30+ Datos sobre Mata Hari, la espía y cortesana que enamoró a cientos de hombres, pero nunca supo qué era la felicidad

hace 3 años

Hace 144 años, el 7 de agosto de 1876, nació una de las mujeres más misteriosas del siglo XX, Mata Hari. Ella fue llamada de varias formas: bailarina, cortesana, espía, traidora, pero al final nadie supo quién fue en realidad esta grandiosa seductora. La vida de Mata no fue agradable, pero esta atractiva mujer hasta el día de hoy está rodeada de cientos de mitos que asombran la mente de muchos investigadores.

Genial.guru intentó averiguar la verdadera biografía de la sorprendente y talentosa Mata Hari.

Margaretha Geertruida Zelle, quien después tomó el pseudónimo de Mata Hari, nació en la ciudad holandesa de Leeuwarden. Ella fue la única hija de Adam Zelle y Antje van der Meulen. En total sus padres tuvieron 4 hijos. Provenía de una familia acomodada: su padre poseía una tienda de sombreros e hizo exitosas inversiones en el sector del petróleo.
Desde la infancia, Margaretha acudió a una escuela de alta categoría y no le hacía falta nada. Sin embargo, después de unos años su padre se fue a la bancarrota y posteriormente se separó de su esposa. Su madre murió cuando ella tenía 15 años y su familia quedó destruida.
Su padre envió a Margaretha con su padrino a una ciudad vecina, y ahí ella empezó a formarse para ser educadora de jardín de niños. A decir verdad, pronto ocurrió una desagradable situación: el director de la escuela comenzó a coquetear abiertamente con la chica, por lo tanto su padrino decidió sacar a Margaretha de la institución. Después de unos cuantos meses, ella se fue a vivir con un tío que residía en La Haya.

Margaretha se casó a los 19 años con el capitán Rudolf MacLeod, quien en ese momento tenía 39 años. Él había publicado un anuncio en el periódico en el que solicitaba una esposa. La chica quería volverse independiente lo más pronto posible y salir de la custodia de sus familiares. Al final, la pareja, que apenas se acababa de conocer, decidió celebrar una boda. Por supuesto, no se trataba de ningún amor apasionado, el matrimonio simplemente era beneficioso para ambos.
Pronto se mudaron a la isla de Java (Indias Orientales Neerlandesas, actualmente Indonesia), en donde tuvieron un hijo y una hija. En realidad, su matrimonio fue muy desafortunado. Rudolf tomaba mucho y descargaba su frustración con la vida en su joven esposa. Además, él mantenía abiertamente a una concubina, lo cual en aquellos tiempos en las Indias Orientales no estaba prohibido.

Margaretha, cansada de todo esto, decidió dejar a su esposo e incluso tuvo un romance con otro oficial holandés. Al mismo tiempo se dedicó al estudio de las tradiciones indonesias, principalmente a los bailes. Pronto la chica se unió a un grupo de baile local y tomó el nombre artístico de Mata Hari, lo que se traduce en el idioma malayo como “ojo del día”.
Por cierto, a pesar de la opinión generalizada de que Mata Hari tenía raíces indonesias, los científicos han llegado a la conclusión de que su origen asiático o del Medio Oriente es un mito que fue inventado por ella misma.

A pesar de la mala relación que tenían, Rudolf convenció a Mata de volver con su familia, pero su agresivo comportamiento no cambió. La chica siguió tratando de olvidarse de ello estudiando la cultura local.
En 1899 la familia sufrió una tragedia: la muerte de su pequeño hijo. Los padres confirmaron que el niño había sido envenenado por una sirvienta. Supuestamente, Rudolf había ofendido y castigado severamente a su esposo y ella, en venganza, envenenó a sus hijos. En realidad, ambos niños podrían haber muerto, pero su hija pudo recuperarse.
Después de 4 años, los cónyuges regresaron a Holanda y se divorciaron. No obstante, Rudolf le quitó a su esposa el derecho a la custodia de su hija, quien murió a la edad de 21 años.

Al quedarse sin recursos, Margaretha se mudó a París. Allí consiguió trabajo en un circo y actuó como jinete bajo el apodo de Lady MacLeod, pero después decidió hacer una apuesta por los bailes orientales.
Pronto conquistó una gran fama como bailarina oriental, presentándose bajo el pseudónimo de Mata Hari. Precisamente, muchos la consideran la inventora del strip-tease, lo cual en aquellos tiempos era una acción bastante atrevida. El sello distintivo de Mata era deshacerse gradualmente de la ropa en escena hasta dejarla esparcida como pétalos de rosa y quedarse prácticamente desnuda.
En realidad, a pesar de sus bailes atrevidos, Mata Hari nunca fue vista completamente desnuda. La bailarina se avergonzaba mucho de su pequeño pecho, por eso al final de su presentación siempre se quedaba con un gran collar o con un sujetador de piedras preciosas.

También existe la versión de que para actuar ante un amplio auditorio, la actriz vestía una delgada malla del color de su piel, la cual a distancia creaba la ilusión de un cuerpo desnudo.
Para agregar a su look misterio y enigma, Mata Hari se rodeó de un gran número de leyendas. Por ejemplo, ella afirmaba que había sido criada en un monasterio oriental, en donde había aprendido este baile sagrado. La bailarina también aseguraba que era una exótica princesa, hija del rey Eduardo VII y una princesa india.

Mata Hari explicaba que ella se desnudaba al bailar porque así lo prefería el dios Shiva. La mujer dio justo en el clavo, ya que en aquellos tiempos muchas personas de la alta sociedad estaban fascinadas con el Oriente y con sus bailes, en gran parte gracias a la creatividad de la bailarina Isadora Duncan. Y Mata Hari pudo unir estas dos aficiones en sus presentaciones, agregando a ellas una cierta dosis de erotismo.
Rápidamente se hizo famosa no solo en París, sino también en otras capitales europeas. Los periódicos escribían sobre ella de esta manera: “Mata Hari es alta y delgada, con la gracia flexible de un animal salvaje y con el cabello negro azulado”, su rostro “causa una extraña impresión”.
En aquellos tiempos su nombre aparecía en cajas de galletas holandesas y otros dulces, y también en tarjetas postales en donde posaba con atuendos completamente atrevidos. Aprovechando la popularidad de su hija, su empobrecido padre escribió un libro titulado La historia de vida de mi hija y mis objeciones a su exmarido. El autor consiguió unos excelentes honorarios y Mata cosechó aún más fama.

Sin embargo, a pesar de su colosal éxito, en algún momento ella tuvo que dejar su carrera de bailarina y convertirse en cortesana. El hecho es que comenzó a engordar debido a su edad, ya que se volvió bailarina bastante tarde. En el pico de su popularidad, ella tenía 30 años.
Esta mujer no fascinaba tanto a los hombres por su belleza como por su sensualidad. Ella entabló relaciones con militares de alto rango, políticos y otros rostros influyentes de diferentes países. Entre sus muchos amantes, se encontraban el compositor Giacomo Puccini y el barón Henri de Rothschild.

La bailarina tenía residencias en París y en La Haya, la llenaban de costosos regalos, pero al mismo tiempo tenía complicaciones financieras. Lo más probable es que derrochara todo su dinero en juegos de cartas, ya que esta era la verdadera pasión de Mata.
Todo cambió con el inicio de la Primera Guerra Mundial. Si anteriormente todos consideraban a Mata simplemente una actriz y una representante de la bohemia con costumbres libres, entonces, a medida que se acercaba la guerra, comenzaron a percibir a la bailarina como a una peligrosa seductora.
El hecho era que poseía una gran cantidad de amantes y, al ser ciudadana de la Holanda neutral, Mata Hari frecuentemente viajaba por Europa. Esto llamó la atención de los servicios especiales de Francia y Alemania.

En 1916 conoció al joven capitán ruso Maslov y se enamoró de él. Desafortunadamente, el soldado fue enviado muy pronto al frente, en donde perdió un ojo. Según algunos indicios, fue en ese momento cuando Mata decidió convertirse en una espía de Francia en contra de Alemania, para encontrarse con ese hombre al que consideraba el amor de su vida. La contrainteligencia francesa dijo que se le permitiría ver a su amado solo si ella conseguía información relevante. Se le asignó el nombre de agente H-21.

Mata Hari planeaba seducir al príncipe heredero de Alemania y sacarle la información necesaria. A finales de 1916 se dirigió a Madrid, en donde conoció a un agregado alemán y le pidió un encuentro con el príncipe. Sin embargo, en ese momento los franceses recibieron la información de que Mata Hari era una agente doble. Supuestamente, ellos interceptaron un mensaje de la inteligencia alemana que afirmaba que la famosa bailarina trabajaba desde hacía tiempo a favor de Alemania.
Se desconoce si en verdad Mata Hari era una agente doble o si la inteligencia alemana se había percatado de que ella era una espía francesa y decidieron inculparla intencionalmente. De una forma u otra, en 1917 Mata fue arrestada en un hotel de los Campos Elíseos. Se la acusó ante el tribunal de ser espía en favor de Alemania y de haber causado la muerte de decenas de miles de soldados.

La misma Margaretha les juró a sus interrogadores que siempre se mantuvo fiel a Francia. Durante el juicio dijo la frase: “¿Una ramera? Sí, pero una traidora, ¡nunca!” y agregó que ella siempre había vivido por amor y por placer.
Al día siguiente Margaretha Zelle fue declarada culpable. En la celda en la que pasó los últimos días de su vida, su abogado le ofreció engañar a las autoridades y decir que estaba embarazada, pero Mata Hari se negó rotundamente a mentir.

Después de la ejecución de Mata Hari, su cuerpo no fue reclamado por ninguno de sus familiares, por tal motivo se entregó al Museo de Anatomía de París. Por cierto, en el año 2000 los archivistas descubrieron que sus restos habían desaparecido. Al parecer, pudieron haberse perdido en 1954, cuando el museo se trasladó de lugar, pero aun así este hecho originó muchos mitos.
Algo interesante es que todos los documentos del caso de Mata Hari, un total de 1275 páginas, fueron desclasificados por las autoridades de Francia recién en 2017, es decir 100 años después de su ejecución.
Por supuesto, el destino de esta increíble mujer inspiró a muchos directores: se filmaron numerosas películas y series acerca de su vida, y su nombre se convirtió en el epítome de una mujer fatal.