Un viejo naufragio congelado en el tiempo deja a los científicos atónitos
Dicen que nada se pierde realmente, y es cierto. Descubramos algunos barcos congelados en el tiempo. El primero es más que fascinante. Se trata del naufragio de Anticitera. Es un barco comercial griego del siglo I a. de C. Se encuentra en el lado este de la isla griega de Anticitera, en el punto de unión de los mares Egeo y Mediterráneo. Unos 2000 años después, en 1900, un grupo de buceadores griegos descubrió el naufragio. Se dirigían a Túnez, pero se vieron obligados a refugiarse de una tormenta en una isla cercana. Como no podían ir a ningún sitio, decidieron buscar esponjas hasta que el tiempo se calmara. Uno de los buzos halló el naufragio a una profundidad de unos 40 metros. Imagina que alguien va a buscar esponjas, pero que regresa a la superficie con tesoros arqueológicos.
El capitán del barco habló con los funcionarios griegos, y ellos enviaron dos barcos a los restos. La operación de salvamento fue un éxito, y los descubrimientos se encuentran ahora en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas. Entre los hallazgos se encuentran tres caballos de mármol de tamaño natural, joyas, monedas y cientos de obras de arte, incluida una estatua colosal de Hércules de dos metros de altura. Entre estos tesoros, el Efebo de Anticitera, una estatua de bronce de un hombre joven, fue el que más llamó la atención, ya que no responde a ningún modelo iconográfico conocido, y no se conocen copias de su tipo. Sostenía un objeto esférico en la mano. Los estudiosos tienen diferentes teorías sobre quién podría ser esa persona, pero aún no hay consenso.
Más de 70 años después, Jacques-Yves Cousteau y su equipo fueron a la zona y recuperaron cientos de artefactos más, así como los restos de cuatro personas. También descubrieron un complejo conjunto de engranajes entrelazados, capaces de predecir el movimiento del sol, la luna y varios planetas. El mecanismo también puede indicar la hora de los eclipses solares y lunares con años de antelación. Piensa en este mecanismo de Anticitera como un primitivo calendario informático. Ya sabes, para planificar eventos importantes, como actividades agrícolas, rituales religiosos y los Juegos Olímpicos. Estos artefactos encontrados en los restos de Anticitera son algunos de los hallazgos más importantes de la arqueología moderna. El propio mecanismo de Anticitera ha cambiado nuestra percepción de los límites de la tecnología antigua. Tiene un diseño sofisticado y fue fabricado hace más de mil años.
Incluso después de todos estos sorprendentes descubrimientos, los expertos creen que el lugar del naufragio permanece inexplorado en buena medida. Esto se debe principalmente a su ubicación y al paisaje del fondo marino sobre el que descansa el barco. El pecio es demasiado profundo para los buceadores, pero también demasiado poco profundo para usar algo como un sumergible. Un estudio realizado en el fondo marino en 2012 mostró evidencias de un segundo pecio a unos 250 metros al sur. Está claro que esta zona tiene mucho que ofrecer a la humanidad. ¿Qué habría pasado si esos recolectores de esponjas no hubieran viajado allí?
Los científicos encontraron un barco naufragado en la Antártida, en el fondo del mar de Weddell, 107 años después de su hundimiento. El nombre del barco era Endurance, y era el barco perdido del explorador antártico sir Ernest Shackleton. Los científicos que pusieron sus ojos en él décadas después dicen que se encuentra entre los mayores naufragios no recuperados de la historia, así que filmaron todo el descubrimiento. El video revela los restos del Endurance y demuestra que sigue en un estado extraordinario. Lleva más de un siglo sumergido a 3 kilómetros de profundidad, pero es como si se hubiera hundido hace muy poco. La historia es la siguiente. El barco fue aplastado por el hielo y se hundió en 1915. Shackleton y sus compañeros tuvieron que escapar en pequeños botes salvavidas. A partir de entonces, todo era cuestión de supervivencia. Shackleton logró poner a su tripulación a salvo, pero el barco se hundió. Sí, es una historia impresionante, aunque ¿por qué los científicos aprecian tanto este barco?
En primer lugar, la Expedición Imperial Transantártica de Shackleton navegó para realizar la primera travesía terrestre de la Antártida. Sí, la tripulación quedó atrapada en el hielo, pero la intención era importante. En segundo lugar, se trata del propio desafío de hallar el naufragio. El mar de Weddell está casi siempre cubierto por un grueso hielo marino, el mismo que hizo que el Endurance se hundiera. Acercarse al lugar del presunto hundimiento es superdifícil, y ni hablar de llevar a cabo la investigación. Los expertos del equipo de exposiciones modernas previeron el momento con la menor extensión del hielo marino antártico utilizando imágenes satelitales. Se dieron cuenta de que el tiempo clima a su favor para iniciar una expedición. El Dr. John Shears dijo que “han completado con éxito la búsqueda de naufragios más difícil del mundo, luchando contra un hielo marino en constante cambio, ventiscas y temperaturas que descienden a −18 °C”. Si estas condiciones son las favorables, no puedo imaginar las peores condiciones en la Antártida.
Por último, ¡mira esto! Es madera. Está en muy buen estado, ¡y es posible leer el nombre del barco! Aún es visible. El arqueólogo marino Mensun Bound dice que este es el mejor naufragio de madera que ha descubierto. Tiene una carrera de 50 años, ¡así que le creo! ¿Cómo es que la madera no está podrida? La Dra. Michelle Taylor, bióloga de las profundidades polares, asegura que la madera se ha deteriorado poco porque los animales que comen madera no se encuentran en esta región libre de bosques de la Antártida.
Los trabajadores de una mina de carbón en el este de Serbia descubrieron tres naufragios que llevaban allí al menos 1300 años. El mayor de los naufragios es una antigua flota romana. Tiene unos 15 metros de largo y un fondo plano. Se calcula que el barco podía llevar una tripulación de 30 a 35 personas. Observando el casco, se pueden ver las marcas de las reparaciones. Vaya, tuvo una larga carrera. Nos ofrece un panorama de la vida hace más de mil años. Las dos embarcaciones más pequeñas, por otro lado, coinciden con las descripciones de barcos utilizados por grupos eslavos para atacar la frontera romana. Han sido descubiertas debajo del lodo y la arcilla en el lecho de un antiguo río. Al parecer, en aquellos tiempos había una base romana en un lugar llamado Viminacium. Curiosamente, Viminacium era una capital de provincia con unos 40 000 habitantes en el siglo IV d. de C. A modo de comparación, era aún más grande que Pompeya. La mina de carbón de Kostolac es un centro de joyas ocultas. Los arqueólogos ya habían encontrado aquí pruebas de actividad humana y animal. Por ejemplo, en 2012, los expertos hallaron huesos de al menos cinco mamuts lanudos, que se extinguieron hace unos 10 000 años.
Unos arqueólogos han encontrado un barco 150 años después de su desaparición en las aguas del Ártico canadiense. Este buque mercante se llama HMS Investigator. Fue adquirido en 1848 para buscar el barco del explorador Sir John Franklin, que se perdió en la expedición del paso del Noroeste. Así, el HMS Investigator partió de Gran Bretaña en 1850 para esta operación de rescate, dirigida por Robert McClure. El capitán se dio cuenta de que se encontraba en la etapa final del paso del Noroeste, la ruta marítima a través de América del Norte. Sin embargo, antes de que pudiera adentrarse en el mar de Beaufort, el barco de 122 toneladas se atascó en el grueso hielo.
La tripulación pasó el invierno en el estrecho del Príncipe de Gales. El verano siguiente, McClure intentó una vez más navegar hasta el final del paso, pero el hielo volvió a bloquearle el camino. La tripulación se vio obligada a abandonar el barco por segunda vez. McClure los llevó a la bahía de la Misericordia, y allí permanecieron hasta 1853, cuando la tripulación del HMS Resolute los rescató. Imagínalo: una tripulación de 60 personas tuvo que pasar tres inviernos en el Ártico sin saber si sobrevivirían. Más tarde, el barco fue hallado en posición vertical a una profundidad de unos 11 metros. ¡Estaba en muy buen estado! El agua del Ártico impidió que la cubierta exterior se deteriorara rápidamente. El contorno del barco y su madera pueden apreciarse sin problemas. Además, los arqueólogos han descubierto artefactos en tierra abandonados por los marineros. Habían descargado todo antes de abandonar el Investigator. También han descubierto tres tumbas de marineros y un naufragio de la marina británica en la zona. Me pregunto qué más podrían encontrar allí.