Las cosas que compramos para nosotros y para el hogar deberían ser útiles y prácticas, pero desafortunadamente, no siempre es así. La mayoría de nosotros hemos comprado al menos una vez algo que resultó ser completamente inútil.
Comprar una casa es una de las grandes metas en la vida de muchas personas, dado que hacerlo significa estabilidad financiera, dejar de pagar renta y, tal vez, un ingreso extra en caso de tener varias propiedades. Sin embargo, una decisión tan importante requiere de una búsqueda y análisis minuciosos entre muchas opciones, dado que no es algo que se pueda revertir con mucha facilidad.
El clima está cambiando en todos los rincones del planeta a una escala sin precedentes; así lo explicó un grupo de científicos, técnicos y expertos en socioeconomía en su último informe sobre el cambio climático. Los profesionales coinciden en que algunas alteraciones que ya experimentamos —aumento de temperatura, fenómenos meteorológicos extremos, subida del nivel del mar o deshielo— se irán generalizando e intensificando con mayor velocidad. El calentamiento global es una realidad con consecuencias irreversibles; sin embargo, aún estamos a tiempo de minimizarlas.
Los padres hacen muchos esfuerzos para darles a sus hijos lo mejor y no siempre se trata de cosas materiales. Sin embargo, a veces, tales esfuerzos no conducen a nada bueno. La mayoría de los problemas originalmente provienen de la infancia y es importante que nosotros, como adultos, recordemos eso.
La paradisíaca isla de Moorea, en la Polinesia francesa, alberga en sus costas un impresionante arrecife de coral que atrae una gran diversidad de vida marina y también turistas. Por desgracia, en los últimos años el arrecife es víctima del cambio climático. Como consecuencia, parte de él está muriendo. Un grupo de jóvenes que habitan en la isla y surfean sus olas, se dedicaron de lleno a buscar la solución: plantar corales para que el arrecife vuelva a ser lo que era. El grupo se hace llamar “jardineros de corales”.
Si pensamos en un mueble de madera sabemos que es seguro que su proceso de fabricación haya involucrado la tala de un enorme árbol, el cual, además, tuvo que ser descortezado, aserrado y ensamblado. Lamentablemente, esto implica que mucha de la madera termine desperdiciándose. Sin embargo, existen empresas comprometidas con el medioambiente que luchan por mejorar el mundo y cuidar de la naturaleza cada vez más.
Las amenazas hacia los animales se incrementan con el paso del tiempo. A través del calentamiento global, la destrucción de ecosistemas y la caza normalizada, inocentes criaturas pierden sus hogares y, con ello, la posibilidad de crecer en su hábitat natural. Cada vez son más las especies que se encuentran en peligro de extinción, y los humanos debemos comenzar a responsabilizarnos por lo que estamos causando. Afortunadamente, hay muchos países que decidieron darle a este tema la importancia que merece.
Los seres humanos impactamos constantemente al planeta, más que nada cuando utilizamos energía eléctrica o gas para cocinar o encender la calefacción, lo cual contribuye al fenómeno del calentamiento global. Por fortuna, existen arquitectos y empresas dispuestos a disminuir las consecuencias de nuestro estilo de vida en el medio ambiente, construyendo casas que armonizan con el entorno más allá de la estética, aprovechando los recursos naturales y ayudando a emplearlos de manera responsable.
Viajar, conocer nuevos lugares y abrir la mente a diferentes culturas es casi una necesidad del ser humano. Viajando es cuando uno se da cuenta de lo hermoso que es nuestro planeta, y esto nos permite crear conciencia de que debemos cuidarlo. La Academia Richmond Vale es una asociación sin fines de lucro que une el deseo de expandir los horizontes con la urgente necesidad de proteger al medio ambiente. ¿Cómo? Ofreciendo un programa de voluntariado a personas ansiosas por aportar su granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor.
Los científicos aseguran que la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha alcanzado un nuevo récord y el último informe de los expertos sobre el cambio climático revela que el calentamiento global ha aumentado hasta 1,5 grados. Los glaciares se están derritiendo y millones de migrantes climáticos se ven obligados a buscar un nuevo hogar debido a la sequía y las inundaciones. Y ya nadie puede pretender que los problemas de la Tierra no le conciernan personalmente.
Cuando pensamos en el cuidado de nuestro cuerpo, las opciones que acuden a nuestra mente son: abandono de las costumbres nocivas (consumo de tabaco, alcohol, dormir poco), llevar una dieta saludable, una rutina controlada de ejercicios. Pero no pensamos en los demás. Creemos que nuestra salud depende solo de nosotros. Sin embargo, unos recientes estudios han demostrado que ejercer el voluntariado puede contribuir a que tengamos una mejor salud física y mental, y a ser más longevos.
El ilustrador, diseñador ecológico y amante de la naturaleza Steffen Kraft vive en Wiesbaden. Él quiere hacer del mundo un lugar mejor, y cree que lo más gratificante de eso es que no solo recibes beneficios propios, sino también para el planeta en general. Su deseo es llamar la atención sobre los problemas sociales y ambientales que existen en la actualidad, con el fin de motivar a las personas a vivir más conscientemente y a relacionarse entre sí de una forma más amigable. Sus pinturas reflejan el mundo real, y en ellas no teme captar cosas como la adicción a Internet, el calentamiento global y el consumo excesivo, lo que hace que su trabajo sea aún más valioso.
El cambio climático hace que la humanidad se adapte a nuevas condiciones de vida. A medida que la temperatura aumenta y el clima extremo se convierte en una nueva realidad, granjeros e investigadores comienzan a preocuparse por el futuro de los alimentos populares. Existe la opinión de que el ciudadano promedio no será capaz de comprar algunos productos que son comunes actualmente ya que se convertirán en exóticos y costosos. Así que, al parecer, viviremos en un mundo menos delicioso.
Cuanto más rápido se derriten los glaciares en la Antártida, más las personas se paran a pensar en el medio ambiente y en que la contaminación del aire y el calentamiento global se avecinan. Los científicos creen que la calidad del aire mata a más personas que el tabaco. Por eso, las autoridades de diversas ciudades tratan de asimilar un nuevo estilo de vida y acostumbrar a sus habitantes a esto.
La ganadería provoca a la ecología no menos problemas que los autos con sus gases de escape. Y los científicos nos están instando activamente a reducir la cantidad de carne que consumimos. No importa qué pensamos sobre esta información, es difícil discutir con las estadísticas: en 2014, toda la humanidad necesitó 317 millones de toneladas de carne al año, y el número de personas en la Tierra solo aumenta. ¿Cuánto espacio se necesitará para los pastos para que podamos alimentarnos a fines del siglo XXI o incluso a mediados de él?
En agosto de 2018, una estudiante sueca de nombre Greta Thunberg organizó un piquete solitario ante el edificio del parlamento en Estocolmo. Ella declaró que no iba a ir a la escuela los viernes hasta que el parlamento comenzara a realizar las condiciones del “Acuerdo de París”, cuyo objetivo es luchar contra el calentamiento global. La alumna de inmediato se hizo famosa y a su impugnación se unieron miles de escolares de 400 ciudades de EE.UU., Europa y Australia, y ella fue presentada para el premio Nobel.
Hoy en día, la popularidad de las atracciones turísticas depende mucho de las redes sociales. El 50% de los viajeros contaron que la información y los anuncios en Internet influyeron en sus planes de viajar. Pero esta creciente popularidad no es buena para las atracciones en absoluto. Y no es solo por la basura o el grafiti en las paredes que dejan los turistas. Las personas pueden causar daños de diferentes maneras, desde simplemente respirar hasta destruir intencionalmente.
El desafío viral de 10 años se ha transformado en algo inesperado. En lugar de compartir cómo han cambiado durante 10 años, las personas comenzaron a publicar fotos de la Tierra. Las imágenes no siempre reflejan un intervalo de 10 años: puede tratarse de 3, 5 o 100 años, pero no importa. El punto es atraer la atención a los problemas ambientales, crear sensibilización y conciencia, y alentar a las personas a tomar medidas para salvar nuestro planeta.
El flashmob #10YearsChallenge supera todos los récords de popularidad. Bajo este hashtag, tanto las estrellas como la gente común comparten sus fotos del año 2009 y cuentan lo que ha cambiado en sus vidas en 10 años. Pero algunas organizaciones, marcas y usuarios de redes sociales utilizan este movimiento para realizar comparaciones más globales, mostrando lo que le pasó a nuestro planeta en tan poco tiempo.
El calentamiento global muchas veces es tomado como la trama principal para películas de catástrofes en las cuales el planeta se ve destruido. Parece ser que estos filmes no están tan lejos de la realidad. En los últimos 3 siglos, debido a las actividades del hombre, la temperatura del aire aumentó en un grado. Para el 2050, esta puede aumentar medio grado más y estos casos de incrementos se volverán grandes problemas para el hombre.
El aire que respiramos, el agua que bebemos y si se llevan la basura de nuestro barrio a tiempo o no, influye de manera directa en la calidad de vida. Muchas personas quieren contribuir a la mejora y la protección del medio ambiente: ahorran agua y electricidad, reciclan papel o piensan en comprar un automóvil eléctrico en el futuro. No en vano, en el campo de la ecología todavía existen muchos mitos firmemente arraigados en nuestras mentes que carecen de fundamento científico.
¿Has prestado atención al hecho de que, con el tiempo, los lugares que conoces desde la infancia han cambiado? Los ríos se convirtieron en pantanos, bosques que se elevan hacia las montañas o, en el lugar de un antiguo desierto, de pronto crece una verde arboleda. Muchos cambios ocurren por sí solos. Pero existen algunos en los cuales cada uno de nosotros puso su granito de arena: alguien por sí solo plantó un bosque entero, firmamos peticiones para regresar la vida de un estanque y detener la tala de árboles, o simplemente utilizamos una bicicleta en donde no es tan indispensable el uso de un automóvil.
La contaminación ha sido una de las mayores preocupaciones de la raza humana desde hace décadas. Cuanto más avanza la tecnología, más nos alejamos de la madre naturaleza. El aumento en el calentamiento global es alarmante. Los científicos están preocupados y palabras como “apocalipsis” y “extinción humana” están muy presentes en nuestros días. Entonces nos hacemos la pregunta: ¿estamos inventando todo esto?
Nos contamos historias sobre el calentamiento global y la nieve en el Sahara como una anécdota, consideramos un mito las historias terribles sobre la superpoblación. Fotos de los lagos con agua rosa nos parecen irreales, y no dudamos que es Photoshop. Pero ¿qué realmente hay detrás de estas imágenes?
El calentamiento global es un drama del que somos conscientes y que recordamos siempre que nuestro país atraviesa una ola de calor. En este caso, México está viviendo una terrible ola de calor con alertas por temperaturas de hasta 50°C que no es más que otra manifestación del calentamiento global.
Tenemos mucha suerte de vivir en un planeta que, por más que lo estudies, siempre encontrará una manera de sorprendernos: mariposas que beben lágrimas de tortugas, o árboles de Navidad en el fondo de un río impresionarán a cualquiera. Enfrente de ti está una selección de datos que podrás presumir en cualquier compañía de personas y conseguirte la fama de todo un intelectual.
Nuestro mundo tiene una catastrófica carencia de buenas noticias. Mientras los medios transmiten historias emocionantes sobre el calentamiento global, los actos terroristas y los problemas de pobreza, la gente común de diferentes países y continentes, todos los días, hace pequeñas pero valiosas hazañas que realmente cambian al planeta.
