Por qué un tenedor doblado en la puerta NO es una buena señal

Curiosidades
hace 1 año

“Cuando encuentres una bifurcación del camino, tómala”. ¡Gracias por esas sabias palabras, Yogi Berra! Sin embargo, si ves un tenedor en tu puerta, mejor toma precauciones. Los ladrones han convertido los tenedores en herramientas que los ayudan a destrabar puertas desde afuera. Doblan las dos púas del medio; luego meten el tenedor entre la puerta y el marco junto a la cerradura. Cuando el tenedor entra, estas dos púas agarran la cerradura. Todo esto encaja a la perfección. Así, los delincuentes consiguen la fricción suficiente como para mover la cerradura de un lado a otro. Puede llevarles un momento, pero normalmente lograrán abrir la puerta.

El tenedor en tu puerta puede significar que aún no hay nadie en la casa pero que planean entrar, quizá cuando te vayas a dormir. Lo peor es que prácticamente no notarás nada raro si ves la puerta desde adentro mientras este tenedor esté instalado. Los delincuentes le dan una forma similar a la de una ganzúa. Si sabes algo de herramientas para forzar cerraduras, sabrás que usan una ganzúa para alinear las levas de la parte superior de la cerradura. De este modo, su herramienta logra girar y abrir la cerradura fácilmente. Si ya has tenido alguna experiencia negativa con ladrones, ten cuidado. Tal vez creas que no visitarán la misma casa dos veces porque es demasiado arriesgado. En realidad, pueden regresar al mismo lugar varias veces.

Por ejemplo, pueden regresar por las cosas que no pudieron llevarse la primera vez. Además, ya están familiarizados con la casa, lo que les ahorra tiempo. Como si fuera poco, es posible que los propietarios ya hayan reemplazado las cosas que los ladrones se llevaron, y muchas veces esos reemplazos son de mejor calidad que las originales. Una de las formas de proteger tus objetos de valor de los ladrones es pegar la llave de repuesto debajo del tapete, pero no una llave que abra algo importante en tu casa. Ha habido muchos casos en los que un ladrón se acerca a la puerta, busca debajo del tapete (uno de los primeros lugares en los que miran) e intenta llevarse la llave sin éxito. Retrocede, mira a su alrededor para ver si hay alguien mirando y se va. Tal vez piense que se trata de una broma o una trampa. Ni siquiera busca otra forma de entrar a la casa, ya que la situación le parece demasiado extraña.

Deja unas botas de trabajo grandes en el porche, justo al lado de la puerta. Un ladrón las verá de inmediato. A menos que te conozca o que esté seguro de que no estás, probablemente se alejará. Estas botas básicamente le dicen que hay alguien en casa en ese momento, y que podría tratarse de un hombre grande y fuerte, listo para defender su casa. Si no quieres ordenar tu habitación, aquí tienes una buena excusa: ¡los ladrones tienden a evitar los lugares desordenados! Probablemente porque les parece que no debe haber nada de valor allí. De seguro usas un tope para evitar que las puertas se cierren, ¿verdad? Cuando lo colocas detrás de una puerta que se abre hacia adentro, se convierte en una herramienta bastante útil que no permitirá que nadie la abra desde afuera. Sí, incluso si logran girar la perilla de la puerta.

Esta es una gran manera de asegurar tu casa, por ejemplo, en caso de que la cerradura de la puerta esté rota. Pero será mejor que lo combines con otros métodos, ya que un intruso podría acabar con la perilla si le dedica el tiempo suficiente. Considera agregar una silla resistente. Puedes colocarla de manera tal que la parte superior de la silla se trabe debajo de la perilla mientras las patas se apoyan en el suelo. De este modo, crearás algo de presión entre el suelo y la puerta y evitarás que se abra. Además, el respaldo de la silla puede bloquear una perilla de tipo palanca e impedir que alguien la abra. Esto no funcionará muy bien si también es posible girarla hacia arriba para abrir la puerta. En ese caso, busca una cuerda o un cinturón y ata la perilla a la silla.

Considera instalar ventanas laminadas. Las ventanas normales están hechas de vidrio de seguridad o vidrio templado, y suelen romperse cuando alguien las golpea. Esto hace que un intruso logre entrar a tu casa rápidamente. Las ventanas laminadas se rompen, pero no se deshacen, ya que hay una capa de plástico que mantiene los fragmentos unidos. Al menos evitará que un ladrón haga un agujero por donde entrar. Si la ventana es difícil de romper, es más probable que los malhechores se rindan y se vayan. Las ventanas laminadas son dos veces más caras que las típicas ventanas de cristal doble. Si es demasiado para ti, puedes contratar a un profesional para que instale una lámina de vidrio laminado sobre las ventanas que ya tienes. La lámina de seguridad es más barata; funciona con el mismo principio, pero no es tan efectiva.

Otro consejo para evitar que alguien entre a tu casa: intenta no publicar en las redes sociales dónde estás antes de regresar a tu hogar. Si alguien planea robarte, estará esperando una oportunidad para hacerlo cuando tú no estés. Y si publicas que estás pasando un gran momento en una fiesta o en unas maravillosas vacaciones, podrías darles a entender que no hay nadie en casa. Siempre revisa a quién dejas pasar a tu edificio o tu casa. Algunas personas simplemente abren la puerta cada vez que alguien llama. Con esto en mente, si un desconocido viene y se presenta como un vendedor, intenta confirmar su identidad. No dejes que sepa dónde están tus objetos de valor y presta atención a las preguntas que te haga. Además, si permites que alguien pase, no le hagas saber que estás solo. Finge que hay alguien durmiendo por más que no haya nadie además de ti.

Intenta hallar buenos lugares para esconder los objetos de valor. Evita las habitaciones, sobre todo debajo de la cama, el armario o cualquier otro lugar donde la mayoría de los delincuentes tienden a buscar primero. Por ejemplo, elige un escondite inusual en algún lugar de la cocina. ¿Qué tal si haces un agujero en la pared y lo cubres con un cuadro? También puedes optar por un rincón oscuro de tu armario. Una pelota de fútbol es otra buena opción: sácale algo de aire y corta una de las costuras. Una vez que hayas escondido tus objetos de valor, vuelve a meter la costura en su lugar. Si estás construyendo un mueble, agrega un fondo o tapa falsos. Supongamos que estás armando un vestidor. Coloca una tabla delgada de madera encima del cajón superior. Después, instala una bisagra de piano en la parte superior. ¡Tarán! ¡Tu escondite está listo! Conoce a tus vecinos. De este modo, nunca estarás completamente solo. Además, podrán hacer algo incluso cuando no estés en casa. Tú también puedes ayudarlos. Si ves a un desconocido husmeando en la casa de tu vecino, avísale. De esta manera, se convertirán en una manada que se cuida mutuamente.

Consigue una caja fuerte. De hecho, consigue un par, cada una más pequeña que la anterior. Colócalas en un lugar obvio donde los ladrones buscarían primero, como tu habitación. Tendrán problemas para abrir la primera caja fuerte, después la segunda y quizá hasta la tercera. Pasado un rato, se rendirán y se darán cuenta de que han pasado demasiado tiempo intentando abrir las cajas fuertes sin éxito. Y por supuesto, la última caja fuerte tampoco contendrá tus objetos de valor: estarán bien escondidos en algún lugar inesperado. Los ladrones no buscarán allí porque habrán malgastado su tiempo en las cajas fuertes.

No confíes demasiado en el cartel de “cuidado con el perro”, a menos que tu perro esté entrenado para reconocer ladrones o pueda avisarte si hay extraños merodeando por tu casa. Si tienes un perro amigable, un ladrón podría ganarse su confianza ofreciéndole golosinas o acariciándolo... Curiosamente, las razas más pequeñas pueden ser una mejor opción, ya que ladran más y pueden llamar tu atención más rápido. Además, el cartel de “Cuidado con el perro” le indica a un ladrón que tu mascota está adentro. Si puede moverse sin activar la alarma, un intruso también podrá hacerlo.

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