Se negó a cederle su asiento a una mujer en un autobús y muchos aplauden su actitud

Historias
hace 3 meses

En una ciudad agitada, los asientos de un autobús se disputan como si fueran pequeños tronos de confort en el trayecto diario. Y aunque, aparentemente, la dinámica al rededor de los espacios públicos compartidos, es sencilla, las particularidades de cada situación definen quién merece o no quedarse con el tan preciado asiento. Eso es justamente lo que ha pasado con un chico en redes sociales que ha desatado todo un debate, por haberse negado rotundamente a liberar una silla.

El chico comienza relatando cómo es su rutina cuando aborda el autobús que lo transporta a diario: “Tomo un autobús para ir desde mi trabajo hasta la universidad y es una ruta que muy poca gente usa. Cuando muy poca gente quiero decir que nunca llega a llenarse ni siquiera la mitad del bus. Siempre hay filas de asientos vacíos a la hora que lo monto por la tarde”.

Luego, da el contexto de lo que originó el conflicto que tuvo con otra pasajera: “Utilizo una bolsa de tela para ir a trabajar y no quiero ponerla en el suelo ni sobre mis piernas, así que la coloco en el asiento de al lado. No me importa que alguien se siente a mi lado, pero el autobús nunca está lleno, así que uso ese espacio para poner mi bolso”.

Con esta antesala, el protagonista de la historia sigue contando lo que le pasó y cómo fue que la cosa se tornó problemática: “Ayer, durante mi recorrido, una señora se subió al autobús y me hizo una mueca. Me hizo un gesto para que quitara mi bolso para poder sentarse a mi lado. Como siempre, había muchísimos asientos vacíos, yo no estaba sentado en un área reservada para discapacitados e inclusive, había asientos más cerca de la puerta”.

“De todas formas, no soy conflictivo, así que quité mi bolso para que ella pudiera sentarse. Pero, cuando ella se sentó a mi lado, puse los ojos en blanco y suspiré. Ella lo notó claramente y dijo: ’Necesitas aprender modales’. Después de eso, me levanté y me moví a otro asiento”.

Ante esto, el usuario dice que no sabe si realmente actuó bien o mal y pregunta abiertamente a los internautas: “¿Realmente me faltaron modales? Yo siento que ella simplemente se sentó allí para darme una lección, cuando podría haberse sentado en cualquier otro lugar”. Los comentarios no se hicieron esperar.

Con defensores y detractores, el debate fue intenso. Algunos felicitaron al joven por haberlo hecho y culparon a la mujer: “Me parece que la mujer era la que estaba buscando cualquier razón para iniciar una discusión con el chico”. Otros, le dieron el beneficio de la duda a la mujer y dijeron que si las otras filas de asientos del bus estaban parcialmente ocupadas, entonces el chico debía quitar su bolsa sin renegar.

Todo esto dio lugar a que una polémica quedara servida y dejara a muchos preguntándose ¿hasta qué punto es correcto exigir un asiento en el autobús?.¿Es justo exigir un gesto de cortesía, o debemos considerar las circunstancias personales de cada individuo?

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