20 Frases magníficas pronunciadas sin querer por gente dormida

Gente
hace 3 años

Generalmente, por la mañana todos los éxitos de taquilla y comedias románticas en las que tenemos el rol principal durante la noche se desvanecen como el humo. Y solo un par de palabras dichas accidentalmente en voz alta indican que nuestra vida en los sueños es extraña, variada y tiene su propia lógica.

Genial.guru ha recopilado frases de personas dormidas que demuestran que nuestra vida es cien veces más interesante en los sueños que en la realidad. Y al final del artículo hay un bono: la historia del sueño de un agente especial fracasado.

  • Mi esposo habla dormido. Al principio me sobresaltaba cuando escuchaba: "Levántate, rápido, vienen los nazis, hay que esconder a los niños y a la vaca en el sótano". Pero luego me acostumbré, a veces ni siquiera escucho lo que dice. Pero esta noche se volvió hacia mí y gimió: "Luuuz, no dejes que el muñeco de nieve entre a la casa, o habrá agua y zanahorias, agua y zanahorias..."
  • Mi novio me despierta a las 5 de la mañana y me pregunta ansiosamente: "¿Qué hora es? No puedo fijarme en mi reloj, está en sistema binario". Perpleja, miro el reloj y le digo la hora. Él se duerme tranquilo, yo, durante largo rato, intento entender qué demonios fue eso.
  • Mi esposo me despierta en medio de la noche y dice:
    —¡Vamos!
    —¿A dónde?
    —Carguemos árboles.
  • Durante el embarazo, por alguna razón comencé a hablar dormida. De vez en cuando divertía a mi esposo con frases tipo:

    "¿En qué parte de la luna se inserta el reloj?"
    "¡No quiero ser un pelícano, llévate el geranio!"
    "Gris, gris, gris... ¡Dame un espejo de colores!"

  • Por la mañana trato de despertar a mi esposo con caricias. Él, alejándome y resistiéndose, dice:

"¿Pero qué haces? ¿No ves que el semáforo está en cero?"

  • 2 de la mañana. Call center de línea directa de emergencia automotriz. Estoy sentado, leyendo. De repente, se escucha la enérgica voz de un colega dormido:

"Buenas tardes, mi nombre es Alejandro. ¿Qué le ha pasado? ¿Con quién tengo el gusto de hablar? ¿Ya ha llamado a la policía? Describa el daño del auto. Una abolladura en el ala izquierda, la puerta rayada. Por favor, deme el número de la patente..."

Y sigue hablando con el cliente. ¡Pero su teléfono no había sonado!

Y al final de la conversación dice con la misma voz enérgica:

"¡Gracias por comunicarse con nuestra empresa!"

  • En mi casa también vive un sonámbulo. Cada noche sucede algo.

Una vez gritaba:

"Devuélvanme mi nube, ¿dónde está mi nube?"

  • Una vez me desperté por la noche porque mi esposo se había sentado. Veo que hacía como si juntara algo en la palma de la mano y luego se lo metiera en la boca. Se quedó así, masticando. Le dije:

—Miguel, ¿qué estás comiendo?
—Clavos.
—¿De dónde los sacaste?
—¡Me los dio mi mamá!
Terminó de masticar y seguimos durmiendo.

  • Mi esposo dormido

—Bzzzzz... Buzzz... Buzzz...
—¿Qué estás haciendo?
—Me estoy infiltrando en un grupo de mosquitos.

  • Mi amigo me dijo dormido: "Pon la alarma del sonido verde, aleja a los fantasmas".
  • Me despierto porque me están contando una historia complicada, pero entredormida no entiendo y pregunto fuerte:

"¿Qué?"
Mi esposo, claramente molesto por mi falta de atención, irritado, dice:
"Pero no vayas a perderla".
Yo, ya despierta, siento curiosidad por su trama somnolienta, y pregunto:
"¿A quién?"
A lo que mi marido, con voz de las mejores películas de galanes, dice:
"La cau-te-la..."

  • Mi esposo acaba de decir dormido que un borde no es peor que un círculo. Heme aquí, pensando...
  • Hace poco, mi esposo dijo:

—¡Mira, mira!
—¿A dónde?
—¡Ahí, donde está el hombre!
—¿Qué hombre?
—Ah, me olvidé de que no puedes ver mis sueños.

  • Mi esposo habla dormido. Cuando le pregunto algo, empieza a responder toda clase de tonterías. Pienso en hacerle una broma. Le digo:

—Alex, ¿a quién amas?
—Al plástico.
—¿Qué plástico?
—Poliestireno extruido.
Las refacciones de casa prolongadas no llevan a nada bueno.

Bono: un sueño injusto

Soñé que no me aceptaban en el servicio secreto porque cuando alguien hablaba a mis espaldas, mis orejas se volvían hacia el lado de la conversación. Como las de un gato. Me dijeron que me ponía en evidencia, y por eso no podía ser un agente especial. Sigo ofendido incluso después de haberme despertado.

Imagen de portada NYA2014/Pikabu

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