Una chica de Miami mostró con su ejemplo a dónde lleva el deseo de vivir una vida de lujos a cambio de un “Me gusta”

Historias
hace 3 años

Lissette Сalveiro tiene un pequeño blog en Instagram. Esta chica es un ejemplo de cómo la obsesión de una vida con lujos en Internet puede provocar problemas reales.

En Genial.guru reconocimos en esta chica a algunos de nuestros conocidos, y nos gustaría saber si entre tus amigos hay personas similares.

Cuando Lissette se mudó a Nueva York para hacer sus prácticas en 2013, se sintió protagonista de la serie de culto Sex and the City. La chica compraba prendas y zapatos de marca, frecuentaba establecimientos caros y sus gastos superaban sus ingresos.

Tras haberse mudado esa ciudad, la chica quería parecer una mujer glamurosa. Pero, en realidad, Lissette se hundía cada vez más en deudas. Su trabajo de medio tiempo no podía cubrir totalmente el alquiler del lugar en el que residía y los gastos semanales en prendas de marca.

"No pensaba convertirme en una estrella de Instagram, pero me impactaba todo lo que veía en las redes sociales", dijo la chica en una entrevista para Business Insider. Las bolsas de Louis Vuitton, Rebecca Minkoff, accesorios hechos a mano de Kate Spade, calzado de marca y cosméticos famosos: todo eso se compraba para vivir esa vida de lujo asombrosa que ella veía en Internet.

Otra trampa en la que cayó nuestra heroína son los geofiltros de Snapchat. Para que nadie sospechara que Lissette llevaba una vida monótona y aburrida, ella quería recolectar al menos 12 geoetiquetas, y para esto tuvo que salir cada mes de viaje. Anduvo por casi todos los estados, estuvo en Cuba y en las Islas Vírgenes, en Marruecos, España, República Checa, Portugal, y muchos otros lugares.

Calveiro usó tarjetas de crédito y no se dio cuenta cómo en cuestión de varios meses acumuló una deuda importante: alrededor de 10 mil dólares. Lissette cree que su mayor error fue tener varias de ellas, ya que no cuidaba cuánto debía, simplemente abonaba mensualmente el pago mínimo en cada una. Pero un día, decidió convertir el pago de las deudas en su tarea principal, y empezó a aprender a administrar sus finanzas.

Lo primero que hizo la chica fue crear el documento de "la salud financiera", donde comparó sus ingresos con los gastos. Lissette se mudó a un departamento más barato y empezó a cocinar más en casa. En 14 meses, logró pagar completamente todas sus deudas y empezar a ahorrar.

Ahora, la chica vive de acuerdo con sus posibilidades y descubrió que esta vida te da más satisfacción. Lissette hace su carrera exitosa en relaciones públicas y marketing en una empresa de Nueva York. En sus ratos libres, la chica lleva un blog, y promueve ideas de la organización sin fines de lucro "Vestido para el éxito", que ayuda a las mujeres de todo el mundo.

"Nuestra obsesión con Instragram y otras redes sociales es una prueba que indica que todos hemos llegado demasiado lejos. Deberíamos acercarnos más, y en lugar de esto, nos aislamos de la realidad", escribe en su blog Lissette.

Lissette aconseja ser sincero y seguir siendo tú mismo, sin olvidar que la vida real no puede ser perfecta. En vez de mirar tu página de inicio y poner "Me gusta" de vez en cuando, envidiando a todos que llevan una vida un poquito mejor que la tuya, no te avergüences de comentar las publicaciones ajenas y agradecer que alguien se fijó en las tuyas. Si de verdad usáramos Instagram como una herramienta de comunicación, y no de presunción, seríamos mucho más felices.

La historia de Lissette Calveiro nos recuerda a todos nosotros que llegó la hora de dejar de tomar fotos por likes y recordar cómo se veían nuestros álbumes fotográficos antes. No importa que esas imágenes estuvieran lejos de poder convertirse en portadas de revistas de moda, en cada una de ellas había algo auténtico, algo que calentará tu alma décadas después.

¿Y tú, cómo te comportas en las redes sociales? Cuéntanos: ¿tienes ese pecado de idealizar tu vida en Internet?

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas