14 Ejemplos de todos los “encantos” de una relación, de los que nadie está a salvo

Curiosidades
hace 4 años

El amor es maravilloso, pero cuando una pareja sale durante mucho tiempo, es imposible evitar malentendidos, momentos graciosos y todas las sorpresas que siempre enriquecen nuestra vida. Algunos enamorados encuentran la fuerza para no perder su sentido del humor y salvar a la familia, y a nosotros solo nos queda tomarlos de ejemplo y sonreír.

Genial.guru se ha reído mucho de todas esas situaciones divertidas que algunos conocen de primera mano.

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2.

Faltaban pocos días para la boda, la preparación estaba en pleno apogeo. Tomé una camisa, enchufé una plancha. Mi novia (esposa), al ver la situación, me la sacó de las manos.

N: “¿Qué estás haciendo?”.

Yo: “Quería plancharla”.

N: “¡Olvídalo! ¡Eres un hombre casado!” (me besó suavemente en la mejilla y terminó lo que yo había empezado).

Han pasado 5 años, pero nunca he olvidado esa ÚNICA vez que me plancharon la camisa. © Bochka74

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Estábamos en la casa de mi suegra, la casa está a las orillas de un río. Mi esposa me dijo: “Hay un extraño pescador sentado en la costa. Parece un novato” (y, ciertamente, donde estaba sentado nunca picaba). Decidí ir a darle un consejo, decirle en qué lugares podía pescar mejor.
Me le acerqué, le dije que no había peces allí, que no era un buen lugar, etc...
Y él me respondió: “Amigo, eso no importa. Lo que importa es que aquí no están ni mi suegra, ni mi esposa, ni mis hijos”. © tatmachok

6.

Esta historia le pasó a nuestra familia. Fue hace mucho tiempo, hace unos 25 años.
Mi padre se fue de viaje de negocios por una semana. Debía volver el lunes, y ahora era jueves. Hora: las 12 de la noche. Todos dormíamos. Todos somos mi madre, mi hermano y yo. De pronto, sonó el timbre de la puerta. Mi mamá (que es muy miedosa) a unos tres metros de la puerta preguntó en voz baja: “¿Quién es?”. “Abra, policía”, respondió mi padre.
Mi mamá se asustó al no reconocer su voz y corrió hacia el balcón. Los balcones eran adyacentes con el de los vecinos. Al ver que los vecinos no dormían, golpeó su ventana y le pidió al marido de la vecina que se pasara a nuestro lado: mi madre necesitaba con urgencia una voz masculina. Les recuerdo que era de noche, mi madre estaba en un camisón, el vecino, solo con un jogging puesto. En resumen, el vecino se pasó a nuestro lado, se acercó a la puerta y con su formidable voz dijo: “¿Quién es?”. Del otro lado de la puerta, mi padre enmudeció, dándose cuenta de que era el final de su matrimonio, luego dijo con voz apagada que lo dejaran pasar. El vecino, naturalmente, reconoció la voz de mi padre y abrió la puerta tranquilamente. Siguió una pausa muerta. El vecino estaba contento de que todo hubiera terminado bien, pero mi papá no sabía cómo actuar, qué decir, qué hacer, si enojarse con los dos o simplemente juntar sus cosas...
Entonces, la esposa del vecino, al ver por la mirilla de la puerta que todo estaba bien, abrió la puerta con las palabras: “¡Ale, cómo nos asustaste a todos!”. Y solo entonces mi padre se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, e inmediatamente sonrió y se iluminó de felicidad.
Recién entonces todos se dieron cuenta de que si la esposa del vecino en ese momento no estuviera en casa, se habrían roto dos familias. Y en esa situación estresante, nadie se dio cuenta de que nuestro vecino podía haber hecho todo eso desde su propio departamento, simplemente abriendo la puerta de su casa.
Cosas que pasan. © deniszyuzin

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Con mi esposa, entramos a una tienda de lencería.
Esposa: “Oh, bragas, solo 8 USD”.
Escogió un par y me propuso también comprarme unos para hombres. Fuimos a verlos.
Esposa: “¡Guau! ¿8 USD? Allá hay unos con descuento a 4 USD”.
Es decir que para ella 8 USD no es caro, pero para mí es “guau”. © Manifest1980

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Mi esposa sigue siendo una verdadera ternura. Fuimos a pescar por primera vez en muchos años. Por la mañana nos despertamos en la tienda de campaña, y ella me dijo: “¿Oyes ese sonido? ¿Como el de un cachorro de oso rugiendo?”. Y yo escuché con atención, y me di cuenta de que era alguien vomitando. “No”, dije, “es otra clase de animal”. © bozia

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¿Alguna situación te sonó familiar?

Imagen de portada jsavite / twitter

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