9 Trucos, no relacionados con el ahorro, que te permitirán vivir bien y gastar menos

Psicología
hace 5 años

Si piensas que gastando dinero sabiamente, privarás tu vida de una cantidad significativa de alegría y placeres, nos apresuraremos a tranquilizarte: eso no tiene por qué ser así. En este artículo, no verás consejos del tipo “come menos, vístete de una manera más modesta”. Solo consejos económicos sencillos y trucos psicológicos, gracias a los cuales, dejarás de realizar compras impulsivas, así como comenzarás a recuperar poco a poco una parte del dinero gastado, acumulando tu propio capital.

En Genial.guru empezamos a aplicar estos consejos y ya estamos viendo una tendencia positiva. ¿Estás dispuesto a experimentar?

No pidas dinero prestado a otros, préstatelo a ti mismo

En pocas palabras, hablamos de un pequeño colchón de seguridad económica. En vez de gastar primero más de lo que te puedes permitir y luego recortar los gastos pagando deudas y préstamos, debes demostrar tu fuerza de voluntad, haciendo exactamente lo contrario. Primero, recortamos nuestros gastos, ahorramos una cierta cantidad de dinero y, en caso de circunstancias imprevistas, lo tomamos del acumulado y luego lo reponemos de nuevo sin sufrir.

Por supuesto, también tiene sus ventajas pedir un préstamo. Pero si dispones de un colchón, no tendrás que pagar intereses ni sufrir remordimientos.

Intenta pagar solo en efectivo

Lleva a cabo un experimento y paga con dinero en efectivo durante una semana o incluso un mes, prohibiéndote categóricamente recurrir a la tarjeta. Te garantizamos que esto cambiará tu vida: de repente te darás cuenta de que comienzas a entender el valor del dinero e, inesperadamente, te volverás más selectivo y moderado en tus gastos.

Se trata de un efecto psicológico trivial. No podemos tocar el dinero virtual y por lo tanto tratarlos con poca responsabilidad. Además, pagar con una tarjeta es mucho más rápido que en efectivo, por lo que simplemente no nos damos cuenta de cómo se evapora el dinero. Y al ver en la cartera una cantidad bastante real que se derrite ante tus ojos, ya no tendrás ganas de comprar sin pensártelo dos veces otra bolsa de bombones, pantimedias o un frasco de perfume en oferta, dado que en casa tienes uno igual casi entero.

Adquiere el hábito de “poner a cero”

El método de “poner a cero” podría ser un gran punto de partida. Puedes elegir la opción a tu gusto y ahorrando cualquier cantidad. Por ejemplo, al regresar a casa, miras en tu cartera o compruebas el saldo de tu tarjeta y mueves a una alcancía todo aquello que sea inferior a una cierta cantidad. Supongamos que te quedan 245,57 USD, a la alcancía puedes llevar tanto 57 centavos como 5,57 USD, o incluso 45,57.

Puedes “poner a cero” el último día antes de cobrar el salario, transfiriendo el dinero que sobra a la alcancía, o bien, hacerlo transfiriendo una cantidad mínima después de cada compra. Como ya se mencionó anteriormente, todo queda a tu propio criterio. Seguramente, ni siquiera te darás cuenta de cómo en un mes acumularás una cantidad decente.

No vayas a la tienda con hambre, enfadado y sin una lista de compras

Continuamos con el tema de los efectos psicológicos. Es importante recordar que si vas al supermercado teniendo hambre, tiendes a comprártelo todo. De manera similar, cuando vas de compras de mal humor, corres el riesgo de comprar más ropa de la que tenías previsto, además, no siempre es buena y adecuada, solo por el mero hecho de ceder al impulso y no pensar racionalmente en ese momento.

Sin embargo, existen situaciones en las que nos vemos obligados a ir a las tiendas estando tristes y con hambre. Y si esto es inevitable, tu mejor aliada será una lista compras. Es necesario anotar detalladamente todo lo necesario para no darte ninguna oportunidad de desviarte de ella. Así, no te encontrarás en una situación en la que compraste un montón de cosas imprevistas y, al mismo tiempo, superaste todos tus límites.

Revisa tus compras de alimentos

De ninguna manera se trata de comer menos, salvo que sea por salud. Pero ocurre que la gente ni siquiera nota que compra demasiado y, tarde o temprano, tira la comida. Por ejemplo, compran varios envases de yogur a la vez, aunque saben que normalmente dos de cada tres acaban caducando, ya que no nadie en casa los come. O bien, se llevan una gran cantidad de salsas y permanecen años en el refrigerador hasta que llega el momento de tirarlas tras cumplirse su fecha de caducidad.

Así que debes tratar de observarte a ti mismo y enfocándote en lo que estás acostumbrado a comprar y tirar. Y si con esto tendrás dificultades para elaborar una lista compras, como un experimento, también puedes crear un menú para la semana, de modo que todo esté calculado y se eviten los excesos. Quién sabe, tal vez este método te guste incluso más que el que tenías antes.

Date un tiempo para meditar las compras

Créenos, esta regla es mano de santo. A menudo, sucede que vemos alguna cosa que no planificábamos comprar, o simplemente, observamos una novedad interesante en nuestra tienda favorita en Internet y cedemos a nuestros impulsos. Queremos comprarlo urgentemente antes de que el precio suba, se agote, o los demás se lo lleven todo (identifica cuál es tu caso). Y como resultado de esto, gastamos dinero sin planificarlo en una cosa que puede no quedarnos bien, no servir, etcétera.

Decídelo hoy mismo, a partir de este momento: antes de comprar algo que no planificabas, o algo que cuesta más de una cierta cantidad, repítete en voz alta: “Necesito dejar reposar este pensamiento toda la noche”. Puede ser una noche, una semana, un mes... El límite de tiempo óptimo para tomar una decisión suele ser de tres días. Simplemente, deja expandir los límites entre tu deseo y tu decisión: esto te permitirá perfectamente sopesar todos los pros y contras y, en la mayoría de los casos, te quedará claro que similares impulsos son solo fruto de una mente cubierta por una nube.

Deja de despilfarrar el dinero

Si perteneces al grupo de personas que a menudo se sienten demasiado perezosos para desactivar algunos servicios que no utilizas, estudiar las características de las distintas tarifas para elegir una óptima acorde a tus necesidades con el fin de no pagar de más y, al mismo tiempo, sientes que te faltan recursos económicos, vale la pena empezar a prestar más atención a estas cuestiones. Seguramente, te parezca que lo que pagas en estos casos es muy poca cantidad, pero créenos, al calcularlo todo, te sorprenderás mucho y te pondrás triste y te enojarás de llevar perdiendo durante tanto tiempo aquello que has ganado con el sudor de tu frente.

También te aconsejamos que prestes atención al pago a tiempo de ciertos servicios, tales como multas, impuestos y facturas por servicios públicos. Con frecuencia, pagando las multas lo antes posible, puedes ahorrar hasta un 50 % y, en el segundo caso, abonándolos a tiempo, no pagas recargos ni penalizaciones. En general, el mensaje es el siguiente: no seas perezoso a la hora de buscar las opciones más rentables.

Hazte con una tarjeta de débito con cashback

Esto puede ser, tanto una tarjeta con una pequeña devolución, simplemente por gastar una cierta cantidad de dinero al mes, como una tarjeta con un mayor cashback por compras de cierta naturaleza. Ahora existen una gran variedad de ellas. ¿Tal vez gastas mucho dinero en gasolina o con frecuencia almuerzas en una cadena de restaurantes en particular, o bien compras productos de una cadena de supermercados concreta? En cada uno de estos casos, seguramente, podrás encontrar una tarjeta que te devuelva del 5 al 30% por tus compras, e incluso más.

Además, dado que no tienes que hacer ningún esfuerzo especial para obtener este dinero, aquí también puedes utilizar el método de “poner a cero”, dirigiendo tu cashback directamente a la alcancía.

Deja que el dinero funcione, no debe guardarse sin hacer nada

En cierto modo, esta es una prolongación derivada del cashback. Solo que, en este caso, incluso puedes no complicarte mucho la vida, simplemente reemplazando tu tarjeta habitual por una que acumula intereses sobre el saldo. Por lo tanto, puedes vivir como de costumbre, pero al mismo tiempo recibir pequeñas cantidades adicionales de forma periódica.

O puedes decidir jugar a lo grande, estudiando inversiones razonables. O incluso algo más sencillo. Supongamos que ahorras dinero para una gran compra o una entrada para algo especial. Entonces, ¿por qué no se debe guardar este dinero en el banco para obtener intereses adicionales en vez de mantenerlo en una tarjeta normal o debajo del colchón? Te puede parecer que conseguir unos 50 USD por guardar 10 000 en el banco no vale la pena. Pero, por otro lado, si por eso no tienes que hacer nada, ¿por qué no?

Imagen de portada Depositphotos

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