20 Tuits de adultos que recuerdan sus hazañas de la infancia

Historias
hace 4 años

Cuando somos niños, la vida es un verdadero misterio, el juego es el lema número uno y las pequeñas innovaciones hacen que todo sea más divertido. Todavía no somos lo suficientemente maduros como para tomar las mejores decisiones y no somos capaces de comprender la ley de “acción y reacción”, y eso es exactamente lo que les provoca escalofríos a nuestros padres.

Genial.guru encontró internautas que cuentan las travesuras que hicieron en su infancia. Al recordarlas, han podido comprender a sus padres. ¡Compruébalo!

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Y tú, ¿tienes alguna buena historia que contar? ¡Comparte tu experiencia con nosotros en la sección de comentarios! 😉

Comentarios

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Cuando era niño , seguido me iba de pinta , un día al regresa de "la escuela" , me esperaba ya mi papa con el cinturón y me golpeo , le pregunte que porque , me contesto que porque nosotros no teníamos peces en el tanque ( ese día me fui de pinta a un rió , llene una gran bolsa de agua y peces y la vacié en el tanque) .

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otro día se me ocurrió amarrar un gato a un árbol , colgando de la cola ... un joven al tratar de liberar al gato sufrió múltiples rasguños y termino en el hospital.

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otro día , venia de la escuela con un compañero , a el le dieron ganas de hacer pipi y se metió entre unas hierbas altas , yo jugando , tome una piedra algo grande y la aventé para asustarlo , me asuste mucho al ver que no salia y lo fui a buscar , lo encontré sangrando y con un golpe en la cabeza ( se desmallo del golpe ) , fue sin querer ...

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Cuando aprendí a escribir, me encantaba hacerlo en las paredes de la casa y para que no me regañaran siempre ponía " lo escribió Chayo" ella es una de mis hermanas y obvio siempre supieron que no era ella. ???

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Una vez cuando tenía 7 años, mi madre me envió a comprar 2 botones a la tienda. Cuando iba de regreso a casa con los botones, se me hizo fácil meterme uno a la boca y juguetear con el. El problema fue que a 10 metros de llegar a casa me lo trague por accidente. Traté de explicarle a mi madre pero no me creyó. Pensó que lo perdí en el camino.

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Cuando tenía 11 años me metí un frijol a él oído y no le dije a nadie de mi casa salió como a los tres meses. Y cuando tenía 6 salte sobre una palma con espinas por un reto de mi hermano mayor para ganarle yo no sabía que tenía espinas

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