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Por qué no es conveniente calentar el biberón en el microondas y cómo hacerlo con otros métodos simples

Quienes están en el proceso de la lactancia mixta, han hecho una transición hacia el biberón o mantienen una alimentación artificial saben que, cuando un bebé llora y tiene hambre, es momento de preparar la leche. Muchas veces resulta práctico y rápido calentarla en el microondas, pero hacer esto no es la mejor opción.
Genial.guru te explicará por qué es no es bueno utilizar el microondas para calentar la leche, ya sea materna o de fórmula. Al final, también te compartirá una breve guía para saber cómo hacerlo de manera sencilla y segura.
Los riesgos de calentar la leche en el microondas
De acuerdo con la OMS, lo ideal es amamantar a los bebés durante los primeros seis meses de vida, ya que tienen más oportunidades de crecer y desarrollarse óptimamente. Pero hay pequeños que, al no poder ser amamantados, necesitan de una preparación para lactantes.
Sin importar cuál sea el tipo de alimentación, los expertos recomiendan no usar el microondas a la hora de prepararla.
Si hablamos de la leche artificial, hay que tener en cuenta que el calentamiento en este tipo de hornos no es uniforme. Esto se debe en parte a que la radiación electromagnética se distribuye de un modo desigual. Por ello, al tocar la botella, puede parecer que está fría, aunque el líquido puede estar extremadamente caliente y quemar la boca del bebé.
En el caso de la leche materna (cuando una madre se la extrae porque está haciendo lactancia diferida, porque está complementando la lactancia materna, porque la congela o guarda en la nevera), además de producir “puntos calientes” capaces de provocar quemaduras, el microondas puede sobrecalentarla y, de esa forma, destruir con rapidez algunos de sus nutrientes.
Métodos simples y seguros para calentar la leche
El mejor modo de calentar la leche materna y la artificial es por contacto: poner el envase en el que el bebé va a tomarla en algo caliente, por lo regular, agua. Aunque hay algunas excepciones, las cuales explicaremos a continuación.
N.º 1: Hervir el agua en recipientes que no sean de plástico
Según un estudio, el polipropileno es uno de los plásticos más utilizados en la elaboración de biberones: hasta un 82 % del total en todo el mundo.
Al momento de esterilizar con agua a 95 °C y luego agitar en el biberón el polvo de la fórmula con agua a 70 °C, el recipiente libera millones de microplásticos y miles de millones de nanoplásticos. Para evitar que esto suceda, los científicos del Trinity College sugieren que, a la hora de esterilizarlo, hiervas el agua en un recipiente que no sea de plástico (hervidor, olla), y, cuando esté a temperatura ambiente, la viertas dentro del biberón y agites tres veces.
Para preparar la leche de fórmula, el procedimiento es muy similar: primero hazlo en un recipiente que no sea de plástico, luego déjala enfriar y, por último, viértela en el biberón limpio. Ambas medidas reducirán drásticamente el número de microplásticos.
N.º 2: Usar agua potable limpia a temperatura ambiente
Cuando no se puede hervir el agua o calentarla a no menos de 70 °C, lo mejor es utilizar preparaciones para lactantes líquidas estériles (las en polvo no son estériles, y pueden contener bacterias como Enterobacter sakazakii, capaces de producir graves enfermedades en los bebés).
Otra opción es utilizar agua potable limpia a temperatura ambiente y administrar el alimento de inmediato. Las tomas preparadas con agua a menos de 70 °C deben consumirse inmediatamente, es decir, no deben almacenarse para utilizarlas más adelante. Desecha todos los restos de tomas al cabo de dos horas.
N.º 3: Calentador de biberones
Hay varios tipos, pero los más conocidos son los eléctricos. Si bien son más recomendables que el microondas, porque calientan de manera más uniforme, un estudio demostró que, cuando se usa este aparato, la leche puede superar una temperatura de 80 °C. Debido a eso, sus propiedades nutricionales e inmunológicas pueden desaparecer.
Lo mejor es checar el calentador y usar un termómetro para vigilar que la leche no se sobrecaliente.
N.º 4: Baño maría
Para calentar la leche refrigerada, puedes sumergir el biberón en un recipiente con agua caliente. Para no contaminar el contenido, revisa que el nivel del agua quede por debajo de la tapa del biberón. Caliéntalo durante no más de 15 minutos.
Si la leche materna está congelada, también puedes usar este método. Aunque claro, tomará más tiempo. Descongela solo la que vas a utilizar inmediatamente. Esta leche puede guardarse en la nevera 24 horas, pero no debes volver a congelarla, ya que perderá sus propiedades.
Lo importante de este método es que controles los grados, o puedes terminar hirviendo la leche materna, echándola a perder. Nunca la calientes directamente en la olla, ya que esto la arruinará por completo.
N.º 5: Chorro de agua tibia
Otra alternativa para calentar la leche congelada o refrigerada es colocar el biberón debajo de un chorro de agua tibia.
Recuerda siempre comprobar la temperatura de la toma vertiendo unas gotas en la parte interna de tu muñeca. El líquido tiene que estar tibio, no caliente. Si sigue estando caliente, enfríalo un poco más antes de alimentar al bebé: coloca el biberón bajo un chorro de agua fría o sumérgelo en un recipiente con agua fría o hielo. De nuevo, verifica que el agua no llegue a la tapa para no contaminar el contenido.
Para ti, ¿cuál es el mejor método para calentar un biberón? ¿Qué otras recomendaciones le darías a alguien que está aprendiendo a alimentar a su bebé?
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Lo mejor es el calentador de biberones
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