15 Personas a quienes la fortuna les sonrió solo por un segundo, pero con eso fue suficiente

El trabajo de los organizadores de bodas, a primera vista, puede parecernos un conjunto de casos graciosos que se ven tan solo en el cine. Pero, en la vida real, todo es mucho más complicado. Incluso existen cursos especiales para los encargados de planificar estas ceremonias, en donde se les enseña psicología especial para bodas. Sin embargo, esto no sorprende, ya que gracias a esta formación, y en combinación con la experiencia profesional, los organizadores puedan realizar predicciones bastante precisas sobre cuánto durarán unas u otras uniones.
En Genial.guru te explicaremos en qué criterios se basan los organizadores de bodas para identificar los matrimonios que están condenados a una existencia efímera, y comparemos sus conclusiones con la opinión de los psicólogos de familia. Así que podrás comprobar personalmente cuánto coinciden las predicciones profesionales de los trabajadores de la industria de las bodas con la realidad.
En el proceso de hablar sobre cómo preparar la celebración, los organizadores de bodas, con frecuencia, se centran en cómo los futuros cónyuges se llaman mutuamente. Los diminutivos y apodos no son siempre una señal de un matrimonio largo y feliz. No en vano, los motes ofensivos y humillantes a los que recurren las parejas incluso delante de extraños, son a menudo una señal de una relación no duradera. Cuando los insultos se esconden debajo de la frase “Lo digo con amor”, el futuro matrimonio no está impregnado de optimismo.
A veces ocurre que todos los detalles ya están hablados, pero uno de los futuros cónyuges intenta imponer sus propias correcciones a espaldas del otro y, además, a menudo, reclamándole al organizador que guarde el secreto a su pareja. Una cosa es cuando piden ayuda para organizar una agradable sorpresa (por ejemplo, cuando el novio quiere interpretar su propia canción compuesta por él para su amada durante la fiesta), y otra surge cuando uno de los miembros de la pareja pide algo que, de antemano, será desagradable para el otro (como no enviar invitaciones a algunos familiares de su “media naranja”). Este tipo de intrigas solo hacen contribuir a una rápida disolución del matrimonio.
Los organizadores de bodas detectan que los hombres están menos interesados en los detalles que las mujeres. Muchas veces, les da igual el color de las fundas en las sillas o de qué estará hecha la base del pastel. Sin embargo, los novios, por lo general, están presentes cuando se hablan estos temas, apoyando a su amada. Y cuando algunos de los futuros cónyuges no participan en absoluto en este proceso de preparación resulta, cuanto menos, extraño. Según los organizadores, a veces, conocen al novio o la novia solo en la ceremonia misma. Para este tipo de parejas, los empleados de la industria de la boda predicen una alianza corta en el tiempo.
Según los organizadores de bodas, los casos en los que los novios discuten seleccionando una composición musical para su primer baile ya casados, realmente existen. Incluso los pequeños detalles pueden convertirse en una discusión. Estas cosas no se hablan civilizadamente entre ellos, sino que se convierten en un motivo de escándalos con lágrimas, ofensas y platos rotos. En la misma celebración, a menudo, se percibe la tensión constante entre los recién casados. Por ejemplo, cuando suena la música, sobre la cual hubo una discusión, uno de los miembros de la pareja puede ponerse a suspirar con los ojos en blanco e incluso negarse a salir a bailar con su media naranja. La incapacidad de ceder mutuamente para alcanzar soluciones en un matrimonio puede adquirir proporciones cada vez más destructivas.
Sucede que los testigos ni mencionan en su discurso solemne al nuevo cónyuge de su amiga o amigo, y la madre del novio o de la novia, abiertamente, delante de todos los invitados dice que su hijo o hija debería encontrar a alguien mejor. Pero esto es solo la mitad del problema. Los recién casados no tienen por qué caerle bien a cada invitado o familiar. Un síntoma preocupante sería que uno de los miembros de la pareja no pueda o no quiera defender a otro, protegiéndolo de tales ataques. O peor aún, cuando él mismo apoya a los instigadores o empieza a justificarse delante de ellos.
A veces, una (supuestamente) inocente copa de vino para calmar los nervios antes de la ceremonia, finalmente se convierte en una verdadera maratón alcohólica con innumerables cócteles de bebidas fuertes durante la boda misma. La mayoría de las veces, es fácil ver caer en esto a los amigos o padres de los recién casados. Sin embargo, con frecuencia abusan del alcohol antes de la boda o durante esta, los mismos recién casados o bien uno de los cónyuges. Los organizadores estiman que eso no se puede considerar como un malentendido que “a todos les puede pasar”. Aquí existe un motivo para reflexionar sobre las perspectivas de esta pareja para una vida futura juntos.
Las grandes deudas en las que se ahogan los recién casados para organizar la ceremonia pueden convertirse en un verdadero desastre para la joven familia. Es mejor que todo entre dentro de las posibilidades, y si se pide un préstamo para el enlace matrimonial, debe ser aquel que es posible devolver sin generar perjuicios al bienestar familiar. De lo contrario, esta carga pesará sobre la joven pareja y en vez de disfrutar de la luna de miel y construir una vida en familia juntos, siempre discutirán, a menudo, lamentándose del dinero gastado “en vano”. Este tipo de enlaces suelen terminarse antes de que se devuelva el préstamo.
¿Alguna vez has logrado adivinar durante una ceremonia de boda cuánto duraría el matrimonio de una pareja en particular? Cuéntanos en la sección de comentarios a continuación.