Ruptura total: sale a la luz por qué Enrique Iglesias rechazó la millonaria herencia de su padre

Historias
hace 9 meses

Las relaciones entre padres e hijos pueden ser fuente de amor, apoyo y crecimiento mutuo, pero también pueden ser un terreno difícil y complicado de navegar. En ocasiones, las diferencias generacionales, los conflictos de valores y las expectativas no cumplidas pueden generar tensiones y distanciamientos entre padres e hijos.

Los desafíos de la crianza, las dificultades en la comunicación y la falta de comprensión pueden contribuir a relaciones tensas y complicadas. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, es importante recordar que la relación entre padres e hijos puede ser un camino de aprendizaje y oportunidades para sanar y crecer juntos. Sin embargo, para algunos famosos, las cosas parecen no resolverse nunca.

En el mundo del espectáculo, las grandes estrellas suelen dejar una estela tan luminosa que alcanza a alumbrar a las siguientes generaciones. La fama, la fortuna y hasta el parecido físico son parte de la herencia que se transmite de padres a hijos. Pero algunos de la nueva camada de artistas no se sienten cómodos pensando que su éxito se debe a su herencia.

Uno de los grandes cantantes del siglo XX, y que aún está vivo, es el español Julio Iglesias, que este año apagará ochenta velitas en su pastel. Para los que crecieron en la segunda mitad del siglo pasado, es todo un ídolo de la música, pero, para aquellos que nacieron en los noventa, quizá sea más conocido por ser el padre de Enrique Iglesias.

Sin embargo, Enrique nunca quiso ser admirado por ser hijo de Julio; él quería ser reconocido por su propio esfuerzo, incluso cuando le reveló a su padre que sería cantante, este se opuso, pero ya era demasiado tarde, pues había firmado un contrato. Pelearon y, entonces, el joven se marchó de casa para nunca más mirar atrás.

Julio Iglesias ha amasado una fortuna increíble, que se calcula en más de ochocientos millones de dólares, proveniente de su exitosa carrera e increíble habilidad para los negocios, entre los que cuentan sus propiedades en Punta Cana, Miami y hasta una isla en Las Bahamas, un jet privado, marcas propias y acciones en empresas de cosméticos.

Su fortuna sería dividida, como herencia, entre sus ocho hijos: tres de su primer matrimonio con Isabel Preysler, entre ellos Enrique, y cinco con Miranda Rijnsburger. Si hacemos cuentas, nomás por encimita, a cada uno le tocarían aproximadamente cien millones de dólares, una cifra nada despreciable.

Sin embargo, Enrique Iglesias decidió rechazar la millonaria cifra, y sus razones son sencillas: la primera es que él siente que ha forjado su propia carrera y su propia fortuna con Anna Kournikova, y la segunda, y quizá más importante, es que no la necesita. Aun así, hay que tener en cuenta que lo que recibiría por parte de su padre parece ser más dinero que el de su propia fortuna.

Aunque parecen lógicas las razones de Enrique, hay quienes dicen que la relación con su padre nunca ha sido la mejor, al punto de casi nunca hablar, ni siquiera por teléfono. Por otro lado, también se comenta de la rivalidad profesional que existe entre ambos. No podemos negar que cada uno ha sido una gran estrella en su momento, y se han enfocado en dejar sus nombres plasmados en la historia de la música.

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