15 Aspectos hogareños alemanes que dejarían a cualquier latino rascándose la cabeza

Curiosidades
hace 1 año

Sabemos que nuestras culturas nos hacen únicos, y es justo por eso por lo que, a veces, los choques entre ellas pueden sorprendernos. En este caso, un mar de distancia nos separa de la forma de vida de Alemania, la cual puede resultarnos extraña debido a las diferencias que hay entre ese país y Latinoamérica. Por eso, nos centraremos en 15 características de las casas alemanas a las cuales seguramente nos costaría acostumbrarnos.

¿Cuál fue el choque cultural más inolvidable que experimentaste al visitar otro país?

1. Cuidan a sus mascotas como si fueran sus hijos

Los alemanes cuidan y tratan a sus mascotas con mucha responsabilidad. Una de las razones puede ser que es muy costoso tener una. Esta debe poseer varios certificados, y hasta necesita una autorización en caso de que deba viajar con otra persona. Por esta misma razón, no hay perros callejeros en el país, como sí sucede en Latinoamérica, donde podemos adquirir un can casi como si se tratara de una planta.

2. Todos tienen leña cortada en el jardín

En todos los jardines de las casas alemanas existe un sector destinado a guardar la leña. Las personas la acomodan en una perfecta pila y la van usando en sus leñeros a medida que llega la temporada fría. En Latinoamérica, las temperaturas no bajan tanto como en Alemania. Por esa razón, utilizamos otras alternativas para calefaccionar nuestras viviendas.

3. Aunque los tengan a disposición, utilizan sus autos lo menos posible

Si bien el auto sigue siendo el transporte más comprado en Alemania, la realidad es que, aunque casi todos poseen uno, lo utilizan muy poco. En las ciudades más grandes se lo usa con más frecuencia debido a las amplias distancias que se deben recorrer, pero en los distintos pueblos, las bicicletas son el medio de transporte más elegido. En Latinoamérica, la primera opción para moverse es el automóvil.

4. El wifi se corta a cierta hora

Así como en Latinoamérica, en Alemania, la mayoría de la gente tiene wifi. La gran diferencia es que en el país europeo, en muchas casas, el router está programado para funcionar en ciertas franjas horarias elegidas por los padres de cada hogar. Es una función muy usada por ellos (para que los niños respeten su hora de dormir, por ejemplo), algo que resulta casi desconocido de este lado del charco.

5. Todos tienen una máquina gasificadora

Algo que muchos desconocen de los alemanes es que adoran beber agua gasificada. Tanto es así que en la enorme mayoría de las casas hay un electrodoméstico que gasifica el agua del grifo. Este cuenta con una botella con medidas que indican hasta dónde hay que llenarla para luego hacer soda. En Latinoamérica, quienes quieren beber esa bebida simplemente la compran.

6. Es poco común contratar a alguien para que se ocupe de la limpieza del hogar

En Europa, en general, no es común contratar a gente para que limpie la casa. Lo que se espera es que cada uno se haga cargo de lo que ensucia. Allí tienen varias costumbres que ayudan a que sus hogares se mantengan limpios por más tiempo. Además, mientras que en Latinoamérica limpiamos los pisos todos los días, en Alemania dejan pasar hasta cinco o seis antes de pasar el trapo.

7. Se quitan los zapatos antes de entrar a los hogares

Entre los hábitos de limpieza de los alemanes, uno de los más famosos es quitarse los zapatos al entrar en las viviendas. Todas las casas tienen un mueble con el calzado de la familia, el cual suele estar situado inmediatamente al lado de la puerta de entrada. En Latinoamérica, las cosas son distintas: cada integrante tiene sus zapatos en su habitación y los usa dentro de la casa.

8. En las duchas hay un pequeño limpiavidrios

Otro hábito de limpieza común en Alemania está relacionado con la ducha. En cada una hay un pequeño limpiavidrios que se utiliza para dejar el lugar impecable luego de bañarse. Cada miembro de la familia debe pasar este secavidrios por toda la ducha, mosaicos y vidrios. En Latinoamérica, el baño se limpia de vez en cuando, por ejemplo, cuando la persona encargada del aseo va a las casas a hacer su trabajo.

9. No utilizan sábanas

En Alemania, las personas no utilizan sábanas. Solamente ponen el cubrecamas y una manta (gruesa o fina, dependiendo la época del año) sobre el colchón. Prescinden de la sábana del medio debido a que sus cobijas son suaves, ya que están pensadas para eso. En Latinoamérica, la costumbre es usar las tres piezas (en lo posible, haciendo juego).

10. Todos tienen marcadores de vasos

Los alemanes usan marcadores de vasos, normalmente de colores y hechos de silicona. Su función es identificar los utensilios de los familiares, para así lavarlos cada más tiempo. Cada uno utiliza su mismo vaso varios días o hasta toda la semana, y recién después de varios usos lo mete al lavavajillas. En Latinoamérica, todo lo que se usa se lava después de cada comida.

11. Construyen las casas en altura y no a lo ancho

Las casas alemanas son pequeñas en área, pero se construyen en altura, alcanzando hasta cuatro o cinco pisos. El primero normalmente es el recibidor, mientras que en el segundo suelen encontrarse la cocina y la sala de estar con un baño. En el tercero se ubican las habitaciones y otro baño, mientras que el cuarto es el altillo, donde las personas guardan todo tipo de cosas. En Latinoamérica, las casas de dos plantas o amplias en área son las más comunes.

12. No es común tener microondas

Es normal que aquellos latinos que viajen a Alemania se sorprendan al darse cuenta de que en los hogares alemanes casi no se usan o no hay hornos de microondas. Se trata de una cultura que intenta no producir comida de más que finalmente pueda transformarse en sobras que terminarán en la basura. Es por eso por lo que, a diferencia de América Latina, allí no es común el uso de este electrodoméstico.

13. Para los cumpleaños, el pastel se hace en casa

En Alemania resulta difícil encontrar lugares donde vendan pasteles para eventos. Se pueden hacer por encargo cuando se trata de una boda, pero, a diferencia de América Latina, allí no existen lugares en donde estos postres se encuentren exhibidos y listos para ser comprados. Lo tradicional es que la familia realice el pastel del cumpleañero.

14. Los domingos son para estar en el hogar

Aunque en Latinoamérica también se descansa los domingos, en Alemania se lo toman aún más en serio. Ya sea en la capital o en los alrededores, podría decirse que el país se frena ese día. No hay casi ningún local abierto y no circula mucha gente por la calle. La diferencia está en que el cambio del flujo de circulación en Alemania es más abrupto que en América del Sur, por ejemplo.

15. Los domingos hacen un desayuno especial

En el día de relajación por excelencia, los alemanes disfrutan de un superdesayuno en el hogar. En él se pueden encontrar distintos tipos de pan, jaleas para untar, fruta, fiambre, cereales y un huevo escalfado para cada familiar. En Latinoamérica, el desayuno del domingo no se diferencia del del resto de los días.

Imagen de portada sergey_photos / Unsplash

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