Este icónico personaje es, sin duda, uno de los más recordados villanos de telenovela, ya que es tan narcisista y egoísta que manipula y agrede a todos en su entorno. Ni siquiera su marido ni su hijo se salvan.

En primer lugar, cuando Catalina, interpretada por María Rubio, contrae matrimonio con su esposo, hace todo lo posible por hundir a su hijastro, hasta que finalmente lo consigue cuando finge perder el ojo después de que él le clavara un tronco en el rostro. Sin embargo, su maldad llegó tan lejos que, después de un tiempo, ya ni siquiera le interesaba lo que pasara con su marido, y decidió desvivirlo.

Así, Catalina le arrebató su padre a Alejandro, su hijo de sangre. No bastando ello, cuando él se enteró de los crímenes que su madre había cometido, ella lo manipuló y lo hizo sentir culpa por querer denunciarla. Sus artimañas incluso llegaron a tal nivel que quiso hacer que su hijo también cometiera crímenes por ella.

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