En algún momento de nuestra vida, es probable que hayamos pasado más horas en el transporte público que en casa, en la escuela o en el trabajo, especialmente si vivimos en una ciudad grande. Por eso, no es raro que todos tengamos al menos una anécdota memorable a bordo de un autobús, tren o tranvía. Desde encontrarnos con una anciana de carácter fuerte, un chofer que se niega a dejarnos en la última parada, hasta extraños que insisten en iniciar una conversación incómoda…
No todo el mundo se apresura a ayudar. Pero ocurre que completos desconocidos son capaces de hacer el bien, como en los cuentos de hadas. Por ejemplo, pueden ayudar a alguien cuando se encuentra mal, devolverle un objeto perdido o incluso prestarle dinero. Y lo que surge de esto, léelo en las siguientes historias.
Tomar un taxi nunca es un viaje monótono. Puede que te encuentres con un conductor que no deja de hablar, obligándote a improvisar respuestas, o quizás descubras objetos olvidados por pasajeros anteriores que despiertan tu curiosidad. Lo único garantizado es que siempre habrá algo inesperado en el camino, y estas 20 historias de pasajeros y taxistas lo comprueban.
Querer ganar dinero y vivir bien es algo admirable. Sin embargo, algunas personas se obsesionan tanto con obtener ganancias y ahorrar, que terminan convirtiéndose en verdaderos tacaños. La idea principal que quieren transmitir nuestros narradores de hoy es clara: la avaricia nunca lleva a nada bueno.
Viajar en autobús es una aventura inolvidable. Y todo porque los propios pasajeros crean motivos para las historias. Divertidas y escandalosas, románticas e impactantes. Pero siempre curiosas.
Todos somos diferentes y cada uno de nosotros tiene sus propias manías y defectos. Pero a veces los caprichos de los demás traspasan todos los límites. Los héroes de este artículo demuestran que algunas personas viven bastante bien sin remordimientos.
En la carretera, lo inesperado está a la orden del día. Los taxistas podrían escribir libros con las historias surrealistas que han presenciado, pero basta con subir a un autobús para quedar atrapado en un drama ajeno—esa conversación privada que, sin querer, supera cualquier telenovela de la tarde. Aquí te dejamos 13 historias de personas que vivieron momentos en el camino dignos de contar.
A veces la vida nos depara tales sorpresas que queremos creer que el mundo no está sin gente buena. Puede que un niño te sorprenda con su simpatía, que un desconocido te ayude a llevar unas pesadas maletas o que simplemente alguien te sonría en el momento justo, aligerándote el ánimo para el resto del día. Estos pequeños pero importantes momentos nos recuerdan que la bondad es como una taza de café en una mañana fría: calienta, vigoriza y hace que todo lo que te rodea sea un poco mejor.
Hay una habilidad única que dominamos como nadie: mezclar lógica, emociones y un toque de lo inesperado para crear historias que desafían cualquier razonamiento. Eso es inteligencia emocional, y es nuestra verdadera magia. En las siguientes historias conocerás momentos donde la lógica funciona de maneras poco convencionales.
Si alguna vez has pedido un taxi o al menos has oído historias de tus amigos, sabes lo divertida que es la aventura. A veces, lo único que piensas es cómo llegar sano y salvo. Los usuarios de la red contaron (e incluso mostraron) lo memorables que fueron sus viajes en taxi.
La vida puede cambiar en un instante; todo lo que alguien ha construido se desmorona de repente bajo el peso de acontecimientos inesperados. En esta colección de relatos cortos, nos adentramos en las vidas de 13 personas cuyos mundos colapsaron de formas que nunca vieron venir. Desde retos imprevistos hasta errores que cambian la vida, cada historia capta la fragilidad de la experiencia humana y la resistencia necesaria para levantarse de nuevo. Estas historias son conmovedoras, apasionantes y un recordatorio de que, incluso en medio del caos, siempre hay una oportunidad para renovarse.
Durante un trayecto, puede suceder prácticamente cualquier cosa. Desde discusiones y situaciones incómodas hasta momentos inesperadamente bondadosos. Los protagonistas de estas historias vivieron algunos de estos percances mientras se desplazaban de un punto A a un punto B.
Hay personas a las que todo les molesta y crean escándalos de la nada. Otras no piensan en la comodidad de los demás y solo se preocupan por sí mismas. Aquí hay algunas historias de personas que simplemente querían llegar del punto A al punto B, pero terminaron con anécdotas inesperadas.
Las citas son como una pequeña lotería: a veces terminan con una nota romántica, y otras nos encontramos en medio de una comedia digna de Hollywood. Hemos recopilado historias de personas que salieron en busca de su media naranja, pero se toparon con situaciones inesperadas.
Quienes utilizan el transporte público probablemente saben que a veces se producen situaciones que hacen que el viaje sea memorable durante años. Una anciana insolente, un conductor que se niega a llevarte hasta la parada final, desconocidos que se te proponen insistentemente... Nuestros lectores nos han contado estos y otros casos.
A veces me dan ganas de envidiar a quienes no suelen usar transporte público. Pero luego pienso: "Bueno, al menos no tienen historias de conductores, checadores o pasajeros que contar durante el almuerzo con los colegas".
Quizá cada uno de nosotros se haya visto envuelto, al menos una vez en la vida, en una historia en el metro, el tranvía, el microbús, el trolebús o el autobús. O al menos nos hayamos convertido en testigos involuntarios de algún tipo de curiosidad o altercado por un asiento libre. Los héroes de este artículo también tienen algo que compartir.
No se puede tomar un taxi y viajar tranquilo. O bien, te toca un conductor tan hablador que ya no sabes dónde meterte, o los pasajeros se olvidan de cosas muy intrigantes en el coche. Lo seguro es que no te aburrirás.
Cuando los problemas se acumulan uno tras otro, empiezas a pensar que el mundo está hecho de ellos. Pero en la vida hay lugar para historias brillantes: un desconocido se convierte de repente en un ángel de la guarda, y la gente que te rodea se comporta con nobleza y amabilidad. De esto trata nuestro artículo.
Viajar en tren tiene su propio lado romántico: el traqueteo de las ruedas, el cambio de paisaje al otro lado de la ventanilla, el ritmo especial del movimiento. Pero lo más importante en un viaje así son, por supuesto, los compañeros de viaje. Si se tiene suerte con ellos, se puede sobrevivir a cualquier problema. Y si no, apaga y vámonos.
A veces, después de discutir con la suegra y lidiar con los problemas en el trabajo, resulta difícil creer en la bondad del mundo. Sin embargo, está en todas partes, y cualquier extraño puede hacer algo tan maravilloso que parece que el mundo se ilumina a su alrededor.
Cuando pides un taxi, esperas llegar tranquilo a tu destino. Pero a menudo no es tan fácil: el conductor empieza a decirte que tu madre lo necesita como yerno, o el coche se para en medio de la nada. Y en las redes sociales hay un montón de historias de ese tipo.
Pasamos la mayor parte del día en el trabajo, por eso es tan importante sentirse a gusto allí. Pero algunos compañeros consiguen estropearlo todo, a veces ni siquiera por despecho. Uno decide cotillear sobre todo el mundo, otro se lleva la comida de los demás y hay quienes se van del trabajo antes de tiempo. En la redacción no podemos ni imaginar cosas así, pero los que cuentan estas historias tuvieron menos suerte con los colegas.
La capacidad de mezclar inteligencia, lógica y emociones se llama inteligencia emocional, ¡y es nuestra especialidad! La inteligencia artificial puede lograr mucho, pero todavía está muy lejos de competir con los humanos cuando se trata de soltar un comentario fuera de lugar y estar convencido de que es el argumento más sensato.
A veces parece que algunas personas tienen como lema de vida ser siempre descaradas. No pierden la oportunidad de opinar sin que se lo pidan o de aprovecharse de los demás. Sin embargo, los protagonistas de nuestra historia saben muy bien cómo lidiar con este tipo de individuos.
Muchos de nosotros utilizamos el transporte público casi a diario. Y a veces nos encontramos con situaciones tan insólitas que es imposible no compartirlas con los demás. Por ejemplo, que te pidan que pagues por una carriola como si fuera equipaje en el autobús. En otras ocasiones, el conductor del tranvía se convierte en un caballero de la justicia. Y a veces el conductor de la furgoneta comprueba la identidad de la gente.
En el ajetreo del mundo moderno, donde las preocupaciones cotidianas y nuestros propios problemas pasan a primer plano, a veces nos olvidamos de acciones sencillas pero muy significativas: actos de bondad. Al fin y al cabo, a veces la ayuda con un coche atascado en la nieve o incluso una palabra agradable pueden dar a una persona una sensación positiva para todo el día. Y recordará este momento para toda la vida. Los usuarios de la red cuentan historias de este tipo.
Últimamente se han hecho muy populares los servicios de entrega de productos ya que es más cómodo dar click y que lleguen a ti sin tener que preocuparte del tráfico. Sin embargo, hay ocasiones en las que las personas se han arrepentido de esos minutos salvados de pedir en línea cuando surgen imprevistos durante la entrega que los hacen repensar su decisión.
No hace falta llevar una capa de superhéroe para hacer lo bueno. A veces basta con mostrar tu preocupación por los que te rodean y, como resultado, su día florecerá con todos los colores. Estas son las historias de nuestra selección.
Un número mal marcado es como una lotería con sorpresa. Un inocente error en un solo dígito puede ser el principio de una agradable amistad o desencadenar unos fatídicos acontecimientos. He aquí las historias de personas en las que el azar jugó un papel importante y una llamada o un mensaje cambiaron la vida de alguien para siempre.
Cada viaje en taxi se convierte en una aventura con un desenlace impredecible, tanto para el conductor como para el pasajero. Puede concluir de manera serena y sin contratiempos, o dar como resultado experiencias tan impactantes que permanezcan en la memoria por un año. Fue por eso que recopilamos relatos de internautas que han vivido episodios en taxis dignos de una película.
Te has fijado alguna vez en cómo funciona la ley de Murphy: si subes a un taxi y muestras que no quieres hablar (auriculares puestos, rostro serio, mirada distante), seguro que te encuentras con un conductor deseoso de compartir una gran historia y saberlo todo sobre ti, desde tu fecha de nacimiento hasta el número de hijos que tienes. Por el contrario, si eres un conductor charlatán, te toparás con un introvertido huraño que te mirará severamente por el espejo retrovisor. Pero menos mal que las cosas no salen según lo previsto, porque si todos los viajes en taxi fueran tranquilos y sin aventuras, no habría historias que pueden mejorar tu estado de ánimo.
Actualmente, es imposible prescindir de los taxis, incluso para quienes normalmente conducen su propio automóvil. Es por eso que nos inspiramos en relatos de internautas que relataron sus experiencias más memorables en taxi.
Un viaje en taxi puede convertirse en una verdadera aventura tanto para el conductor como para el pasajero. A veces no ocurre nada extraordinario, todo pasa rápido y cómodo; pero ocasionalmente, nos bajamos del auto una experiencia inolvidable.
Este intrépido canino ansioso de velocidad sorprendió a un ciudadano eslovaco cuando una cámara de tráfico lo capturó felizmente al volante de su automóvil, superando el límite de velocidad en el pintoresco pueblo occidental de Šterusy, Eslovaquia y aquí, te contamos cómo llegó ahí.
Existen situaciones tan inesperadas e insólitas en la vida, desde encontrar ropa interior femenina ajena en la lavandería y que tu esposo jure nunca haberlas visto antes, o que tus colegas organicen una fiesta por tu cumpleaños en un turno que no es el tuyo. En momentos así, uno no sabe si quisiera desaparecer o reír hasta llorar.