Robert Redford, un galán legendario con una vida plena de emociones y tragedias
Los actores que conocemos y adoramos no siempre han tenido una vida fácil. A veces, sus historias de vida están llenas de momentos duros, ya que la fama no evita que tengan los problemas y las pérdidas que sufrimos todos nosotros. Tal es el caso de Robert Redford, que a pesar de haber pasado múltiples dificultades y tragedias, logró salir adelante y dejar un legado inolvidable para el cine.
Los famosos que admiramos también tienen sus historias de vida, con sus momentos más luminosos, como otros instantes trágicos que sin dudas han influido en su trayectoria.
Robert Redford nació en Santa Mónica el 18 de agosto de 1936. Fue criado por sus padres, Martha y Charles, quien no estuvo muy presente para él debido a que pasaba muchas horas trabajando para Standard Oil. Su figura paterna más presente resultó ser su tío David, un militar que, en su tiempo libre, jugaba béisbol y pasaba ratos de calidad con el pequeño Robert.
Lamentablemente, su tío falleció en combate, lo que devastó al por entonces futuro actor, quien además no recibió mucho apoyo para su duelo. “La forma en que la familia lo manejó, simplemente no se habló. Simplemente sucedió, y no se hicieron muchas preguntas”, dijo sobre el tema.
En la adolescencia, sufrió también la pérdida de su madre, quien falleció tras una hemorragia surgida luego de perder a dos hijas gemelas en un embarazo fallido. Dicho deceso afectaría mucho a Robert, a sus 18 años, ya que según él, “la única persona que estaba detrás de mí era mi madre. Ella tenía fe en que algo iba a salir bien para mí”.
Dichos sucesos marcaron la complicada adolescencia que Redford debió vivir, plagada de problemas con el alcohol. Incluso llegó a perder una beca deportiva que había conseguido en la universidad debido a estos incidentes.
Tuvo un período bohemio en el que principalmente viajó por Europa, lo cual lo llevó a aprender sobre arte, cultura y a expandir un poco sus horizontes. Según dice, una vez que regresó a Estados Unidos, estaba mucho más centrado y consciente sobre su alrededor.
Redford, ya de vuelta a su país natal, sentó cabeza y empezó a estudiar en la Academia de Artes Dramáticas, a la vez que contrajo matrimonio en 1958 con Lola Van Wanegen, quien sería su primera esposa.
La pareja debió atravesar un duro golpe al poco tiempo de casados, ya que sufrieron la pérdida de su primer hijo, Scott, que falleció de una muerte súbita a los dos meses de vida. Este devastador golpe no detuvo ni el matrimonio del actor (que tuvo tres hijos más con Lola) ni el inicio de su incipiente carrera.
Tras unos primeros papeles en televisión en series exitosas del momento, como Perry Mason o The Twilight Zone, tuvo su debut cinematográfico con un rol sin créditos en la película Juego de amor, protagonizada por Anthony Perkins y Jane Fonda.
Este fue el inicio de una carrera cinematográfica marcada por el éxito y llena de papeles memorables. Películas como El golpe, Butch Cassidy, Todos los hombres del presidente, África mía, entre otras, le dieron una fama de galán y estrella de Hollywood que todavía sigue intacta. Varios premios, entre ellos un Oscar por su dirección en la película Gente como uno, coronan una carrera llena de éxito.
A pesar de los laureles y toda la gloria conseguida, Robert continuó sufriendo algunas dificultades y tragedias que sacudieron su vida personal. Se divorció de la madre de sus hijos en el año 1985, tras 27 años de matrimonio, en el que tuvieron 4 hijos. Y se volvió a encontrar de cerca con la muerte, cuando perdió a su hijo James, de 58 años, quien falleció en el año 2020 por un cáncer de hígado.
Más allá de todas las dificultades con las que el actor debió lidiar, también se dio la oportunidad de encontrar nuevamente el amor, con la artista visual Sibylle Szaggars, con quien se casó en 2009 tras unos cuantos años de relación.
Hoy día, aunque anunció en 2018 su retiro de la actuación con la película Un caballero y su revólver, Redford prefiere no cerrarle las puertas al arte que tanta satisfacción le trajo a su vida, si bien últimamente no ha hecho grandes apariciones ni parece volver a asomarse a una pantalla, sí se ha interesado en las artes visuales.
Hoy mantiene una vida tranquila y apacible con su esposa, con quien siente que se le abrió una renovada oportunidad de vida. “Ella es más joven que yo, así que esta es una vida completamente nueva”.
La vida de Robert Redford ha estado, sin duda, llena de altibajos, idas y vueltas, pero nos enseña a siempre creer en lo que podemos hacer, y que nunca es demasiado tarde para encontrar nuestra vocación o para volver a conectar con el amor.
Los momentos inesperados forman parte de la vida de todos nosotros, y en los famosos no es la excepción. Lo importante siempre es poder levantarse y encontrar nuevas maneras de ser feliz.