18 Tipos de empleados que no le caen bien a nadie en el equipo

Psicología
hace 3 años

En cada equipo laboral conviven diferentes tipos de personas: con algunas puedes compartir tus secretos, a las otras sueles saludar por la mañana y despedirte de ellas por la tarde y nada más. Y es normal, porque todos somos diferentes, con nuestros propios hábitos y conceptos de la vida. Es imposible caerle bien a todo el mundo, pero la capacidad de evitar enfrentamientos directos con los colegas de personalidad complicada demuestra una vez más tu profesionalismo y resistencia al estrés.

Genial.guru te tiene preparada una recopilación de diferentes tipos de empleados con las ilustraciones respectivas, respaldando la información presentada con la opinión de psicólogos y reclutadores.

El intrigante

El intrigante típico es halagador, servicial y de apariencia amigable. Una persona así inspira confianza, manipula hábilmente a los demás para fines personales y especula con la información recibida. Suele recopilar chismes y meterse en los asuntos personales de sus colegas.

El conservador

Un empleado de este tipo siempre está en contra de cualquier innovación en la oficina, el departamento y la empresa. Si se trata de sus deberes directos, entonces en caso de aplicar algunas innovaciones se queja, se pone descontenta y protesta. Un conservador no acepta las nuevas reglas, es incapaz de aprender, por lo que no lo verás a la vanguardia de aquellos que quieren mejorar sus calificaciones.

El harto

A menudo se puede escuchar de él: “Este no es mi trabajo”, “¿Por qué debería hacer esto?”, “No me pagan por esto”. Pero este enfoque mata la productividad, convirtiendo a un equipo unido en un grupo de individualistas. Un empleado de este tipo nunca hará nada más allá de la norma o un poco más de lo que considera posible. Otra desventaja es que incita y sabotea a otras personas en la oficina con su eterno descontento.

El sabelotodo

Por lo general, se jacta de ser el empleado “más antiguo” de la empresa. La autoestima de este valioso trabajador está por encima de lo común, porque, según sus palabras, casi todos los miembros de la junta directiva han sido sus “alumnos”. Se considera el trabajador más importante e inteligente, cree sinceramente que todo el mundo debe hacer caso a su opinión. Después de todo, solo él sabe la manera exacta de hacer bien las cosas.

El tacaño

No es nada difícil reconocer a un colega de este tipo. Es él quien nunca pone un centavo para celebrar los cumpleaños de sus compañeros, pero luego, corre a la mesa para atiborrarse de pasteles.

La víctima eterna

La jornada laboral aún no ha empezado, y ese colega ya está de mal humor. Nunca trae buenas noticias, se queja diaria y metódicamente de sus problemas en el trabajo y en su vida personal de esta manera deprimiendo al equipo. Si después de comunicarte con una persona así, tienes el impulso de esconderte y llorar, entonces logró su objetivo.

Manipulador

Si el siguiente cumplido que recibiste es seguido inmediatamente por una solicitud de ayuda, entonces tienes delante de ti a este tipo de colega. Manipula a las personas únicamente para sus propios fines e intereses. Si sientes presión emocional o crees que el trabajo que estás haciendo no es tuyo, lo más probable es que estés siendo manipulado. La presencia en el equipo de un “titiritero” genera nerviosismo, conflictos e intrigas que distraen al personal del trabajo y quema su energía.

El meteorosensible

En cada equipo hay un empleado que siempre tiene frío y otro que está muriendo de calor. El primero incluso usa un suéter en verano; siente frío, y elimina instantáneamente cualquier fuente de corriente, ya sea una ventana o un aire acondicionado. El segundo tipo, por el contrario, sufre de calor y abre todas las ventanas, independientemente del tiempo que hace.

De hecho, está bien que algunos pasen calor y otros se sientan congelados, pero a menudo sucede que esos colegas se vuelven extremadamente intolerantes con otros trabajadores si no se respetan sus preferencias de temperatura.

El parlanchín

Un parlanchín típico es una especie del alma de la fiesta. Suele aparecer de la nada y hacer una broma de mal gusto o entrar en una conversación con un chiste preparado de antemano para la ocasión. Inicialmente, puede parecer amigable, porque encuentra fácilmente un lenguaje común con todo el mundo, pero, si lo miras de cerca, verás que su eficiencia en el trabajo es nula. Nada más que risitas, interminables pausas para tomar un café y conversaciones.

El sanguijuela

No le importa utilizar a sus colegas para sus fines personales, pero, a diferencia de un manipulador típico, lo hace para ahorrar su propio dinero, tiempo y otros recursos. Por ejemplo, suele pedir que lo lleven en el auto bajo el pretexto de ser amigos. Además, sus solicitudes se convierten en un hábito y los viajes en el auto de otra persona se dan por sentado.

El insolente

Le encanta romper los límites personales. Entra sin llamar, se mete en las gavetas de sus compañeros sin pensarlo dos veces, no duda en usar el escritorio de otra persona durante el almuerzo, no duda en ocupar una silla junto a un colega que habla por teléfono.

Todo el mundo merece ser tratado con respeto tanto por sus colegas como por los superiores. El estado físico y psicológico en el trabajo y en la vida privada dependen de límites correctamente establecidos. Los límites ayudan a los empleados a ser más productivos y disfrutar de su trabajo.

El vago

Esta es una persona que tiene la capacidad de eludir descaradamente el trabajo en un momento en que todo el equipo está trabajando. Un empleado así es perezoso, pasivo, permanece callado en las reuniones, no aporta ideas y se escaquea de sus obligaciones. A menudo, sus colegas no llegan a comprender por qué sigue trabajando en la empresa y por qué puede pasar la jornada laboral sin hacer nada y ellos no pueden permitirse este lujo.

El solitario

Dicho empleado prefiere trabajar de forma independiente, se considera más inteligente que los demás y, a menudo, subestima a sus colegas. Se considera el más ejecutivo, le encanta hacer todo a su manera y antepone sus necesidades a las del equipo y la empresa. Es peligroso para el empleador porque desintegra al equipo y reduce su productividad.

El crítico

Critica todo lo que ve, incluso si no tiene nada que ver con el trabajo. Es imposible caerle bien a una persona así, porque le parecen absurdas todas tus ideas, sugerencias, comida casera e incluso el aspecto que tienes hoy. Pero en relación con ellos mismos, los colegas tóxicos no aceptan ninguna crítica, porque no dudan ni un segundo de su competencia.

El molesto

Es imposible trabajar con un colega así: no solo es demasiado vago para hacer bien su trabajo, sino que también te distrae con conversaciones incesantes, chismes, solicitudes tontas de ayuda e historias de su vida. Por desgracia, cuando dedicas tu tiempo a un empleado de este tipo, no te da tiempo de hacer tu trabajo.

El inspector

Controla constantemente a todo el mundo: cada paso, cada detalle, cada papel. El hecho es que, un colega así nunca se siente lo suficientemente confiado y seguro como para transferir incluso una pequeña parte de la responsabilidad de su trabajo a otras personas.

El procrastinador

El procrastinador típico suele posponer el trabajo y las tareas. No le importa en absoluto que hoy sea el último día del mes y el informe aún no ha sido presentado. Por desgracia, como resultado de esta actitud hacia las tareas laborales personales, sufre todo el departamento: no cumple con el plan, no hace su trabajo a tiempo, etc.

El cien excusas

Tal empleado suele salir del trabajo antes de tiempo, transferir parte de sus deberes a sus colegas y pedir días libres a sus superiores. Además, para tal caso, siempre tiene preparada una historia increíble. Por ejemplo, la función escolar de su hijo de la cual se enteró literalmente hace una hora, necesita ir corriendo al dentista porque se le está cayendo un diente, el hámster se ha resfriado y hay que llevarlo al veterinario, etc.

¿Tienes colegas de este tipo en tu trabajo?

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