La valiente Pocahontas conquistó el corazón de varias generaciones de niños. ¿Pero qué habrá sucedido años después del desarrollo de la trama de la película? ¿Cómo se verían y qué harían el malvado John Ratcliffe, el guapo John Smith y el temerario Kocoum?
Dice el refrán que: “El tonto grita, el inteligente opina, y el sabio calla.” Pero entonces, ¿qué hacer cuando el tonto se siente genio y habla con tal seguridad que dudamos de nuestra propia inteligencia? Nuestro cerebro aborda un vuelo directo al mundo del revés. Sin embargo no hay nada más divertido que la comedia involuntaria, como nos lo demostraron estas personas.
No hay duda de que en la escuela es donde adquirimos una gran cantidad de conocimientos que nos servirán para nuestra vida adulta. Muchos recordamos a nuestros maestros con nostalgia, pero algunos prefieren no pensar demasiado en ciertos profesores que, en determinado momento de su vida académica, los hicieron dudar hasta de su propia existencia.
Disney lleva años entreteniendo a niños y no tan niños con sus maravillosos films. Algunos con tramas más simples, otros con un trasfondo profundo y emocionante que aunque los pequeños aún no son capaces de entender, los adultos disfrutamos a lo loco. Lo que sí tienen en común todas sus películas es que están llenas de matices y sorpresas, que muchas veces como espectadores escapan a nuestros ojos.
Cuando somos niños, podemos disfrutar de las películas sin analizar demasiado lo que vemos. Pero al volver a verlas siendo adultos, es posible descubrir algunas bromas ocultas o cuestiones que escapan a toda lógica y nos roban una carcajada. Por ejemplo, ¿por qué nunca nos preguntamos cuál es el problema con el pie de Cenicienta?
La animación es todo un arte que a lo largo de los años se ha ido perfeccionando hasta lograr representar personajes de caricatura tan reales y perfectos que podrían pasar por una persona real. Los creadores han querido acercarse tanto a la imagen de un ser humano real que en ocasiones han tomado como referencia a personas conocidas o famosas para dar vida a conocidos dibujos animados.
Si bien las princesas de Disney se llevan el foco de atención de los espectadores, los príncipes también merecen su reconocimiento. Y es que, a lo largo de las décadas, han surgido varios cambios en la forma de representarlos, pasando de ser príncipes azules a héroes con nombres y personalidades propios. Es así como muestran detalles que reflejan parte de la trama y les hacen ser igual de relevantes que sus compañeras.
Es bien sabido que la realidad siempre supera a la ficción. Por eso no debemos sorprendernos cuando nos enteramos de que muchos de nuestros personajes favoritos están basados en personas que alguna vez pisaron la tierra. La mayoría de nosotros los conocemos, pero pocos realmente sabemos cuál es la historia detrás del mito.
Seguramente todo el mundo conoce a ciertos personajes del cine y la literatura. Al mismo tiempo, algunos hechos sobre ellos escapan de nuestra atención. Hay detalles que se recuerdan de forma incorrecta, mientras que otros se modifican durante la adaptación cinematográfica. Como resultado, la verdadera edad de los personajes, el significado de los nombres y otros datos se convierten en un descubrimiento asombroso.
Producir la secuela de una película famosa suele ser un desafío mayor de lo que parece. Muchos productores saben que crear nuevas aventuras para personajes que el público ya ama no siempre es una tarea fácil. A veces, el guion funciona y las cintas logran ser tan buenas o mejores que la primera parte. En otros casos, sin embargo, la continuación puede acabar destruyendo toda la magia de la historia original.
Los personajes de Disney se ven elegantes y refinados incluso en las situaciones más desafiantes. Ariel siempre se ve bonita y nunca recibe un imprevisto golpe de una ola desde atrás, Pocahontas recorre los ríos de una selva salvaje sin sufrir ningún episodio bochornoso, las princesas están rodeadas de pájaros y nunca reciben un “regalito” de su parte, etc., etc. y etc. Pero ¿qué pasaría si nuestros personajes favoritos estuvieran en un ambiente un poco más realista?
A veces, cuando vemos una película de ciencia ficción, damos por sentado el viaje a la velocidad de la luz, como en Star Wars, o que cada vez que un arqueólogo como Indiana Jones entra en una tumba puede encender una antorcha de miles de años. Constantemente creemos esas mentiras sin chistar, porque las historias nos atrapan de tal forma que no prestamos atención a esos detalles.
El arte digital es capaz de transformar lo que vemos del mundo como si de magia se tratara, solo que en lugar de varitas utiliza tecnología. Un ejemplo de eso es el trabajo realizado por Emma, quien comparte su talento en redes sociales como Instagram y TikTok. La artista, usando el poder de la imaginación, hace ilustraciones donde las princesas de Disney se vuelven brujas modernas. Pocahontas usando el cabello corto y Bella estudiando magia son solo algunas de sus recreaciones, las cuales consigue con tan solo cambiar el vestuario y maquillaje de las princesas.
Al ver las películas de Disney sobre princesas, posiblemente no nos demos cuenta de que no son solo personajes de dibujos animados. Simultáneamente, reflejan las características de una época determinada y forman los estándares del comportamiento de las mujeres y las normas sociales de ese período. Si miras de cerca a las princesas, puedes comprender los objetivos de las chicas de una década en particular y su lugar en la sociedad. Durante los más de 80 años de historia de las princesas de Disney, ha habido una evolución real de la imagen femenina que está directamente relacionada con lo que sucede en la sociedad.
Si hay algo que las películas animadas saben hacer muy bien es lograr que nos enamoremos casi a primera vista de sus personajes. Pero no todo es fantasía en el maravilloso mundo de las productoras de este tipo de cintas. En varias ocasiones, los directores se inspiran en personas de carne y hueso para darles vida a las animaciones más simpáticas y divertidas. ¿Sabías que el oso Winnie Pooh existió de verdad?, ¿y que Genio, de Aladdín, está basado en Robin Williams?
Los personajes de Disney han sido parte de la niñez de muchas generaciones alrededor del mundo. Y han servido de inspiración para varios ilustradores que los han convertido en expresiones artísticas singulares. Así, la ilustradora Aida Sofía Barba decidió usar su creatividad para adaptar a las princesas de Disney a la cultura y tradición de México. No solo vistió a las princesas con los trajes típicos mexicanos, sino que las hizo más auténticas cambiando su tono de piel, cabello y ojos.
La ilustradora Lorenza Di Sepio usa su creatividad y humor para retratar las actividades que las princesas de Disney, como mujeres modernas, harían en su tiempo libre. Con su capacidad de observación, logró reflejar la personalidad de cada uno de estos personajes. Así, por ejemplo, podemos ver el lado intelectual de Bella, la rivalidad de hermanas entre Elsa y Anna, o la conexión con la naturaleza por parte de Pocahontas.
En 2012 se estrenó Ralph, el demoledor. En este filme, su protagonista, Ralph, está cansado de ser el villano de los videojuegos y tendrá una linda amistad y vivirá aventuras extremas con una niña llamada Vanellope. Ambos se juntaron nuevamente en 2018 para la secuela Wifi Ralph, en la que exploran dentro de la red diversos mundos que hacen referencia a la cultura popular. En determinado momento, Vanellope se reúne con todas las princesas de Disney en su versión 3D. Ellas se muestran más relajadas de vestimenta, con pensamientos modernos y mofándose de los estereotipos (desde Blancanieves hasta Moana).
Varias generaciones crecieron viendo los dibujos animados de Disney: lloramos cuando murió la madre de Bambi y Mufasa; soñábamos con un dálmata o un cocker spaniel parecido a Dama; escuchábamos una y otra vez las maravillosas canciones. Y, por supuesto, amábamos a las princesas de Disney. Cada una de ellas cautiva a su manera, pero últimamente, los espectadores están insatisfechos con el hecho de que los rostros de las heroínas se fusionan en uno y pierden su individualidad. Los artistas incluso lanzaron un pequeño flash mob en el que hicieron que los rostros de las princesas fueran más realistas y diversos.
Según la verdadera leyenda china, Mulan fingió ser un hombre y fue al ejército con el pleno apoyo de su familia. Esto suena un poco diferente a lo que se muestra en la película de Disney sobre la chica. Disney ha creado muchas historias maravillosas que todos amamos con todo nuestro corazón y que nos llenan de magia cada vez que las vemos. Muchas películas se basan en hechos reales o están estrechamente relacionadas con nuestra historia, pero a veces esta industria del entretenimiento sacrifica la precisión histórica para crear un verdadero cuento de hadas.
La historia sobre las aventuras del cachorro de león Simba cumple 25 años. Y en el cine, mientras tanto, se emite la versión live action de esta legendaria película animada. Y si la nueva encarnación en el cine de esta historia no ha gustado a todos, la caricatura que millones de espectadores de todo el mundo siguen adorando ya se ha convertido en un clásico.
Al crecer con Bella, Pocahontas y Alicia, nos reímos y lloramos con ellas, e incluso a veces tratamos de parecernos a ellas. Pero resulta que muchos de nuestros héroes favoritos en realidad estaban basados en personas verdaderas. Por ejemplo, la sonrisa espeluznante de Conrad Veidt se convirtió en una de las características más reconocibles del Guasón. Irene Bedard le dio a Pocahontas sus rasgos faciales nativos americanos, mientras que John Nettleship compartió toda su apariencia y pasión por la química con Severus Snape.
Las películas infantiles de los estudios Walt Disney basadas en cuentos clásicos e historias cuyo encanto era apreciado por niños de todo el mundo, poco a poco han ido cayendo en el olvido. Los escritores han hecho un gran trabajo para alcanzar la gloria (a veces saliendo un poco de la lógica), pero detrás de escena quedaron muchos detalles interesantes sobres los cuales te queremos hablar.