5 Rasgos de personas que saben sobrellevar los problemas de manera saludable
A menudo transitamos situaciones complejas y sobrellevamos traumas difíciles de superar. Aunque tales cuestiones pueden provocarnos sentimientos como enojo, tristeza o miedo, también pueden despertar en nosotros recursos internos desconocidos. Ese es el caso de la resiliencia, la cual debemos desarrollar a lo largo de nuestra vida.
Genial.guru quiere explicarte qué es la resiliencia, y brindarte algunos cinco características de personas que la ejercitan.
La resiliencia es una capacidad que desarrollamos en momentos adversos. Nos ayuda a transitar un hecho negativo e incluso traumático, convirtiéndolo en un aprendizaje que fortalece nuestras emociones y nos hace mejorar como individuos. Esto no significa que quienes se consideran resilientes estén exentos de dolor, ya que el sufrimiento es natural y necesario. Más bien, buscan adaptarse a las situaciones angustiantes para fortalecerse de ellas, y así aprenden a superar los obstáculos antes de considerarlos derrotas. Los especialistas afirman que para desarrollar esta capacidad es importante trabajar en la autoestima, puesto que para aspirar al éxito o vencer una dificultad antes debemos confiar en nosotros mismos. De hecho, se recomienda que desde la niñez se trabaje el amor propio para nuestra seguridad personal.
A continuación, enumeraremos atributos que caracterizan a las personas resilientes, los cuales puedes imitar y que seguramente te harán sentir muy bien.
1. Se rodean de buenas personas
Los profesionales dicen que las personas resilientes dan y buscan recibir afecto manteniendo vínculos saludables. Rodearse de personas que tengan una actitud positiva de la vida y que se nutran de las experiencias puede ser una guía para alcanzar nuestras propias metas y proyectos. Siempre maduramos en buena compañía. En cambio, sujetos con escasos vínculos pierden la posibilidad de fortalecer la empatía y desarrollar sólidos criterios que se generan en la diversidad de opiniones y la escucha al otro.
2. No se victimizan
Uno de los primeros pasos hacia la resiliencia es atreverse a hacer una autoevaluación de los errores y aciertos. Las personas resilientes no se quejan: piensan en el peso de las acciones que llevaron a los conflictos y su influencia en el entorno. De esta manera, derriban el pensamiento que establece que las cosas suceden por injusticia o causas ajenas a su control. Hay que animarse a aprender de los errores, ya que eso fortalece nuestra autoestima y nos moviliza hacia la resolución de conflictos que de otra forma crecerían en el tiempo.
3. Son optimistas
Los profesionales aseguran que una mirada positiva de las cosas posibilita perspectivas que de otra manera no seríamos capaces de vislumbrar, por lo que uno de nuestros mayores objetivos en la adversidad debe ser no perder la sonrisa nunca.
Los resilientes, por ser conscientes de que nadie luego de atravesar un suceso traumático vuelve a ser el mismo, intentan que las experiencias embellezcan su interior en vez de dejarles heridas sin cicatrizar. Debemos entender que cada circunstancia tiene su riqueza y aprendizaje, para así incentivarnos a tomar con optimismo algunas situaciones que nos generan inicialmente rechazo. También las circunstancias contempladas desde el enfoque del buen humor pueden sernos útiles para aliviar el peso de la preocupación.
4. Valoran los detalles
Independientemente de las circunstancias, las personas resilientes no pierden la capacidad de encontrar belleza en el mundo y disfrutan de las pequeñas cosas de la vida. Este amor por los detalles les suma pequeñas y significativas dosis de alegría al día, llevándolas a disfrutar más del presente y evitando que se inquieten por lo que podría suceder.
5. Luchan por sus sueños
A muchos nos ha sucedido que, al querer iniciar un proyecto, aparecen un sinfín de obstáculos que inmediatamente nos hacen desistir. Al respecto, los profesionales explican que los resilientes se distinguen por mantener su determinación, buscando desarrollar alternativas creativas para sus fines. Sin embargo, conscientes de que las circunstancias pueden tener exigencias impredecibles o que sus metas no pueden ser alcanzadas mediante un plan previsto, no se cierran al cambio e intentan transformar sus objetivos con los nuevos elementos que les brinda la experiencia.
La resiliencia no es una habilidad que tienen unos pocos, sino una capacidad a la que debemos aspirar todos y que debemos desarrollar cuando las circunstancias pongan en juego nuestras emociones y nuestra estabilidad. Todos debemos ser resilientes en algún momento, lo importante es que mantengamos el deseo de superarnos para ser capaces de vencer cualquier obstáculo.
¿Te sentiste identificado con alguna de las descripciones? Cuéntanos alguna situación en tu vida en la que hayas actuado de forma resiliente.