“Nunca sentí una conexión con ella”, la historia de cómo Serena Williams descubrió el amor por su hija tras su embarazo

Historias
hace 1 año

Serena Williams no solo es un icono del tenis, sino que también, gracias a la apertura que ha tenido para compartir diferentes aspectos de su vida personal con sus seguidores, es una guerrera que ha mostrado su lado humano y los retos de salud física y mental que ha vivido en su faceta como madre. Ha visibilizado lo que antes muchas callaban por temor a ser criticadas y ha empatizado con muchas mujeres que han pasado por situaciones similares.

En Genial.guru, te compartimos la valiente confesión que hizo Serena respecto a su embarazo y a cómo vivió los primeros días con su hija. No podemos admirar más su resiliencia y tesón para seguir adelante y ser una mamá ejemplar.

Aprendió de la resiliencia desde pequeña

Desde niña, el padre de Serena, Richard Williams, decidió criarla a ella y a sus demás hijos en lo que él llamó “los valores del triángulo de vida: compromiso, confianza y coraje”. Algo que pareciera muy simple, pero que en la vida futura de Serena le dio las bases para poder enfrentar con resiliencia todo lo que viviría en su vida adulta, tanto a nivel personal como profesional.

Los retos de salud que ha enfrentado

Serena tomó por primera vez una raqueta de tenis a la edad de 3 años. Desde pequeña, el deporte la hizo vivir muchas cosas: “Me torcí los tobillos, me rompí las rodillas, jugué con un talón de Aquiles vendado y abandoné la mitad del juego por espasmos en la espalda”. En 2011, sufrió una embolia pulmonar, lo cual le hizo atravesar una situación crítica. Ha sufrido, como ella misma lo ha dicho, todas las lesiones imaginables, “conozco mi cuerpo”.

Una vida de ensueño

En 2017, parecía que todo era miel sobre hojuelas para Serena. En ese año se convirtió en la tenista que más títulos de Grand Slam tiene en su haber en la Era Open (desde 1968) con 23 trofeos; en septiembre se convirtió en madre y en noviembre se casó en una boda hermosa con el empresario y cofundador de Reddit, Alexis Ohanian, con quien salía desde 2015. Todo aparentaba ser perfecto, pero la historia de su parto fue algo particular.

Crónica de un embarazo no anunciado

Serena se enteró de que estaba embarazada 2 días antes del Abierto de Australia. ¡Qué momento tan peculiar para descubrir que dentro de 9 meses llegaría un bebé! Pero ahora, el cuerpo que ella conocía perfectamente y que le había rendido lealtad durante muchos años se dedicaría enteramente a cuidar y nutrir a la nueva vida que se gestaba dentro de ella.

Durante el primer trimestre, Serena tuvo dolores de cabeza y un extraño sabor a fierro en la boca, pero nada alarmante. “Tuve un embarazo maravilloso. Supongo que soy una de esas mujeres a las que les gusta estar embarazada. Disfruté de la atención positiva, ya que estoy acostumbrada a las críticas y a la atención negativa que recibo de los medios”.

La llegada de una luz a su vida

Serena confesó que se obsesionó con que su hija naciera en septiembre, por lo que le administraron una pastilla para inducir el parto a finales de agosto. Las contracciones llegaron “¡y fue genial! Sé que eso no es lo que se supone que dice la gente, pero estaba disfrutando el trabajo de parto. Vivía el momento. Me encantaron los calambres, sentir mi cuerpo tratando de sacar al bebé”. Sin embargo, el latido de Olympia comenzó a subir y bajar. Había llegado el momento de una cesárea.

Serena realmente quería un parto natural, pero ella supo que no era lo indicado: “He tenido tantas cirugías, ¿qué más daba otra? Ser un atleta se trata de controlar tu cuerpo constantemente, ejercer su poder, pero también se trata de saber cuándo rendirse. Estaba feliz y lista para dejarlo ir; la energía en el quirófano cambió totalmente. Pasamos de estar en un proceso intenso y aparentemente interminable a un plan claro para traer a este bebé al mundo”.

Hizo que su voz se escuchara

Tras la cesárea, Serena se sentía sofocada. No podía respirar, por lo que comenzó a toser para poder tomar más aire, pero lo hizo tan fuerte que la herida de la cesárea se abrió. Hubo que intervenirla por segunda ocasión. Ella sabía que algo malo estaba pasando en ella, por lo que pidió al personal médico que le hicieran análisis de sus pulmones, pero no le hicieron mucho caso. Ella no cesó en su petición hasta que la doctora la atendió y encontraron un coágulo en sus pulmones. Afortunadamente, se hizo escuchar y fue sometida a una tercera cirugía. Estaba exhausta, pero todo había terminado.

De frente a la maternidad

Serena se sentía nerviosa por conocer a Olympia, su hermosa bebé. “A lo largo de mi embarazo, nunca sentí una conexión con ella. Si bien me encantaba estar embarazada, no pasé por ese increíble ’Oh, Dios mío, este es mi bebé’, nunca. Es algo de lo que la gente no suele hablar, porque se supone que debemos estar enamoradas desde el primer segundo. Sí, yo era una leona que protegería a su bebé a toda costa, pero no me sentía entusiasmada con ella. Durante el embarazo, seguí esperando sentir que ya la conocía, pero esa sensación nunca llegó. Algunas de mis amigas mamás me dijeron que tampoco sintieron la conexión en el útero, lo que me hizo sentir mejor, pero aun así, lo anhelaba”.

Profundo amor y entrega a su hija

Pero lo que sintió Serena por Olympia al verla fue amor a primera vista: “Cuando finalmente la vi, yo ya sabía que iba a ser una niña, incluso antes de que lo confirmáramos, la amé de inmediato. No fue exactamente instantáneo, pero estaba allí, y de esa semilla, creció. No podía dejar de mirarla, mi Olympia”.

¿Qué le dirías a una futura madre que ha pasado por lo mismo que vivió Serena?, ¿cómo la acompañarías durante este proceso de encuentro con su nuevo hijo o hija?

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