La historia de la mujer que, por una enfermedad, estuvo ausente 20 años
Hemos visto películas sobre pacientes que parecen no tener salvación, hasta que interviene un maravilloso médico u ocurre un milagro. Casi todas nos hacen dudar, hasta que nos enteramos de este caso real. April perdió su conciencia y estuvo 20 años sumergida en la catatonia, hasta hace muy poco.
April Burrell es el nombre de la mujer cuya historia ha conmovido al mundo entero. A los 21 años, estudiaba contabilidad en la Universidad de Maryland y experimentó un evento traumático que cambió su vida para siempre. Así, sin previo aviso, April desarrolló psicosis y cayó en un profundo estado catatónico, donde quedó atrapada durante más de 20 años.
Para aquellos que no lo saben, la catatonia es un síndrome neuropsiquiátrico que genera anormalidades motoras, alteraciones en la consciencia, el afecto y el pensamiento. En este caso, April quedó en un estado constante de alucinaciones visuales y auditivas. Además, perdió la capacidad de comunicarse y valerse por sí misma.
“April tenía un gran rendimiento, era muy simpática, muy extrovertida. Le encantaba la vida”, afirmó su hermanastro mayor, Guy Burrell. Desafortunadamente, un día de 1995 todo eso cambió. La familia recibió una llamada de un profesor, que les explicó que la joven estaba fuera de sí y había sido hospitalizada.
Pasada la desesperación y luego de entender que la mujer no volvería a ser la misma, su familia la ingresó en el Centro Psiquiátrico Pilgrim en el año 2000 para que pudiera recibir cuidados de larga duración.
Visita tras visita, se dieron cuenta de una dura realidad. April estaba encerrada en su propio mundo de psicosis. A veces parecía dibujar con los dedos algunos cálculos y también mantenía conversaciones consigo misma sobre transacciones financieras.
No podía reconocer a su familia y, mucho menos, relacionarse con ella. No quería que la tocaran, abrazaran o besaran. Sumidos en una profunda amargura, sus seres queridos sintieron que la habían perdido y era cierto, April no volvería a ser la misma, al menos no en los siguientes 20 años.
Un día, un estudiante de medicina llamado Sander Markx la visitó en el Centro Psiquiátrico. La situación de April le dio mucha curiosidad, pero sin haber terminado su carrera, no había mucho que hacer. Regresó a verla como profesional y se sorprendió al notar que la enfermedad de la mujer no había mejorado ni un poco en años.
Fue en ese momento que, con autorización de la familia Burrell, el doctor armó un equipo multidisciplinario de más de 70 médicos y tomó el caso. En el 2018, juntos descubrieron que April no solo padecía esquizofrenia, sino que también tenía lupus, una enfermedad autoinmune que atacaba su cerebro.
Después de más de 20 años en estado catatónico y tras meses de aplicarle un invasivo tratamiento para el lupus, April despertó. Comenzó a mostrar mejorías casi de forma inmediata y, luego de un tiempo, le dieron el alta del Centro Psiquiátrico.
El reencuentro con su familia no tardó en llegar. “Cuando entró, parecía una persona nueva. Nos conocía a todos, recordaba cosas diferentes de cuando era niña. Hasta me abrazó y me tomó de la mano”, se sorprendió su hermanastro.
Hasta a Markx le costó creer en la mejoría de su paciente. “No se parecía a la persona que conocía desde hacía 20 años y que había visto tan deteriorada. Fue como si hubiera vuelto a casa, nunca pensamos que eso fuera posible”, confesó.
Se trata de un descubrimiento científico que podría revolucionar la psiquiatría para siempre y ayudar a miles de pacientes con padecimientos similares. April comenzó una nueva vida en un centro de rehabilitación, donde pudo recibir visitas más frecuentes de sus familiares y otros seres queridos.