Katya se unió al equipo de Genial en 2015. Está especializada en trending topics y noticias virales. Es licenciada en Ciencias Económicas y en Traducción e Interpretación. Tiene un máster en Entrenamiento y Nutrición Deportiva. En su tiempo libre, a Katya le gusta leer, escuchar música y hacer deporte: equitación, kung fu, taichí y pilates, entre otros.
Limpiarse las manos en la cortina, lamer la cuchara del azucarero o incluso empezar a coquetear con el esposo de la anfitriona no es todo de lo que son capaces algunos invitados. Cuando se van, quieres exhalar aliviado y decir: “¡Nunca jamás!”. Estas son las situaciones en las que se encontraron los protagonistas de nuestro artículo.
A veces, unas vacaciones en el extranjero no se convierten en un cuento de hadas, sino en un espectáculo de monólogos donde el protagonista eres tú y tus seres queridos. La gente se va al extranjero para disfrutar del mar, el sol y nuevas impresiones, pero acaban en situaciones tales que incluso pueden escribirlas en una colección de chistes. Y los protagonistas de nuestro artículo lo han vivido en primera persona.
Hay una frase que rara vez va seguida de algo corriente. Y dice así: “Me desperté en mitad de la noche...”. Cientos de historias comienzan con ella, desde las místicas hasta las ridículamente divertidas. Alguien oye conversaciones extrañas, a alguien le asusta su propia sombra, y alguien va a beber agua y se mete en una aventura increíble. Hemos recopilado los casos más divertidos, los que pueden contarse como anécdotas durante años.
¿Recuerdas esa sensación? Cuando de repente el mundo se llenó de colores, el corazón latía frenéticamente en su pecho y un preciado mensaje de texto significaba más que todos los tesoros del mundo. Era tu primer amor. Aquel que olía a lluvia primaveral, a primeros besos y a la esperanza del preciado “Y vivieron felices para siempre”.
A veces los gestos más pequeños pueden cambiar una vida. La sonrisa de un desconocido, una mano tendida en el momento oportuno o unas palabras de consuelo pueden permanecer en nuestros corazones durante años. En esta colección encontrarás conmovedoras historias reales que celebran la empatía, la compasión y el silencioso poder de hacer el bien. Cada momento nos recuerda cómo un acto puede despertar la esperanza y hacer que el mundo sea un poco más cálido.
A veces ocurre en un abrir y cerrar de ojos: una mano se tiende, una palabra cae en el lugar adecuado y el mundo se ablanda por un momento. Estas historias nos recuerdan que la compasión no siempre ruge; a veces, susurra a través de pequeños actos ordinarios que cambian vidas de forma extraordinaria.
El trabajo a distancia ha cambiado nuestra forma de ver el trabajo, dando a la gente libertad, flexibilidad y una sensación de confianza. Pero a veces esa confianza se pone a prueba cuando las empresas intentan controlar cómo pasan los empleados cada segundo de su día. En un mundo en el que la tecnología puede rastrear todos nuestros movimientos, una lectora nos envió recientemente una carta para compartir su sorprendente experiencia con este mismo asunto.
A veces la vida resulta abrumadora, los días se hacen largos, las preocupaciones se hacen pesadas y la esperanza puede parecer lejana. Pero incluso en esos momentos, la bondad tiene el poder de levantarnos y recordarnos que no estamos solos. Las historias de esta colección muestran cómo los pequeños actos de atención y compasión pueden marcar una gran diferencia, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
Es poco probable que los estudiantes que vivieron en la residencia olviden jamás este colorido periodo de su juventud. Reuniones divertidas de todo el bloque, vecinos extraños que a veces te sacaban de quicio, pero una vez que te vas a casa, los echas de menos. Y también en el albergue todo se comparte: la comida, las preocupaciones y la sed de aventuras.
Todos lo hemos oído: “Sé un jugador de equipo, simplemente ayuda”. Pero a veces “ayudar” significa realmente hacer gratis el trabajo de otra persona. Una de nuestras lectoras se encontró exactamente en esa situación: años de grandes resultados, ningún ascenso y, de repente, su jefe quiso que formara a un nuevo empleado... sin ni siquiera darle las gracias, y mucho menos una paga extra. Lo que ocurrió cuando se opuso la dejó atónita, y a RRHH, justo en medio.
Dicen que el lugar de trabajo es como una segunda familia. Aquí se pelean y se reconcilian, celebran las fiestas en una mesa común y de vez en cuando reciben reprimendas de los mayores. Nuestras historietas tratan del día a día de esta “familia”, de las extrañas costumbres de los compañeros y de las pequeñas alegrías, sin las cuales la vida en la oficina sería mucho más aburrida.
Hoy en día se pueden hacer muchas cosas desde la comodidad de casa, y a veces sin mover un dedo. ¿Tienes hambre? Ordenas comida a domicilio. ¿No quieres limpiar la vivienda? Llamas a un servicio de limpieza. Tu departamento quedará impecable y tendrás recuerdos para todo un año.