14 Pruebas de que los cineastas ni siquiera tienen idea de cómo las personas de otras profesiones ganan dinero

Arte
hace 2 años

Para filmar una película espectacular, a menudo los cineastas hacen caso omiso de la credibilidad. Sobre todo en el caso de las diferentes profesiones. A veces, al ver el trabajo de algunos personajes en la pantalla, pensamos: “Me equivoqué con la elección de profesión”.

Por supuesto, Genial.guru entiende que a nadie le interesa ver el trabajo rutinario que los diferentes profesionales se ven obligados a soportar en la vida real. Sin embargo, tampoco hay que hacerse la ilusión de que no existe en la vida real.

  • Sirvientas y meseras. Al ver su vestimenta en las películas, se crea la sensación de que buscan atención a propósito. Si en la vida real, al igual que en las películas, se pusieran minifaldas y blusas escotadas, entonces seguramente se quejarían mucho de su trabajo. Parece absurdo usar tacones altos cuando tienes que dar mil vueltas por el restaurante.
  • Freelancers. En la pantalla, vemos que estos profesionales trabajan solo en su tiempo libre, no le deben nada a nadie y, al mismo tiempo, gozan de lujos. Al parecer, se inspiran en las imágenes de los hombres de negocio que aparecen en la publicidad en línea, quienes, por ser personas bondadosas, ofrecen formación gratuita y enormes honorarios. Aunque las verdaderas personas que hacen trabajo freelance saben lo que es la competencia, las fechas de entrega y los clientes deshonestos.
  • Empleados de los archivos. Un futuro lejano. La humanidad crea máquinas voladoras, robots que no se pueden distinguir de los humanos y... archivos enormes en los que puedes deambular por semanas. Al parecer, el progreso se fue por un camino equivocado, porque hoy la gente está tratando de digitalizar todo. Y aun así, los directores de películas sobre la modernidad confunden los lugares donde se almacenan los archivos con los museos, en donde se pueden encontrar esqueletos y otros artefactos, y no una montaña de papeles.
  • Técnicos de laboratorio. Para que el espectador tenga la sensación de algo complejo y científico, los cineastas no se complican con su trabajo: simplemente llenan una habitación con frascos y microscopios incomprensibles. No se ven marcas en ningún lado y parece que los técnicos de laboratorio tienen que determinar una sustancia solo por su olor y sabor. En los laboratorios reales no verás imágenes de este tipo.
  • Músicos. Para darle a una escena un giro emocional, los bateristas pueden tensarse como si estuvieran tratando de hacer un agujero en la batería, aunque para tocar necesitan estar relajados. En las películas, los pianistas, violinistas o violonchelistas ni siquiera se molestan en mirar su instrumento, sino que dirigen su mirada hacia un lugar lejano. Para tocar bien estos instrumentos, tendrás que verlos y leer la partitura musical.
  • Albañil. En las películas puede parecer que este es un trabajo fácil: las herramientas son siempre nuevas; no se requiere nada más que un martillo y un par de llaves para realizar tareas complejas y los lugares de trabajo están limpios incluso en un sitio donde se llevan a cabo obras de construcción. A los verdaderos albañiles también les gustaría que todo fuera tan fácil y cómodo, pero la realidad es menos optimista.
  • Bailarines. Por lo general, los bailes en las películas se ven impresionantes, pero a menudo los cineastas descuidan su técnica y por esta razón los profesionales quedan desconcertados. Por ejemplo, la mano de un hombre en un vals suele estar en la cintura de una chica y no en los omóplatos.
  • Psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas. A menudo, en las películas, estas tres profesiones se confunden o una de ellas puede realizar las funciones de las tres a la vez. De hecho, hay una gran diferencia. Un psicólogo, a diferencia de otros, no es un médico. Les ayuda a las personas a encontrar una solución a las situaciones problemáticas. Los psiquiatras recetan medicamentos y no llevan largas conversaciones con los pacientes. Los psicoterapeutas trabajan con depresión, manías y otras patologías, pero pueden contar con capacitaciones adicionales y también realizar las funciones de psicólogo y psiquiatra.
  • Soldadores. En las películas, se utiliza menos equipo de protección del que se usa en realidad. Incluso muestran cómo chicas con el cabello suelto realizan ese tipo de trabajo, que habría hecho que sus mechones se quemaran. También es muy ingenuo creer que se puede cortar fácilmente una puerta de una caja fuerte con unos pequeños quemadores. Se necesitaría mucho tiempo para hacerlo y la habitación se llenaría de tanto humo que los personajes no podrían respirar.
  • Periodista. A veces no queda claro si en la película vemos a un policía, un detective privado o a un periodista. Ellos resuelven los casos más complicados, violan la ley y se meten en situaciones extremadamente peligrosas. En la vida real, este es un trabajo más aburrido que consiste en conocer gente, mantener correspondencia con agencias gubernamentales, entre otras cosas.
  • Psicolingüista. En las películas vemos que ellos pueden detectar a los mentirosos por su conducta. Sin embargo, la única forma de descubrir que alguien está mintiendo no tiene nada que ver con mirar sus ojos, manos y sudor. Es mucho más simple: necesitas saber la verdad. Si no la sabes, entonces la probabilidad de identificar a un mentiroso es de aproximadamente un 53 %; es casi lo mismo que jugar a cara o cruz lanzando una moneda al aire. De este modo, en la vida real es muy probable que engañen descaradamente a todo el mundo.
  • Jugadores de ajedrez. Es casi imposible que un jugador experimentado haga jaque mate en unos pocos movimientos, pero los cineastas siguen inventando genios que son capaces de hacerlo. Aunque, si el nivel profesional de los jugadores de ajedrez reales difiere mucho, entonces será una partida larga de ataque por parte del jugador fuerte y de defensa por parte del jugador no tan experimentado. No habrá mates repentinos en el juego con tan solo un paso ingenioso.
  • Personal médico. Los empleados de los hospitales no tienen nada en contra de llevar a un paciente en una camilla, pero en la vida real, esta es tarea de personal especializado. Sin embargo, en las películas vemos que todo el personal de salud, incluyendo médicos, enfermeras y limpiadoras, llevan a cabo este trabajo. En la vida real, llevar una camilla es incómodo. En general, los hospitales se representan de una forma inverosímil en la pantalla, ya que los guionistas creen que un paciente viene acompañado de monitores cardíacos que emiten sonidos y máscaras de oxígeno, y conectan estos objetos a todos los “pacientes”. Por cierto, si un paciente tiene asistolia (incapacidad del corazón para lograr una contracción; en el dispositivo ECG se muestra como una línea recta), entonces los desfibriladores no ayudarán, aunque en la pantalla los personajes lo siguen intentando. En este caso, se aplica un masaje cardíaco o adrenalina.
  • Escritores. En la industria cinematográfica, podemos ver la siguiente imagen de esta profesión: toda la habitación está llena de páginas mal escritas mientras toman una cantidad excesiva de café. Al mismo tiempo, son muy encantadores y reúnen una multitud de fanáticos y admiradores a su alrededor, pero llevan un estilo de vida asocial. En la vida real, son personas normales que pueden poseer diferentes personalidades y llevar el estilo de vida que quieran, que a menudo es más aburrido y menos romántico.

¿Tu profesión es representada más creíblemente en la pantalla o a menudo pones tus ojos en blanco a la hora de verla en las películas?

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Los médicos siempre ponen los ojos en blanco al ver este tipo de series

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