Este hombre ganó el “Premio Nobel Alternativo” por convertir el desierto en bosque, y su acción nos hace pensar que no todo está perdido

Historias
hace 4 años

La situación actual respecto al cambio climático hace que muchos quieran poner su granito de arena para tratar de revertir el proceso, pero hay quienes no se conforman con tratar. Uno de ellos es Yacouba Sawadogo, cuya historia se retrata en el documental El hombre que detuvo al desierto, y quien desarrolló una técnica que logró volver fértiles más de tres millones de hectáreas de tierras desérticas. Esto lo hizo acreedor al Premio Right Livelihood en 2018.

Genial.guru quiere contarte su historia porque siempre es bueno saber que hay gente en el mundo que trabaja por el bien común sin esperar nada a cambio; historias que nos inspiran a hacer el bien.

La decisión: ¿huir o enfrentar el problema?

Yacouba Sawadogo nació en 1946 en la provincia de Yatenga, al norte del país africano de Burkina Faso. Estudió en el país vecino Malí y, años después, volvió para convertirse en comerciante en un mercado local. Sin embargo, en la década de los 80, vendrían sequías severas que marcaron un antes y un después en la vida de Sawadogo.

La falta de lluvias trajo problemas realmente graves para Yatenga; los cultivos dejaron de producir y, tanto personas como animales, comenzaron a morir de hambre. Por esta razón, muchos decidieron abandonar el área rural para buscar nuevas oportunidades en las ciudades. Pero no Sawadogo. Él decidió permanecer en su aldea y estaba decidido a encontrar una solución a la terrible crisis.

De ser llamado “loco” a convertirse en héroe

La idea de plantar árboles en medio del desierto para reforestarlo hizo que muchos lugareños lo tacharan de loco; pero eso no permitió que Sawadogo claudicará en su objetivo. Después de haber experimentado con varios cultivos, logró demostrar que su técnica era exitosa y, años después, los hechos hablaron por sí solos. Hectáreas de tierras áridas se convirtieron en terreno fértil para un enorme bosque que ahora tiene más de 60 especies de árboles y arbustos, variedad de vida silvestre y es uno de los más diversos creados por un agricultor en la región del Sahel.

Esta importante labor fue reconocida por el Premio Right Livelihood 2018, conocido también como el “Premio Nobel Alternativo”, donde Sawadogo fue premiado “por convertir la tierra estéril en bosque y demostrar cómo los agricultores pueden regenerar su suelo con un uso innovador del conocimiento indígena y local”.

“El impacto de Yacouba en la restauración en el Sahel ha sido mayor que el de todos los expertos nacionales e internacionales en conjunto”.

La clave del éxito

Para lograr su objetivo, Sawadogo no utilizó alta tecnología ni sofisticados sistemas de riego, sino métodos de cultivo practicados por sus antepasados que habían dejado de usarse, pero seguían siendo eficientes. Tardó años experimentando para perfeccionar la técnica y adaptarla a las condiciones de ese momento, pero finalmente lo logró.

Esta técnica de agricultura tradicional se llama “zai” y consiste en agujeros en los que se vacía composta y estiércol para atraer a las termitas. Estas llegan y construyen túneles que ayudan a airear y romper la tierra mucho más que solo con el agujero. Así, para cuando llega el momento de la siembra, ya se habrá creado una extensa red de túneles que hacen que el agua perdure más tiempo en la tierra. Sawadogo comenzó con plantas y después experimentó con árboles, logrando mayor humedad en el suelo e incluso regular el clima.

El impacto local e internacional de la iniciativa

Sawadogo ha enseñado su técnica a otros agricultores de la región, ha cruzado fronteras y mejorado la calidad de vida de las localidades donde es aplicada. Esto no solo ha impactado la seguridad alimentaria que representa, sino también el aumento en el nivel de agua potable en los pozos, la oportunidad de negocios que implica y todas las ventajas ambientales que conlleva (evita la erosión, baja la temperatura, disminuye la velocidad del viento, etc.).

Afortunadamente, esta técnica se ha expandido a otros países africanos. Sawadogo ha viajado para mostrar cómo funciona e incluso las autoridades de Burkina Faso y ONG locales alientan a otros agricultores a adoptar esta técnica en sus respectivas localidades para combatir la desertización y restaurar la capacidad productiva de decenas de miles de hectáreas.

“Este proyecto es para las generaciones futuras. No quiero comer hoy y dejar a las generaciones futuras sin nada que comer. El trabajo que hago es crear las semillas para la riqueza, no solo para Burkina Faso, sino para muchos otros países”.

A este heroico agricultor le tomó cuarenta años recuperar esas tierras, por eso vale la pena dedicarle este artículo a su historia. ¿Conoces el caso de otras personas que hayan hecho algo similar? Coméntalo aquí abajo.

Comentarios

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Qué grande este señor, tan bueno que se preocupa y lo hace por las generaciones venideras

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