17 Niñeras que solo querían cuidar a los niños, pero terminaron en una mezcla de thriller y comedia

Las reuniones entre amigos suelen ser momentos de disfrute, risas y buena compañía. Sin embargo, cuando hay niños de por medio, la dinámica puede cambiar por completo, especialmente si los límites no están claros. Esto fue exactamente lo que le ocurrió a esta mujer que, con la mejor intención, invitó a cenar a su amiga y a su hija, sin imaginar que la velada terminaría en una acalorada discusión.
Decidí cocinar algo que sé que a los niños les gusta, pero teniendo en cuenta también a los adultos. Hice pollo parmesano con pastel de chocolate de postre. Me imaginé que eso era algo así como una presentación diferente de los nuggets de pollo, que a los niños les suelen gustar.
Mike y Sandra me dijeron que la cena estaba buena; tal vez estaban siendo amables, pero se comieron todo. Sin embargo, la niña solo estuvo picando la comida durante toda la cena, ni siquiera estoy segura de que haya comido algo.
Pasaron un par de minutos y vi que Sandra me estaba mirando feo. Le pregunté qué pasaba y si podía ayudarla a calmar a su hija, aunque ella sabe que no se me hace fácil relacionarme con niños. Sandra solo resopló y me dijo: “¿No hay nada que le quieras decir a Charlie?”.
Tardé unos segundos en darme cuenta de que quería que me disculpara con su hija porque no se había comido la cena que preparé. Creí que eso podría hacer que la niña se tranquilizara, así que le dije que sentía mucho que no le hubiera gustado mi comida.
Mientras Sandra seguía intentando convencerme de que le preparara algo diferente a su hija, Mike se quedó ahí sin decir una sola palabra, comiendo su postre.
Me puse de pie y le pregunté a Mike si quería que le diera su pastel para llevar, porque el resto de su familia parecía que no la estaba pasando bien en mi casa. Les sugerí que se fueran a su casa para que Sandra pudiera prepararle algo de comer a su hija.
Sandra empezó a decir que había creído que yo iba a cocinar y que ella podría tener una noche libre, fuera de la cocina. En ese momento sentí que iba a decir algo de lo que realmente me arrepentiría después, así que solo le dije que se fuera de mi casa. Mike se veía muy avergonzado cuando se fueron. No he hablado con ninguno de los dos desde ese día y ahora comienzo a cuestionarme si fue mi error y si reaccioné de la manera equivocada al correrlos de mi casa.
Poner límites es difícil cuando no se trata de tus hijos, pero estos son algunos consejos que podrían ser útiles si llegas a estar en una situación similar a la de esta usuaria: