Un buzo fue tragado por una ballena mientras cazaba langostas

Historias
hace 21 horas

En una costa de Massachusetts, EE.UU, ocurrió un evento cuanto menos impresionante. Algo que usualmente vemos en ciertas fábulas que involucran a un niño de madera y su abuelo, le pasó a Michael Packard, un buceador de langostas que trabajaba temprano junto a su compañero y fue engullido por una ballena. Su vivencia y otros detalles te lo contamos más adelante.

Michael Packard era un buceador de langostas comercial; su trabajo consistía principalmente en atrapar a estos grandes crustáceos en una plataforma arenosa cuando eran arrastrados por las frías corrientes submarinas. Era un veterano en el área, habiendo trabajado también como buceador de abulones durante varios años.

Ese día, alrededor de las 8 de la mañana, Michael zarpó junto a su capitán, Joe Francis, por la costa de Race Point Beach, en Massachusetts. El agua estaba aproximadamente a 16 °C y el clima tenía buen pronóstico; nada parecía fuera de lo habitual cuando se sumergió para hacer su trabajo.
Sin embargo, Joe, a bordo del barco de alquiler “Ja’n J”, le pareció ver una cola de ballena chapoteando a lo lejos. Usualmente, esos animales no se acercaban mucho a los arrecifes, así que no le dio importancia.

Para su sorpresa, de pronto Francis vio la gigante mandíbula de una ballena jorobada emergiendo entre las frías aguas, justo por donde subían las burbujas del snorkel de su amigo.

“De repente, sentí un gran empujón y lo siguiente que supe es que todo estaba completamente negro”, explicó Packard cuando lo dieron de alta del hospital después de tratar sus heridas superficiales.

Michael comentó sus primeros pensamientos al ser engullido: “¿Acaso me atrapó un tiburón o...? No, estoy dentro de una ballena”. Agregó que: “En lo único en lo que pude pensar dentro de toda esa oscuridad fue en mis dos hijos y mi esposa. Pensé que no volvería a verlos y me dije ‘Este es el fin, hasta aquí llegué’”. A pesar de estar solamente unos 20 segundos dentro de las fauces del animal, eso fue más que suficiente para preocuparlo.

Afortunadamente, a la ballena no le agradó el sabor de este buzo, así que se acercó a la superficie y comenzó a agitar su cabeza para expulsarlo.

“De repente vi una luz y cuando menos me lo esperaba, ya estaba afuera, de vuelta al mar” contó Michael recordando lo sucedido con una amplia sonrisa. A pesar del gran susto que se dio, se sentía aliviado de haber salido solo con algunas heridas menores.

Su amigo y capitán, Joe Francis, comentó lo siguiente: “Fue toda una escena, vi las fauces blancas salir del agua y me dije ‘Eso es una ballena’”.

Cuando Packard finalmente salió a flote, pudieron llevarlo al hospital más cercano para recibir ayuda.

¿Qué tan grande es una ballena jorobada?

Las ballenas jorobadas también son conocidas por su nombre científico de Megaptera novaeangliae, son de los cetáceos más grandes registrados, llegando a medir más de 14 metros y pesar más de 35 mil kilos. Se distinguen de otras ballenas principalmente por sus aletas pectorales largas y cabeza nudosa, además de un aspecto que las hace parecer “jorobadas” (de ahí su nombre).

Su cavidad oral mide aproximadamente 3 metros, por lo que un humano cabría fácilmente. Sin embargo, es improbable que uno de estos cetáceos pudiera devorar uno, pues su dieta se compone principalmente de plancton, kril y arenques; por lo que las presas de mayor tamaño no se les hacen apetecibles.

Lo que le ocurrió a Michael Packard es algo verdaderamente extraordinario, casos así son muy raros y difícilmente se repiten, por lo que este hombre continuó con su labor como buzo de langostas una vez se recuperó. Por fortuna, ese inesperado encuentro terminó de forma positiva, sin daños que lamentar. Estos sucesos, aunque escasos, no son únicos.

¿Conoces algún caso similar o te recuerda a alguna historia? Cuéntanos en los comentarios

Imagen de portada Rohitkushwaha / Pixabay

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