Uno de los mayores descubrimientos geográficos del siglo XX fue el lago subglacial Vostok, que se halló en la Antártida. Lo más sorprendente de este hallazgo es que estaba oculto bajo una capa de hielo de 4 km de espesor. Los científicos creen que el lago fue apartado del mundo exterior por un glaciar durante varios millones de años.

El tamaño de Vostok es asombroso: el área total del lago es de aproximadamente 16 000 kilómetros cuadrados, y su profundidad puede llegar a 1 200 m. Lo más probable es que permanezca sin congelarse debido a fuentes geotérmicas subterráneas. La perforación fue un proceso largo y difícil, se inició en 1989, se suspendió en 1999 (debido al temor de contaminar un ecosistema único) y se reinició recién en 2006 para finalizar en 2013.

Desde 2015, comenzó la etapa de exploración activa del lago. En una muestra de agua, los científicos han descubierto microorganismos, uno de los cuales es de un tipo desconocido. Pero eran unas muestras de la superficie; lo más interesante llegará cuando se puedan obtener muestras del fondo, donde, según los supuestos, el agua se calienta con fuentes termales y es apta para la vida. Quizás, pronto los científicos puedan encontrar especies desconocidas. Quién sabe cómo se desarrolló la evolución en el ecosistema cerrado de Vostok.

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