11 Buenas razones por las cuales los turistas se decepcionan de París

Curiosidades
hace 4 años

La frase “Ver París y después morir” es ideal para aquellas personas que están decepcionadas con la capital francesa. Después de todo, están casi dispuestas a morir de verdad. Pero no solo por alegría, sino por la desilusión de que la ciudad no es lo que les enseñaban en las películas, libros e incluso en agencias de viajes. Resulta que no todos los turistas se quedan encantados con la ciudad de la luz.

En Genial.guru nos sorprendió descubrir que incluso existe el síndrome de París, un trastorno mental que sufren los turistas que están decepcionados con la capital de Francia. En el bono encontrarás más información acerca de ello.

1. Colas interminables para subir al mirador de la Torre Eiffel y el césped destrozado

Antes de viajar a París, todo el mundo sueña con ver la atracción principal de la ciudad: la Torre Eiffel, y luego subir al mirador. La primera mala impresión se produce cuando te unes a una gran cola de turistas que también quieren visitarla. La segunda, cuando tienes que pasar los controles más exhaustivos que en el aeropuerto. Luego debes permanecer de pie durante varias horas antes de finalmente encontrarte en la plataforma de observación.

Después de estas desventuras, te dan ganas de tomar un descanso y hacer un picnic en el césped. Pero no te apresures. Aquí te esperan algunos descubrimientos más desagradables. Por ejemplo, el perímetro del césped puede estar cercado por la causa de algún tipo de evento que se celebra o, peor aún, por una manifestación. Quizás tengas suerte y te encuentres en la hierba, que de hecho será aplastada por los pies de miles de turistas.

  • Es mejor que admires la Torre Eiffel desde lejos. Por lo tanto, te recomendamos que vayas al distrito de Montmartre a las escaleras de la Basílica Sacré Coeur. ¡Ahí es donde tendrás una vista impresionante de la ciudad!

2. Un montón de turistas en la entrada del Louvre

Otra ruta de peregrinación, por supuesto, se dirige al Louvre. Muchos viajeros que no han comprado entradas de antemano recomiendan hacer cola antes de la apertura. Esto, por supuesto, tiene sentido, pero no te protege de estar de pie durante muchas horas en una fila interminable en la entrada del museo. Te cansa y adormece la percepción de la belleza. Después de hacer la cola al final olvidas para qué viniste.

  • Es mejor comprar la entrada en línea con anticipación para estar en la cola de los visitantes con entradas. La segunda opción también es comprar las entradas por adelantado, pero ya, por ejemplo, en los quioscos que se encuentran en toda la ciudad. Venden entradas a muchos museos de París. Pero si no funcionó, entonces hay otro truco maravilloso: podrás entrar al museo casi sin hacer la cola pasando por el centro comercial Carrousel du Louvre. En La Civette Du Carrousel puedes comprar entradas para el Louvre y otros museos mucho más rápido que esperando en la cola arriba. Luego, sigue las señales que te llevarán a la pirámide invertida, frente a la entrada del Louvre. Luego, te encontrarás en la sala subterránea con las taquillas del museo, el lugar adonde intenta llegar todo el mundo haciendo cola en la parte superior. Aquí también puedes comprar las entradas si todos los métodos anteriores no funcionaron.

3. Una gran cantidad de personas que intentan fotografiar a la Gioconda y reflejos en el cristal

Después de pasar por la entrada del Louvre, la gente, como si fuera un sinfín de corrientes, va corriendo hacia la chica de sonrisa misteriosa, Mona Lisa. Naturalmente, todo el mundo quiere verla de cerca. Pero esta tarea se complica porque muchas personas intentan fotografiar la imagen o acercarse a ella. Cuando logras acercarte a la obra de arte, los reflejos en el vidrio protector del cuadro dificultarán la visualización de la pintura. Y es casi imposible encontrar el ángulo correcto. Además, en realidad, el lienzo es pequeño, y puedes acercarte solo a una cierta distancia, lo que, desafortunadamente, no te permite disfrutar plenamente de la obra maestra.

  • En el museo hay bastante más que una sola obra: el Louvre tiene una gran colección de arte mundial que se puede ver durante horas. Puedes ver muchas de ellas sin ningún tipo de obstáculo. Además, el museo en sí es digno de admiración: sus interiores, techos y vistas desde las ventanas son simplemente preciosos. Además, en el Louvre hay bancos junto a las ventanas, donde puedes admirar tranquilamente el paisaje.

4. Las francesas auténticas son diferentes a las francesas de pantalla

Las películas con la participación de actrices francesas crean la imagen de unas chicas misteriosas, elegantes y encantadoras. Vestidas con su mejor ropa (luciendo una boina), bien cuidadas e independientes. Muchas chicas quieren ser como las mujeres francesas, aprender algo especial de su estilo. Pero se quedan boquiabiertas cuando ven a las mujeres descuidadas con ropa holgada, sin maquillaje y manicura.

  • En la vida real, son mujeres comunes que generalmente no se preocupan por su apariencia. Pero hay una adición importante: la mayoría de las mujeres francesas jóvenes se ven descuidadas, pero a la edad de 50 años se transforman. Comienzan a lucir elegante, a maquillarse e incluso a manicurarse. A partir de este momento, su imagen se convierte en un ejemplo a seguir.

5. Algunos lugares de interés están desarmados o se están reconstruyendo

El magnífico Puente de las Artes sirve como centro de atracción no solo para los turistas, sino también para los amantes que tienen una tradición: colgarle “candados de amor”. Poco a poco, el puente se cubrió de miles de candados, lo que creó su imagen única, atrayendo a los enamorados como un imán. La carga permitida del puente era de 45 toneladas, por lo que se creó la amenaza de derrumbe. Por lo tanto, en 2015, las autoridades de la ciudad decidieron retirar definitivamente todas las barandillas con candados. Solo quedaban unos pocos, como un recordatorio de cómo era antes. Pero todavía hay personas que se ponen tristes al ver el puente sin candados.

  • Antes del viaje, debes hacer una lista de lo que deseas ver y averiguar de antemano si alguna de las atracciones está en reconstrucción, o tal vez esté completamente desarmada. El puente es peatonal, tiene bancos desde los cuales puedes disfrutar de otra esplendida vista de la ciudad.

6. Pocos sitios donde hablan inglés

Los franceses saben hablar inglés, pero por alguna razón desconocida, no siempre quieren hacerlo. Puede suceder que el personal no sepa inglés o hable con un acento que dificultará la comprensión. Además, es posible que la cafetería no tenga un menú en inglés, solo en francés, por lo que a veces hay que adivinar qué es qué. Pero no te aburrirás seguro.

  • Primero, vale la pena explicar las cosas en inglés. Si no te comprenden, es mejor tener preparada una segunda opción: instala una aplicación de traducción en tu teléfono. Mejor aún, si aprendes al menos algunas frases simples que te ayudarán a ganarse la confianza de interlocutor. Por cierto, cuando el camarero vea que estás tratando de hablar su idioma, te atenderá con mucha simpatía.

7. Los restaurantes sirven porciones pequeñas, y la comida es cara

“Es mejor pasar hambre que comer en exceso”, es una frase que describe perfectamente las porciones en los restaurantes parisinos. Son pequeñas y a veces cuestan un dineral.

  • Hay varias formas de resolver el problema: desde un simple picnic con vino, queso y baguette hasta recurrir a los trucos. En los restaurantes siempre hay un plato del día que suele ser más barato que los platos principales. También vale la pena tener en cuenta que es mejor elegir una cafetería que no está en el centro de la ciudad, sino a cierta distancia de los lugares emblemáticos. Por ejemplo, el café con postre en el Louvre (primer distrito) te costará 18 €. Y en el área del Panteón (quinto distrito) pagarás 7 € por un café con postre. Pero todavía puedes encontrar opciones más baratas, ya que hay muchas instituciones educativas en este distrito, incluida la Sorbona. Por lo tanto, se considera un distrito estudiantil, lo que significa que hay varias cafeterías económicas.

8. Sueños destrozados de fotos sin personas

Multitudes de turistas te perseguirán en cualquier lugar emblemático de la ciudad. En la Plaza Trocadero, que ofrece una de las mejores vistas de la Torre Eiffel, hay mucha gente todo el tiempo, lo mismo en la Catedral de Notre Dame. Pocas personas logran tomar una foto sin que ningún turista salga en ella.

  • Si eres aficionado a buscar vistas hermosas, entonces tienes que sacrificar algo. En este caso, tu sueño nocturno, porque solo al amanecer o al atardecer los lugares de interés estarán prácticamente desiertos. Pero debes admitir que anticipando unas imágenes perfectas, puedes dormir un poco menos, especialmente porque este es un viaje que algún día terminará.

9. Urinarios ubicados en las calles centrales

Los visitantes de la ciudad experimentan el impacto estético al ver los urinarios callejeros que se encuentran justo en el medio de las vías públicas. Por ejemplo, cerca de la catedral de Notre Dame de Paris. Tales baños públicos son una innovación para París. Aparecieron en 2018 por iniciativa de las autoridades locales, como parte de un proyecto de cuidado ambiental. Por supuesto, hay urinarios similares en otras ciudades europeas, pero este hecho apenas puede calmar a los estetas. Esta cuestión está abierta al debate: ¿por qué estos nuevos urinarios se volvieron tan minimalistas y abiertos, después de todo, en la historia de los urinarios urbanos de la ciudad hubo formas más apropiadas?

10. En las calles de París hay mucha basura

Los turistas suelen declarar que las calles de París están sucias. Incluso en las calles principales, yacen grandes montones de basura, y los servicios municipales no tienen prisa por quitarlas.

  • Tal vez no deberías concentrarte en los montones de basura que se acumulan durante el día en la ciudad. Pero si eres demasiado pedante, sal a recorrer la ciudad por la mañana. Precisamente en este momento la ciudad se lava a fondo.

11. Sensación de inseguridad

En la ciudad hay una gran cantidad de migrantes de diferentes nacionalidades. Algunos molestan a los turistas tratando de venderles todo tipo de baratijas. Y a veces se enojan mucho cuando nadie les compra nada. Es desagradable, pero no es peligroso. Pero hay distritos que deberías evitar. Los más peligrosos son el distrito de las estaciones Norte y Este (décimo distrito), así como los suburbios de Saint-Denis.

  • Si paseas únicamente por rutas turísticas, la gran mayoría de la gente a tu alrededor van a ser los viajeros, igual que tú. Pero definitivamente debes visitar los distritos en los que vive la nobleza francesa: Temple (tercer distrito), Hôtel-de-Ville (cuarto distrito), Luxembourg (sexto distrito), Palais-Bourbon (séptimo distrito), Passy (decimosexto distrito).

Bono: síndrome de París, o expectativas fallidas

Muchos viajeros coinciden en que París no es la ciudad más hospitalaria del mundo. Aquí se enfrentan con más frecuencia a la indiferencia y la hostilidad del personal de servicio. A causa de expectativas fallidas se desarrolla el síndrome de París. Este trastorno mental fue descubierto por primera vez en 1986 por el psiquiatra japonés Hiroaki Ota. Se reveló que los visitantes japoneses son especialmente susceptibles ya que no estaban preparados a hacer frente a la hostilidad francesa.

  • Vale la pena recordar que París es una ciudad extraordinaria con una larga historia, arquitectura única y un encanto especial que definitivamente deberías visitar. Y trata de no fijarte en los detalles insignificantes, porque estás en una de las ciudades más bellas del mundo. Según Mikhail German (un escritor ruso) “París es tan importante y grandioso porque el mundo le entrega su amor de generación en generación, casi sin darse cuenta de ello”.

¿Alguna vez has estado en París? Si es así, ¿qué impresión te produjo la ciudad?

Ilustrado por Ekaterina Gapanovich para Genial.guru

Comentarios

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Hace poco estuve recorriendo la ciudad a pie y en metro; es verdad que se ve mucho descuido en el aseo, hay una deficiente administración local teniendo en cuenta la gran cantidad de visitantes que dejan allí importantes sumas de dinero. A pesar de esto, me gustó mucho recorrerla admirando su arquitectura, sus enormes parques con acogedores ambientes, su eficiente sistema de transporte, su variadisima población con sus respectivas costumbres y comidas, en fin, no aspiremos a lugares perfectos y disfrutemos de lo hermoso que permanece.

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