Qué hacer para acostumbrarnos a respirar por la nariz y por qué no deberíamos hacerlo por la boca
Como todos sabemos, si no respiramos, no podemos vivir. Pero hacerlo incorrectamente también nos puede traer consecuencias negativas. Lo bueno es que, si el cuerpo está acostumbrado a llevar una mala respiración, la solución puede llegar a ser sencilla.
En Genial.guru nos queremos asegurar de que conozcas si llevas una buena respiración o no, y qué puedes hacer para respirar correctamente.
Cuáles son las consecuencias de respirar por la boca
Los motivos de la respiración bucal pueden ser varios, como una malformación en la nariz, alergias, inflamación, entre otros. El cuerpo se obliga a respirar por la boca por supervivencia, pero esto puede desencadenar otros tipos de males.
Dependiendo de la cantidad de tiempo que se lleve respirando por la boca, esto puede hacer que la anatomía bucal se vea afectada, crear problemas de inflamación y hasta provocar cambios en el habla, llegando a perjudicar el desempeño escolar.
Beneficios de respirar por la nariz
La función de los pulmones es procesar el aire para conservar el oxígeno y expulsar el dióxido de carbono. Para que este proceso se haga a la perfección, es necesario respirar por la nariz. Cuando el aire entra por la nariz, es purificado con ayuda de los vellos y la mucosa, que van limpiando las partículas de polvo del ambiente y capturan los gérmenes, ayudando a que disminuya el contagio de enfermedades.
Lo otro que hay que tener en cuenta es que la nariz humedece el aire. Debido a esto, evita que las vías respiratorias se sequen, ya que, si las paredes de los pulmones se secan, esto puede perjudicar su funcionamiento.
Ejercicios que ayudan a acostumbrarnos a la respiración nasal
1. Respiración profunda
Algunas personas asocian la respiración profunda con la rabia o molestia. La razón es que, si estamos en una situación de estrés, el tomar aire por la nariz y soltarlo suavemente por la boca puede ayudar a tranquilizarnos.
2. Respiración diafragmática o abdominal
Consiste en tomar aire por la nariz y almacenarlo en el diafragma o el abdomen por unos segundos. Lo ideal para hacer esto es estar en un lugar tranquilo, sentado o acostado. Una de las formas para comprobar si se está haciendo correctamente es poner una mano en el pecho y otra en el estómago, asegurándose de que lo que se esté moviendo sea en estómago o el vientre, no el pecho.
3. Respiración completa
Este tipo de respiración es lenta. Primero se debe expulsar la mayor cantidad de aire de los pulmones. Después hay que inhalar llenando primero el abdomen, seguido de los pulmones y el pecho, todo de una sola bocanada suave y profunda. Debes mantener el aire por unos segundos y luego expulsarlo, empezando por el pecho y terminando en el abdomen.
4. Respiración alternada por las fosas nasales
También llamada respiración nadi shodhana, consiste básicamente en una respiración profunda, con la diferencia de que la inhalación se hace por una de las fosas nasales mientras la otra está tapada, y la exhalación se hace por la otra fosa, cubriendo la que en un principio estaba abierta.
5. Respiración de kapalabhati o de fuego
Esta es una respiración que se practica en yoga, ya que se tiene que hacer con supervisión. Puede causar hiperventilación o dolor abdominal si no se realiza correctamente. Se comienza con una inhalación lenta y profunda, seguida de la exhalación abdominal rápida y forzosa. Se recomienda hacer 10 repeticiones con dos segundos de diferencia entre una y otra.
Qué debemos hacer a diario para llevar una buena respiración
Es importante llevar una respiración consciente y buena, ya que puede mejorar tu capacidad pulmonar. Por ello, es necesario seguir algunos consejos a diario.
- Vigila la postura. Si estás acostado, usa una almohada media y adopta una posición fetal. Al caminar, trata de ir al ritmo de la respiración, mirando hacia al frente y con la espalda recta. Si estás sentado, recuesta la espalda alineando la columna, con los hombros relajados. Son posiciones que permiten el fácil acceso de aire en el cuerpo.
- Controla el peso. El exceso de grasa abdominal entorpece la respiración, ya que empuja el diafragma, aprieta la caja torácica y les quita espacio a los pulmones, haciendo su trabajo más difícil.
- Caminatas matutinas. Así como el ejercicio te ayuda mejorar la respiración, la vitamina D también lo hace. Caminar en las mañanas es una de las formas de absorber esta vitamina naturalmente.
- Ventila la casa. Existe un gas natural que producen las rocas y el suelo, llamado radón, que puede llegar a contaminar el aire de las casas. Por eso se recomienda ventilar las viviendas, especialmente los pisos bajos. Además, hay que estar atentos a las grietas o huecos en el piso. Para eliminar las toxinas, puedes conseguir un purificador de aire. Este también controla la humedad, que debe estar en un 45 %.
- Evita respirar químicos tóxicos. Nos referimos a esos productos de uso doméstico como insecticidas o pinturas, ya que pueden llegar a irritar los bronquios y pulmones, contribuyendo al desarrollo de enfermedades respiratorias.
- Hidrátate. Para funcionar correctamente, los pulmones y las vías respiratorias necesitan generar mucosidad. El cuerpo no puede fabricarla si estamos deshidratados. Así que tomar 8 vasos de agua al día ayuda a mantener en buen estado los tejidos pulmonares.
De niño, cuando jugabas en la piscina, ¿cuánto era lo máximo que podías aguantar sin respirar debajo del agua? ¿Cuál es el olor que te trasporta a un lindo recuerdo?