Victoria Ruffo es conocida como la reina de las telenovelas gracias a su trabajo de actriz. Su primera aparición en televisión fue a finales de los años 70 como conductora en el programa Variedades de Medianoche, y desde entonces ha continuado trabajando para la pantalla chica. Su trayectoria incluye al menos 20 producciones. Dentro de ellas, en 16 ha sido la protagonista. La primera actuación estelar le llegó con La Fiera al lado de Guillermo Capetillo.
Pensar en quién es la reina de las telenovelas mexicanas nos trae varios nombres a la cabeza, sobre todo los de aquellas mujeres talentosas que desde hace décadas vemos en importantes producciones televisivas, haciéndonos conmover con sus actuaciones. Pero hay tres nombres: Verónica, Victoria y Lucía, que, seguramente, nunca faltarán en nuestro listado de las más queridas actrices.
En los tiempos de nuestra infancia y adolescencia despreocupadas, muchos pasábamos el tiempo libre con la familia frente al televisor. Simplemente María es una de las series más memorables de aquellos años. Es una historia de amor y sufrimiento que ha cautivado al público de todo el mundo. Y, desde entonces, la actriz principal, Victoria Ruffo, ha sido proclamada la reina de las telenovelas.
Seguramente, las 10 exitosas telenovelas de las que te hablaremos a continuación no hubieran sido las mismas sin los actores que las protagonizaron. Sin embargo, aunque cueste creerlo, ellos no fueron la primera opción cuando el proyecto estaba en pañales. Muchos famosos solo consiguieron el papel porque eran los segundos en la lista o luego de una difícil selección de candidatos. Estas historias casi fueron protagonizadas por alguien más, si no hubiera sido porque los actores o la producción pensaron lo contrario.
La reconocida actriz Victoria Ruffo es considerada la “reina” de las telenovelas mexicanas. Una de las habilidades que tiene es poder transmitir los sentimientos de sus personajes y hacernos sentir todo el torbellino de emociones que vive la protagonista. Por eso es una de las actrices que más han llorado en las telenovelas.
La madrastra fue una telenovela que se estrenó en 2005 y que, desde principio a fin, quizá por la historia tan novedosa o por la química entre los protagonistas, mantuvo al público en la pantalla a la expectativa por saber si tendría o no un final feliz. Tanto fue su éxito que en 2022 tuvieron la brillante idea de hacer una nueva versión, cuyo elenco nada tiene que envidiarle al de su antecesora.
A menudo, al ver una película o telenovela, podemos pensar, erróneamente, que la vida de los actores es muy sencilla y hasta envidiable. Es decir, ¡están rodeados de personas hermosas a las cuales nosotros solo podemos ver en Instagram! Pero lo cierto es que su trabajo no es nada sencillo; por un papel, muchas veces deben hasta sacrificar su belleza con incómodas prótesis y maquillajes elaborados en beneficio de la historia.
Cuando una historia nos gusta mucho, solemos encariñarnos tanto con los personajes que no podemos imaginarnos a otro actor interpretando el papel. Sin embargo, es normal que en la producción de una telenovela ni los guionistas ni los productores sepan con certeza quién será el actor que dará vida a un personaje, y de un momento a otro, la estrella de la historia puede cambiar rotundamente.
La magia de las telenovelas ha cautivado durante muchos años a miles de hogares alrededor del mundo. Muchas familias esperan impacientes la hora de su melodrama favorito para saber qué pasará con los protagonistas. Por supuesto, como en cualquier otro tipo de ficción, también esconden muchos trucos detrás de su producción que contribuyen a que las historias se sientan más reales y traspasen la pantalla.
2012 fue el año en que la telenovela Corona de lágrimas vio la luz ante miles de espectadores. Durante 111 capítulos, los seguidores de este drama sufrimos, lloramos y reímos al lado de sus personajes. Cada historia detrás de ellos volvía más interesante la trama de esta producción que, aunque tuvo un final feliz, diez años después quiere volvernos a cautivar con un nuevo guion que reabre la puerta al camino pedregoso de Refugio Hernández y su familia.
En el firmamento artístico mexicano hay muchísimas estrellas que comenzaron a brillar hace décadas y que, con sus papeles en telenovelas y series de televisión, nos han acompañado desde la niñez. Algunas de estas actrices ya son mayores, mientras que otras no superan los 50 años de edad. Aun así, continúan trabajando y demostrando su enorme talento en cada rol que les toca interpretar.
Las coincidencias de aspecto y personalidad abundan entre padres e hijos, y los famosos no son la excepción. Pero hay casos que son realmente sorprendentes, como la hija de Adamari López, quien heredó los ojos claros y el cabello de su madre. O como el hijo de Julián Gil, que es idéntico al galán de telenovelas.
Cuando se produce cualquier tipo de serie, se crean no solo piezas televisivas; también fuertes relaciones entre los actores debido a la gran cantidad tiempo que pasan juntos. Cuando llega el fin de estas producciones, cada quien escoge su camino. La mayoría de las veces el elenco se separa por completo y hasta pasan años para que podamos volver a verlos juntos. Pero cuando, tiempo después, nos enteramos de que va a haber un reencuentro, es inevitable ver a los actores de nuestras novelas favoritas juntos y recordar la pasión con la que seguíamos sus historias.
Si bien existen personas que pueden pensar que las canas son el primer signo de la vejez, hoy en día también hay muchos hombres y mujeres que demuestran con sus cabellos grises que la juventud no es una cuestión de edad ni de apariencia, sino algo que se lleva en el alma, y que la belleza no se define por el color del cabello.
Los personajes de las telenovelas necesitan una motivación para hacer lo que hacen, algo que los impulse y que haga avanzar la historia en la dirección que los guionistas quieren. Muchas veces, esa motivación es el deseo de buscar revancha contra aquellos que les hicieron daño, aunque en el camino se les aparezca un romance inesperado.
En el mundo de las telenovelas, existen familias que son recordadas por muchos seguidores del drama. Tal vez reconoces apellidos como Vega o del Castillo porque dos o más miembros de cada familia actuaron en varias historias televisivas, pero no son los únicos casos. Dentro de esa gran comunidad de actores, dos personas comparten algo más que la pasión por interpretar un personaje en la pantalla chica, también los une un lazo sanguíneo que, en algunos casos, es probable que pocos conozcan.
A mediados de cada mayo o junio, las televisoras presentan su upfront, es decir, las propuestas de próximos melodramas de cara al año. Por supuesto, el piloto debe ser cautivador para que las productoras los elijan, les asignen un presupuesto y pongan en marcha las grabaciones. Como en todo tipo de situaciones de elección, nunca faltan las historias rechazadas, ya sea por no despertar interés o también por tratarse de una enorme apuesta con muchos escenarios que termina siendo demasiado costosa. Esto último es lo que sucedió con algunos proyectos que fueron anunciados por todo lo alto y, al final, terminaron siendo cancelados.
Algunas producciones televisivas nos malacostumbraron a esperar que los protagonistas, después de haber superado millones de obstáculos, por fin terminen juntos y casándose. Sin embargo, hay otros proyectos que sí se han arriesgado a plasmar desenlaces diferentes, en los que uno de los personajes principales sale de pantalla, de manera de provocar un final incógnito o dar inicio a una segunda etapa. Varios son los melodramas que siguieron esta premisa, como Pueblo chico, infierno grande, Dos mujeres, un camino y Velo de novia, trabajos que, por más que deseáramos un “y fueron felices para siempre”, terminaron sacándonos más de una lágrima.
Si ya es difícil tener espacio y hacerse un nombre en la industria del entretenimiento, ¿cómo será la presión para quienes logran el éxito y además dejan una huella imborrable en la historia por largas generaciones? Resulta que hay varios clanes familiares mexicanos que responden positivamente a dicha pregunta y han heredado el talento y el amor por la actuación de sus mayores. Por ejemplo, podemos mencionar a los Bichir-Nájera, a los Derbez y a las Pinal, quienes han hecho carrera en el cine, en el teatro y en la televisión, tras adoptar el gusto por la actuación de sus padres o abuelos.
La mayoría de las telenovelas latinoamericanas se caracterizan por tener ciertos tipos de personajes para darle vida a la trama. Y en algunas, las trabajadoras del hogar forman parte importante y hasta llegan a ser protagonistas. Puede que no siempre estén pendientes de los quehaceres, sino que también están para colaborar con las ocurrencias de los personajes principales; lo único seguro es que siempre son las primeras en enterarse de los acontecimientos de la familia. Pueden estar en el lado de los buenos o de los malos, pero siempre estarán para ayudar a hacer realidad los deseos de los demás.
En el mundo de las telenovelas, como en la vida misma, se presentan situaciones complicadas que pueden poner a los personajes en medio de un huracán de emociones. Es por eso por lo que muchas veces vemos a las actrices llorar en escena. Pero hay algunas que podrían ser consideradas especialistas en soltar lágrimas.
Todos hemos visto una telenovela que nos conmovió hasta el punto de sentir ganas de volver a ver a los protagonistas en otra historia juntos, ¡y qué alegría cuando eso sucede! Y aún con otros nombres y con personalidades muy distintas a la historia anterior, la pareja vuelve a funcionar por el talento de los actores.
Es cierto que cuando nos enteramos de que van a hacer una nueva versión de una película o telenovela que nos gustó mucho, no siempre nos cae bien la noticia. Este rechazo se puede deber a muchas cosas, pero normalmente sucede porque consideramos que la historia ya es buena, y es muy difícil que pueda contarse de igual manera en una época diferente y con actores distintos. Sin embargo, a lo largo de estos años hemos visto historias que nos han encantado, y nos enteramos más tarde de que esos clásicos, en realidad, estaban basados en otros clásicos exitosos de la televisión.
La mayoría de las veces tener una familia es sinónimo de diversión, compañerismo y unión en las buenas y en las malas; pero ¿qué pasa cuando la familia se vuelve numerosa? La desorganización puede hacerse presente al querer tomar la foto familiar perfecta o al acomodar a todos en el auto para las vacaciones.
Ser hijo de un famoso no debe ser nada fácil, pues, además de la exposición ante los medios, se cree que ellos seguirán los pasos de sus progenitores. Algunas veces es así, y varios lo han hecho de forma exitosa, pues se han sentido influenciados y apasionados por el trabajo que sus padres desempeñan. Por ejemplo, Brandon Peniche también es actor, como su padre, Arturo Peniche. Leonardo y Ángela Aguilar, hijos de Pepe Aguilar y nietos de Antonio “El Charro de México” Aguilar y Flor Silvestre, están haciendo una gran carrera y, a muy corta edad, ya fueron nominados a los premios Grammy. Como estas hay muchas más historias de actores, actrices y cantantes que, con mucho esfuerzo, están haciéndose de un nombre, sin importar si son los “hijos de”.
El melodrama que acompaña las historias de amor empañadas por terribles villanos en las telenovelas ha sido, desde sus inicios, motivo para que las familias se reúnan frente al televisor. México es uno de los principales exportadores de telenovelas, y las tramas de estas son tan intrigantes que pueden hacer soñar a personas en cualquier lugar del mundo.