10 Casos en los cuales un animal estuvo en el banquillo de los acusados y fue juzgado de manera insólita

Animales
hace 4 años

En la actualidad, parece ilógico hablar de juicios contra animales, pero entre los siglos IX y XIX, era muy común juzgarlos por conductas que los seres humanos consideraban no apropiadas. Desde un loro contrarrevolucionario que debió ser reeducado, hasta un abogado defensor de ratas que logró salvar a los roedores.

En Genial.guru recopilamos algunas de las historias más desopilantes de animales que fueron sentados en el banquillo de los acusados, aunque cueste creerlo.

1. El gallo y el huevo endemoniado

En 1474, un gallo decidió ser distinto y poner un huevo. El animal fue juzgado por cometer un crimen antinatural y por el pensamiento popular, ya que la población creía que era un enviado de Satanás, y que dentro del huevo había un basilisco.

2. Cochinillas acusadas de no haber estado en el arca de Noé

En 1479, el obispo de Lausana llevó a cabo un juicio contra una plaga de cochinillas. Se acusaba a los insectos de no haber sido parte del arca de Noé. Finalmente, las pobres fueron excomulgadas.

3. Juicio a ratas por haberse comido cultivos de cebada

En 1522, en la ciudad de Autun, Francia, los aldeanos querían justicia luego de que unas ratas se comieran sus cultivos. Recurrieron a la corte eclesiástica y el tribunal citó a los roedores a presentarse para ser juzgados a través de un funcionario, quien leyó la citación en voz alta en la zona donde se creía vivían los roedores.

Barthélemy de Chasseneuz sería el encargado de defender a las ratas, y vaya si lo hizo bien. Cuando las acusadas no se presentaron, Chasseneuz aclaró que el juicio involucraba a todos los roedores, no solo a los de la aldea; por ende, debían notificarlos de manera fehaciente.

Así lo hicieron desde las parroquias, pero tampoco pudieron contar con la presencia de las ratas. Chasseneuz explicó que necesitaban más tiempo para realizar el viaje y otro retraso le fue concedido. Cuando llego nuevamente la fecha del juicio, ante la ausencia de los roedores, el abogado explicó que la corte no les dio protección a sus clientes, ya que las ratas tenían miedo de ser atacadas por gatos y no podían poner su vida en juego por presentarse ante el tribunal.

Luego, Chasseneuz dijo que no era justo castigar a todas por unas pocas, y, finalmente, el Vicario pospuso el juicio indefinidamente. Nunca sabremos si se apiado de las ratas o simplemente se cansó de las mil defensas de Chasseneuz.

4. Cada uno a su lugar

En 1587, en Saint-Julien, Francia, una especie de gorgojo llamado “charançon” fue juzgado por haber dañado los viñedos. El juicio se aplazó en múltiples ocasiones, ,y finalmente se decidió darles a los gorgojos una especie de libertad condicional. Les asignaron una parcela de tierra para que se quedaran ahí, lejos de los viñedos y donde no serían molestados, siempre y cuando no se acercaran a las plantas.

5. Loro contrarrevolucionario juzgado en París

En 1792, un loro tuvo la brillante idea de gritar “¡Viva el rey! ¡Vivan nuestros sacerdotes! ¡Vivan los nobles!” en plena revolución. Tanto el loro como sus propietarias, la señora Louise de la Fiefville y la señorita Françoise de Béthune, fueron llevadas ante el tribunal revolucionario. La corte intentó que el loro hablara, pero el animal nunca lo hizo, por lo que se decidió que debía recibir un nuevo adoctrinamiento político. Finalmente, les devolvieron el loro a las dos damas de la nobleza, aunque gritando “¡Viva la nación!”.

6. Perro a prisión por exhibirse con un cartel

A principios del siglo XIX, en Madrid, un perro paseaba con un cartel colgando de su cuello. Los transeúntes se daban vuelta a observar al peculiar can y a su letrero, del cual se leía: “Soy de Godoy. ¡No temo a nada!”. Al enterarse de ese acto, el “príncipe de la Paz” se ofendió por la prepotencia del mensaje y mandó a buscar a su dueño. Al no encontrarlo, ordenó el ingreso del can activista a la prisión militar.

7. Termitas absueltas por orden de llegada

Europa no fue el único continente en juzgar a los animales, ya que Latinoamérica también tuvo sus casos. En Brasil se acusó a una colonia de termitas de destruir un monasterio franciscano. En este caso, ellas tuvieron suerte, porque su abogado defensor explicó que las termitas vivían allí desde hacía siglos, mucho antes de que llegasen los franciscanos. Por ende, los misioneros debieron marcharse y dejarles el lugar a las termitas, las cuales habían llegado primero.

8. Prisión domiciliaria para un gatito

En 2006, en Fairfield, Estados Unidos, un gato llamado Lewis fue condenado a prisión domiciliaria luego de atacar a varios residentes del vecindario Sunset Circle. Rachel Solveira, funcionaria de la oficina de control de animales, fue quien emitió la condena. La propietaria del gato, Ruth Cisero, también fue arrestada por no haber cuidado de su mascota responsablemente. En el juicio, Cisero manifestó que el pobre gato era atormentado por los vecinos, quienes le arrojaban huevos, justificando su accionar violento.

9. En 2008 se acusó a un oso de robar miel

Aunque la mayoría de los juicios se realizó en el pasado, ya que luego se comprendió que los animales en sí no tienen racionalidad frente a los actos, en 2008, Zoran Kiseloski decidió imputar a un oso.

Kiseloski, un apicultor de Macedonia, denunció a un oso de haberle robado su miel y dañar la propiedad ajena (por el daño que produjo en las colmenas). El animal nunca se presentó en el tribunal, pero fue juzgado en su ausencia y encontrado culpable.

El animal no tenía dueño y era parte de una especia protegida; por ende, la corte determinó que el Estado debía pagarle al apicultor la suma de 3 500 USD por el daño ocasionado.

10. El abogado defensor de perros en la actualidad

En 2009, en Rhode Island, una galgo inglés hembra llamada Lexus fue sentenciada tras matar a un cachorro pomerania, ya que los canes pequeños y de pelo largo muchas veces son confundidos por los galgos como presas. Luego de una lucha legal encabezada por Richard Rosenthal, Lexus fue liberada.

A raíz de este caso, Rosenthal, junto con su esposa, Robin Mittasch, fundó el “Proyecto Lexus” para darles asistencia legal a los canes.

¿Te parece correcto que se pueda juzgar a un animal en la actualidad? ¿Conoces algún otro caso similar a los mencionados? ¡Cuéntanos en los comentarios!

Comentarios

Recibir notificaciones

Lecturas relacionadas