10 Tradiciones de las bodas medievales que nos ponen los pelos de punta

Curiosidades
hace 1 año

Las bodas como las conocemos en la actualidad no aparecieron de la noche a la mañana. A lo largo de los siglos, diversas culturas fueron perfeccionando sus tradiciones hasta llegar a donde estamos ahora. Algunos de los rituales que se realizaban en la Edad Media para celebrar un matrimonio eran tan locos que cuesta creer que hayan sido reales. Aquí te contaremos sobre varios de ellos.

1. Tener un matrimonio de prueba era común

En la Europa medieval, una pareja podía celebrar un ritual llamado handfasting. Este dependía de lo que los novios tuvieran en mente. Por ejemplo, podía ser llevado a cabo por enamorados que querían comprometerse en matrimonio, una unión civil legal o, en los casos más curiosos, en una especie de boda de prueba, que era prácticamente lo mismo que un casamiento, solo que podía terminar o renovarse sin ninguna repercusión legal al cabo de un año.

Esta práctica era realizada por parejas a las que les apetecía probar la vida de casados antes de unir sus vidas permanentemente.

2. La gente se podía casar en cualquier lugar

En la Edad Media, a pesar de que en algunas culturas de Europa ya existía el matrimonio mediante la iglesia, eso no era estrictamente necesario en muchas otras. Las parejas podían simplemente intercambiar sus votos de casamiento y considerarse como marido y mujer.

De hecho, no eran necesarios registros, testigos ni nada. Es más, estos votos podían ser intercambiados en cualquier sitio: en la calle, en un barco e incluso en una taberna. Lo más importante era el compromiso de la pareja para mantener la unión inalterada. De hecho, esta práctica llevó a muchas personas a negar que alguna vez hubieran estado casadas, y sin tener pruebas para decir lo contrario, a sus exparejas solo les quedaba aceptarlo.

Esto, no obstante, era diferente con la realeza: como sus matrimonios se realizaban con fines políticos, se organizaban grandes ceremonias para celebrarlos, para que nadie pudiese negar la legitimidad de la unión.

3. Con la boda, la mujer se convertía en la figura de poder en el hogar

En las culturas medievales vikingas, algunas mujeres vestían un cinturón de llaves alrededor de su vestido como símbolo de su poder en el hogar. Esto se debía a que, con el matrimonio, las mujeres vikingas se convertían en las responsables de llevar los tesoros familiares. Además, artículos como pequeñas navajas, tijeras, agujas para coser y hermosos broches acompañaban a las llaves del hogar en su cinturón.

4. No existían los vestidos de novia

Las campesinas no vestían ningún tipo de vestimenta en específico, o al menos no como lo que conocemos ahora. Esto se debía a que la ropa matrimonial era demasiado costosa, por lo que las mujeres de bajos recursos únicamente usaban el atuendo más nuevo y limpio de su armario.

La realeza, por el contrario, recibía la vestimenta que usaría en su boda como parte de su dote matrimonial. Por supuesto, estos costosos vestidos venían acompañados de coronas bien adornadas con piedras preciosas o perlas.

5. Los invitados presenciaban la noche de bodas

En algunas partes de la Europa medieval era común realizar una ceremonia nupcial denominada bedding, la cual únicamente servía para asegurar la consumación de la unión, sin la cual, esta podía ser anulada.

En este sentido, el ritual consistía en que la pareja de recién casados se acostara en una cama rodeada de varios invitados para que estos presenciaran que la unión se consumara. Sin embargo, este ritual podía variar de lugar a lugar, puesto que existen registros de ceremonias en las que los invitados se retiraban antes de presenciar la consumación. Todo era como un acto simbólico que representaba la involucración de la comunidad en el matrimonio.

6. Usaban ajo y flores para ocultar su propio olor

Incorporar flores como accesorio o parte del atuendo de bodas es una tradición que se remonta a la Edad Media. Esto porque, en ese entonces, las hierbas aromáticas, los cereales y otras plantas, tales como el ajo y el trigo, jugaban un rol simbólico en las vestiduras nupciales. El ajo, por ejemplo, se usaba tradicionalmente para alejar los espíritus malvados.

Por otro lado, otro motivo por el que las personas incluían este tipo de ornamentos a la vestimenta nupcial era para evocar aromas agradables en el momento de la unión.

7. Los vikingos empezaron la tradición de la luna de miel

De este ritual se cree que proviene el término “luna de miel”, a pesar de que ha cambiado mucho a través del tiempo. Y es que, en el período medieval, existía la costumbre de elaborar una bebida a base de miel, la cual, tras finalizar la celebración, era proporcionada a los novios con el objetivo de que, durante el mes (o ciclo lunar) siguiente, la bebieran a diario para promover la fertilidad de la pareja.

Si te quedaste con ganas de conocer más hechos impactantes sobre la vida de nuestros antepasados, checa estos artículos (1, 2, 3, 4, 5).

8. La manera de identificar al próximo novio era algo distinta

Hoy en día, la tradición consiste en arrojar el ramo de flores hacia las damas de honor para ver quién será la próxima en casarse. Sin embargo, en la Edad Media, lo que se lanzaba no era el ramo, sino la liga que sostenía las medias de la novia bajo el vestido. Esto se hacía justo después de haber consumado la unión, precisamente a manera de confirmación para los invitados.

9. Los novios hacían un ritual divertido para la prosperidad

Hay registros de que en la Europa medieval se celebraba un divertido ritual. Este consistía en que los invitados de la boda apilaran tantos pancitos como pudieran para formar una gran montaña, sobre la cual los novios debían ser capaces de darse un beso. Según la superstición, esto podía garantizar una vida próspera para los recién casados.

10. La edad legal para casarse era mucho menor que la actual

En la Edad Media, técnicamente, la edad legal para contraer matrimonio era los 12 años para las mujeres y los 14 para los hombres. Sin embargo, no hay muchos registros de que una gran cantidad de personas se hayan casado a tan temprana edad, ya que necesitaban de la comida y alojamiento que los padres proveían.

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