajar el precio de sus servicios con tal de recibir proyectos rentables. Las personas trabajan en lugares con malas condiciones. Así, en el 2013, en una de las empresas en Bangladesh sucedió una terrible tragedia, la cual cobró la vida de más de 1000 personas. Y esto por fin sirvió como un impulso para el desarrollo de la discusión en la población.
¿Cómo reacciona a esto la industria de la moda?
Las compañías intentan compensarlo: algunas marcas toman cosas para procesarlas nuevamente, otras crean embalajes de materiales reciclados y producen ropa de los mismos materiales y de algodón orgánico. El consumo “consciente” gradualmente se pone de moda, pero lamentablemente, las corporaciones todavía no quieren difundir quién y bajo qué condiciones se cose la ropa que vestimos. Al mismo tiempo, los dueños de las compañías entran en el top de las personas más ricas del mundo. Irónicamente, los trabajadores podrían recibir un salario mucho más alto sin ningún tipo de sobrecargo, pero hasta ahora, nadie se encarga de eso.
Las marcas probablemente quieran disminuir el volumen de producción, ya que, si hay demanda, entonces habrá oferta. Entonces, solo nosotros los compradores podemos influir en la situación. Por un lado, es fácil, pero, al mismo tiempo, tiene su lado difícil: simplemente consumiendo menos o por lo menos eligiendo ropa sabiamente.
El futuro es el vintage
En los últimos tiempos, en los círculos de la moda se habla más y más sobre el vintage. Y si tú aún sigues peleando con la frase “de segunda mano”, entonces es hora de que reconsideres tus puntos de vista. Precisamente en una tienda de segunda mano se pueden encontrar cosas únicas, inusuales y, al mismo tiempo, a la moda. Las marcas son incluso de mejor calidad que muchas otras prendas en las demás tiendas y por un precio mucho más razonable. Pero lo más importante es que, al elegir una prenda de una tienda de segunda mano, ayudarás al hecho de que haya una menor cantidad de basura debido a la producción o reciclaje de una playera de bajo costo.
Hoy en día, incluso las celebridades utilizan ropa de segunda mano. Por ejemplo, Kim Kardashian, Una de las principales “influencers” en la actualidad no se avergüenza de usar ropa vintage, y su ejemplo disipa el mito de que en los mercados de segunda mano únicamente se pueden encontrar “las viejas colecciones de las abuelas”.
No hace mucho tiempo apareció una nueva edición de moda llamada More Or Less, la primera revista sobre el consumo “consciente”. Su credo principal: no hay nuevas colecciones, simplemente ropa de segunda mano y de fabricación casera. En la portada de la primera publicación de la revista está Kate Moss en un guardarropa en donde aparecía una gran cantidad de ropa vintage: boinas, vestidos e incluso trajes de baño.
¿Y qué hay sobre el vintage en la portada de Vogue? En el debut de la revista que se lanzó para República Checa y Eslovaquia, en la portada apareció la supermodelo Karolína Kurková en un abrigo de segunda mano. Es poco probable que este haya sido presentado hace unos 10 años. Aunque, ¿quién hubiera pensado en las consecuencias que puede traer el consumo excesivo en la industria de la moda?
Entonces, entre mayor sea la frecuencia con la que compramos ropa barata de mala calidad, mayor será la fuerza con la que contaminamos el ambiente y apoyamos la mano de obra barata. ¿Cómo se puede reducir el consumo, calmar a tu comprador interior, mostrar interés hacía la ecología y al mismo tiempo verse con estilo? Nosotros hemos reunido algunos consejos que te pueden ayudar con esto.
1. Pon orden en tu guardarropa
Un análisis de tu guardarropa te ayudará a descubrir rápidamente algunas cosas importantes:
- Encontrarás ropa que seguramente ya no te pones. ¿Es muy difícil renunciar a tales cosas? Intenta esconderlos en un paquete por separado o una caja: si en los próximos seis meses no los utilizas, probablemente simplemente ya no te son necesarios.
- Probablemente encuentres prendas básicas que compras con mucha frecuencia, por ejemplo, 10 playeras negras o 6 pares de pantalones de mezclilla casi idénticos. La conclusión es simple: no tienes que comprar más de tales artículos, tienes que prometerte utilizar las prendas viejas mientras estén en buen estado.
- Gracias a las prendas redescubiertas por casualidad que ya habías olvidado, podrás crear uno cuantos looks nuevos.
- Tú seguramente sabrás qué cosas son las que te faltan y cuáles tienes de sobra. Al revisar tu guardarropa, tendrás más claro tu estilo, entendiendo qué es lo que te queda bien y qué no. En un futuro cercano, toda esta información te ayudará a comprar solo las prendas y accesorios realmente necesarios.
2. Intenta comprar ropa de calidad
Entre más te dure una prenda, con menor frecuencia tendrás que comprar algo nuevo. Esta regla se aplica principalmente para prendas básicas, como las playeras y los jeans. Por eso, presta atención a la composición de la tela y los cortes, y con ello recuerda que un alto precio no siempre equivale a un producto de buena calidad. No pases de largo por las tiendas vintage o mercados de segunda mano: a veces aquí se puede encontrar elementos realmente increíbles.
Durante el paseo por las tiendas, intenta imaginar claramente qué volverás a utilizar, tienes que obtener mínimo unos 3 o 4 estilos diferentes, y respóndete sinceramente, “¿Tengo ya algo parecido en mi guardarropa?”.
3. Deshazte de la ropa que no sea necesaria
Si el ataque de la adicción a las compras de todos modos te atrapó por sorpresa y compraste una prenda, no te apresures a arrojarla al rincón más alejado del armario. Intenta “colocar” el artículo en buenas manos: puedes vender o cambiarlo al publicarlo en foros o grupos especiales, darlo como ropa de segunda mano, donarlos a los más necesitados, crear un tipo de bazar junto con tus amigas y cambiar la ropa ahí; como lo ves, hay una gran lista de posibilidades. También, algunas tiendas aceptan la ropa para reciclaje y a cambio te dan cupones de descuento.
Sin piedad, comienza por la ropa que ya no vas a ponerte: no esperes a adelgazar, una nueva moda, un día especial. Ya no te sirve, pero puede ser de utilidad para otra persona.
4. No vayas a las tiendas “solo porque sí”
Y finalmente: si no quieres comprar ropa extra, entonces no vayas “nada más porque sí” a las tiendas. Los paseos sin un objetivo en particular a los centros comerciales desde hace mucho tiempo se han convertido en una mala costumbre de nuestra generación, y pasar por las vitrinas con la tentadora palabra “Rebajas” a veces es muy difícil.
Todos estos hábitos no se forman de inmediato, sin embargo, si asignas el tiempo necesario para el análisis de tu vestuario, piensas en los looks posibles y, al mismo tiempo, conscientemente comienzas a ser consciente en la compra de cada prenda, entonces existe la posibilidad de no solo dejar de llenar tu guardarropa, sino también hacer que el planeta sea más limpio.