10 Alertas tempranas de que podrías estar en una relación tóxica y qué hacer para superarlo

Psicología
hace 3 años

Es difícil darse cuenta de que uno está acorralado en una relación tóxica, porque estas no comienzan así. Usualmente empiezan como cualquier otro enamoramiento: con mariposas en el estómago, diversión y ganas irresistibles de pasar tiempo junto al otro. Pero cuando las emociones se calman, podemos notar que estamos cayendo en el abismo tóxico de una relación que no debe seguir. Por eso, puede ser bueno conocer cuáles son las primeras señales de una unión así.

Genial.guru te trae algunas señales de alarma que pueden ayudar a identificar una relación tóxica, además de compartir qué pasos puedes seguir una vez que quieras arreglar el problema.

1. Rechazamos nuestra intuición

Hemos empezado a percibir que algo anda mal, que hay algo que simplemente no encaja en nuestra relación, pero negamos nuestra intuición cada vez que este pensamiento aparece en la cabeza. Nos convencemos de que debemos estar imaginando cosas, exagerando, y que todo está bien.

Sin embargo, es muy probable que nuestra intuición tenga razón, porque es una forma de inteligencia subconsciente que registra y analiza cada detalle que percibimos para decirnos si algo va bien o mal.

2. Empezamos a dudar de nuestra realidad

Negar tu intuición se vuelve más fácil si la pareja se une a la causa. Los psicólogos lo llaman descalificación, y es un modo de manipulación por el cual una persona puede hacernos dudar de nuestra razón y juicio.

Si, por ejemplo, les pedimos a nuestras parejas explicaciones sobre por qué fueron a almorzar con una amiga o amigo sin decirnos, voltearán el pastel para acusarnos de celosos o desconfiados, porque “es solo una amiga de la infancia”. Así terminaremos por defendernos de sus acusaciones y pensando que, tal vez, estemos siendo un poco paranoicos.

3. Sentimos que no podemos ser nosotros mismos

Si hay alguien con quien deberíamos sentirnos libres de ser nosotros mismos es con nuestra pareja. Después de todo, se supone que está con nosotros porque le gustamos y nos ama como somos. Pero esto no sucede en una relación tóxica.

Una señal de alarma es sentir que no podemos ser nosotros mismos porque la otra persona nos juzga como insuficientemente buenos de forma constante, alentándonos a ser alguien que no somos.

4. Se sale con la suya

La situación ha llevado a que siempre sean ellos el centro de atención de la relación, porque han empezado a llevar la cuenta de cuántas veces han hecho algo por nosotros. Recuerdan todas las ocasiones en las que nos dieron gusto para usar esto como un as bajo la manga para presionarnos a decir “sí” cuando menos lo esperamos.

5. Vigilamos nuestros pensamientos

Hemos empezado a pensar detenidamente qué vamos a decir y hacer en su presencia para no recibir una mirada de disgusto, sarcasmo o comportamiento ofensivo. Una persona abusiva es impredecible, y por ello nos encontramos con regularidad monitoreando nuestra vida, caminando de puntitas y haciendo malabarismos para no incomodarla.

6. Un día nos trata bien y otro nos trata mal

Es muy difícil salir de una relación tóxica porque usualmente la persona no se da cuenta de que está en una. Pensamos que, en ese tipo de uniones, todos los encuentros son abruptos, tristes y hasta peligrosos, cuando en realidad, el abusador usa la táctica de tratar a su pareja como si fuera de la realeza algunos días, sobre todo al inicio de la relación.

Con ello logran que caigamos en sus redes y que, al momento de exhibir su comportamiento abusivo, recordemos “lo buenos y amorosos” que realmente son y nos quedemos en el enredo por mucho más tiempo. Pero esa dinámica es emocionalmente agotadora e inestable, pues un día estamos en un pedestal y al otro nos critican sin cesar.

7. Estamos aislados de nuestros seres queridos

Una relación abusiva no es otra cosa que un intento de control de una persona sobre otra. Por ello, el sujeto necesita despojarnos de todo nuestro sistema de apoyo, para que así no tengamos a quién acudir o en quién confiar cuando las cosas se pongan feas.

Si nos encontramos evitando ir a almuerzos familiares, ir por un café con nuestra mamá, o si nuestro compañero nos pide cancelar una salida con amigas, mantengámonos alertas. Cuando la culpa del distanciamiento de nuestra familia y amigos sea de nuestra pareja, puede que sea su plan para que nadie más pueda tener influencia sobre nuestra nueva vida.

8. No hay ganas de su parte en la relación

Los días en los que llegaba puntual, nos dejaba una notita en el espejo o nos cubría con una manta si teníamos frío parecen haber terminado. Es claro que nuestra pareja no está poniendo esfuerzo en que las cosas vayan bien entre los dos o trabajando en planes futuros que nos incluyan. En ciertos momentos, incluso pareciera como si la persona estuviera haciéndolo abiertamente. Si ese es el caso, alerta roja.

9. Nos impide ser exitosos

Una pareja con una relación sana suele celebrar sus éxitos como ascensos de trabajo, buenas calificaciones, golpes de suerte. Es esperable que se alegren de que el otro se aproxime a ser su versión deseada.

Pero sucede lo opuesto en una relación tóxica. Nuestra pareja puede sentirse celosa, querer disminuir nuestros logros, grandes o pequeños, hacernos sentir culpables por ella o incluso mostrarse infeliz de que los hayamos conseguido. En pocas palabras, nuestros triunfos le molestan.

10. Damos mucho, pero recibimos poco

El nivel de inversión emocional que hemos rendido a la pareja es muy alto. A ello hay que añadirle todo el dinero y tiempo que hemos dispuesto para que florezcamos como relación. Sin embargo, nuestra “media naranja” no valora esa entrega y no responde de la misma manera. Parece que nosotros llevamos todo el peso de la relación, sin ganar nada por ello y sin tener control sobre ella.

Qué hacer si nos damos cuenta de que estamos en una relación tóxica

1. Habla con tu pareja

Es posible que la toxicidad de la relación se deba a un mal momento o enfermedad que está padeciendo nuestra pareja. Si ese es el caso, sería buena idea conversar con ella para explicarle qué no está funcionando y proponer agendar una cita con un terapeuta.

Pero si la situación no ha sido generada por una causa externa y los patrones de comportamiento abusivo continúan, lo más sano podría ser terminar la relación.

2. Comparte el problema con tus seres queridos

Las personas necesitan de su red de confianza para apoyarse en los momentos difíciles y no mirar atrás. Si deciden terminar la relación, acudir a amigos, padres, hermanos y demás seres queridos que estén al tanto de la situación nos proporcionará un lugar seguro para empezar de nuevo.

3. Ahorra algo de dinero

A veces, una persona abusiva controla a otra porque su pareja depende económicamente de ella. Ahorrar una suma de dinero, lo que se pueda, puede proporcionarnos un colchón económico para retomar las riendas de nuestra vida.

4. Corta la comunicación con tu ex

Si la relación ya terminó, las conversaciones continuas solo prolongarán el proceso de curación y pondrán el peligro cualquier avance que se haya realizado en el camino hacia la independencia personal. Si es imposible cortar la comunicación por completo, por ejemplo, cuando la pareja tiene hijos o comparte responsabilidades mayores, se recomienda mantener solo los intercambios indispensables.

5. Recupera tu autoestima

Compartir tiempo en familia, distraerse con algún pasatiempo y hacer ejercicio son maneras de recuperar la autoestima que solíamos tener y elevar nuestra confianza.

¿Cuáles crees que son los signos más sutiles de una relación tóxica? ¿Qué consejo darías a las personas que están pasando por esta situación?

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Hay muchas mujeres que lo aguantan por razones que desconocimos. Situación financiera, por los hijos....

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