Vivir con familia a veces significa enfrentarse a situaciones incómodas que no esperábamos. Cuando alguien está pasando un mal momento, es normal querer ayudar... pero también es fácil que se aprovechen de eso sin darse cuenta. Lo que empieza como apoyo puede volverse una carga, como en este caso, donde el protagonista termina haciendo más de lo que le corresponde.
En Reddit, un usuario narra el conflicto que surgió con su familia, en su propio hogar: Mi hermana (34) se mudó a mi casa hace un par de meses junto a sus dos hijos —un niño de 7 años y una niña de 4— tras salir de una relación muy complicada.
Siempre he sido de levantarme temprano y prepararme el desayuno alrededor de las 7 u 8 de la mañana. Nada elaborado, simplemente lo que se me antoje ese día.
Cuando mi hermana se mudó, noté enseguida que le gustaba dormir hasta tarde. Algunos días no se levantaba hasta la una de la tarde. Al principio le di el beneficio de la duda, porque sabía lo difícil que había sido su ruptura.
Como dormía hasta tan tarde todos los días, no se levantaba para cuidar a sus hijos. Así que comencé a seguir una rutina con mi sobrina y mi sobrino: preparaba desayuno para ellos también, además del mío... hasta que ocurrió algo el otro día.
Me desperté con antojo de hacer huevos rancheros. Los niños inmediatamente empezaron a quejarse de que no querían eso y que preferían otra cosa.
Fui amable y terminé haciéndoles panqueques, porque entiendo que no es culpa suya, que su mamá esté pasando por un mal momento.
A la mañana siguiente, preparé papas con huevo, pero otra vez empezaron: “No queremos eso, queremos otra cosa”. Y otra vez cedí... Finalmente, después de tres mañanas cocinando dos desayunos distintos, les dije: “Ya no voy a cocinar dos comidas diferentes para el desayuno. Si no les gusta lo que hago, vayan y díganle a su mamá que se despierte y se los prepare”.
Entonces los niños subieron a despertarla, pero aun así no bajó hasta pasada la una de la tarde.
Apenas lo hizo, empezaron a quejarse diciendo que “me negué a darles de comer”, y mi hermana se enfureció. Comenzó a decir que los niños tienen que comer a una hora determinada, entre otras cosas que claramente dijo con la intención de herirme.
Perdí la paciencia y le dije: “Mira, sé que estás deprimida, pero levántate y encárgate de tus hijos, en lugar de esperar que lo haga yo”. Se quedó en silencio después de eso, y desde entonces me trata con frialdad. Pero sé que está esperando que me disculpe.
Perdón si esto fue muy largo, pero díganme sinceramente: ¿soy yo el malo en esta situación?
Este tipo de conflictos nos enfrenta con la incomodidad de decir “basta” dentro del propio hogar. La empatía tiene límites, sobre todo cuando se vuelve una expectativa constante y las personas se aprovechan de la buena voluntad. ¿Qué opinas del actuar de este usuario y la reacción de su hermana? ¿Te ha pasado algo parecido en tu familia?
Qué difícil el que pudo estar pasando la señora. Sin embargo, ella tiene que recordar que es madre y asumir su propia responsabilidad. O por lo menos, que deje arreglado las cosas, los asuntos. Está claro que no está siendo responsable.
