9 Cosas en la vida de las princesas modernas completamente distintas a las de las princesas medievales

Famosos
hace 1 año

De pequeños, muchas veces nos imaginamos que la vida de las princesas es perfecta, como en los cuentos de hadas que leíamos. Sin embargo, además de los príncipes encantadores y los lujos, las princesas tienen muchas más responsabilidades que han ido cambiando a lo largo de los siglos. Eso sí, hay muchos aspectos de la vida de las princesas modernas que en el siglo XIV ni siquiera se hubieran imaginado.

En Genial.guru, decidimos echar un vistazo a las damas de la realeza en la actualidad y comparar cómo ha cambiado su vida con respecto a la vida de las princesas medievales.

1. Las princesas modernas no suelen ser vistas con sus amigas

Es prácticamente imposible ver a Kate o a otras princesas modernas acompañadas de su grupo de amigas durante sus salidas. Si llegan a socializar, suele ser en público y, por lo general, es en eventos de la realeza. Solamente podemos hacer conjeturas y tenemos algunas ideas vagas sobre quiénes son sus amigos más cercanos.

Este es un cambio radical con respecto al siglo XIV. Las princesas de ese período iban a todas partes con sus damas de compañía, hijas de nobles que las acompañaban a eventos públicos, las vestían, cumplían con todos sus deberes y, a veces, vivían en su casa, incluso después de haber tenido su propia familia. A menudo, esas chicas habían sido seleccionadas especialmente para la princesa incluso antes de que naciera.

2. Los deberes y apariciones públicas durante el embarazo no eran algo raro en el pasado

Las princesas embarazadas de la Edad Media a veces tenían que viajar grandes distancias para poder cumplir sus deberes reales, uno de los cuales consistía en recorrer sus vastos territorios. El embarazo o el hecho de dar a luz lejos de casa no era un impedimento para ello, ni para faltar a sus compromisos.

Actualmente, las mujeres de las familias reales son mucho más cuidadosas durante sus embarazos. Un ejemplo de ello fue Kate Middleton, quien se vio obligada a cancelar varios eventos y limitar sus compromisos públicos durante sus tres embarazos debido a una condición severa de náuseas matutinas. A la reina Letizia de España también le recomendaron evitar los viajes durante el embarazo con la infanta Sofía.

3. Los matrimonios de las princesas medievales rara vez eran por amor

Las princesas medievales no tenían derecho de enamorarse y escoger a sus pretendientes. Las propuestas de matrimonio representaban alianzas entre dinastías, y había una especie de “mercado matrimonial internacional” en el que las casas de la nobleza comprometían a sus hijos en matrimonio, en muchas ocasiones desde muy pequeños, con el objetivo de fortalecer sus territorios.

Afortunadamente, eso ha cambiado en la actualidad y tanto las princesas como los príncipes son libres de escoger a sus compañeros de vida y casarse motivados por el amor.

4. Las interacciones con el público eran limitadas

Mientras que las princesas modernas conviven con las personas que les entregan flores y les piden fotos, las princesas del siglo XIV probablemente tenían experiencias mucho más limitadas con el público. Según las fuentes, la vida pública de algunos reyes y su corte estaba bastante restringida, pero había un momento del día cuando la gente de cualquier parte del reino podía acercarse para pedir favores o bendiciones.

Es probable que algunas princesas o reinas medievales también lo hicieran; sin embargo, al ser mujeres, a menudo se las mantenía muy separadas del pueblo.

5. La educación de las princesas actuales es muy superior

La mayoría de las mujeres de la realeza moderna destacan por su educación y amplia cultura. La reina Letizia, por ejemplo, se graduó en Ciencias de la Información con rama en Periodismo, Meghan Markle es egresada de Teatro y Estudios Internacionales, mientras que Kate estudió Historia del Arte en la misma universidad en la que conoció al príncipe William.

Las princesas de la Edad Media, por otro lado, aprendían bordado, hilado y música, además de cómo administrar el hogar, porque una vez que se casaban, se esperaba que fueran anfitrionas y trataran con cientos de personas. También, la mayoría sabía leer y contar. Muchas eran enviadas a conventos para los comienzos de su educación, permaneciendo allí hasta que se casaban.

6. Las comidas oficiales y los banquetes han dado un giro radical

Actualmente, en los pocos banquetes formales a los que las princesas asisten de forma oficial, los platos son servidos uno a la vez. Además, la etiqueta dicta que primero debe sentarse el anfitrión de mayor rango para empezar a comer. Sin embargo, estas normas son relativamente recientes. Antes de que se pusiera de moda en el siglo XIX, las cenas formales en Europa, incluidas las de la realeza, frecuentemente utilizaban el servicio en el que se servían muchos platos a todas las mesas.

7. Las princesas modernas tienen una agenda llena de trabajo y compromisos

Las mujeres de la realeza en la actualidad tienen una agenda bastante apretada. Entre sus labores destacan las obras y causas de caridad, visitas diplomáticas y la asistencia a múltiples eventos. Además, para aquellas que no nacieron en la familia real, sino que se casaron con un príncipe, es necesario aprender el protocolo de comportamiento adecuado, como lo fue en el caso de Meghan Markle, Kate o la princesa Mary de Dinamarca.

Sin embargo, las princesas europeas del medievo se preparaban para otro tipo de labores y no había tantas expectativas sobre su trabajo. Por lo general, se enfocaban en la búsqueda de un buen esposo, la música, el bordado y principalmente asegurar herederos saludables. A pesar de que principalmente los hombres controlaran el poder, en algunas dinastías, las mujeres también tomaban algunas decisiones o incluso llegaban al trono.

8. La regla de la discreción en cuanto a la ropa es relativamente nueva

La ropa de una princesa medieval, así como la ropa medieval en general, estuvo influenciada por los estilos clásicos que prevalecían en la época romana y griega. Durante la Edad Media Alta, se utilizaba una túnica larga que llegaba hasta los talones y se abrochaba a la cintura. También se cubría el cuello y, a veces, la cabeza. Para la confección de la ropa de las princesas se utilizaban los materiales más caros, como pieles y seda de la mejor calidad.

Actualmente, aunque el código de vestimenta para las princesas modernas es bastante estricto, la mayoría de las reglas se centran en no utilizar prendas demasiado llamativas o de mal gusto. Por ejemplo, el largo de las faldas debe ser a la rodilla, los accesorios deben cumplir con cierta discreción (olvídense de los aretes grandes) y las uñas deben ser cortas y en tonos neutrales.

9. Las princesas medievales podían comandar castillos y ejércitos

A pesar de lo que se piensa, las princesas en la Edad Media no eran para nada unas doncellas indefensas en busca de alguien que las rescatara. De hecho, varias mujeres nobles se vieron obligadas a defender sus castillos o tierras y a comandar a sus hombres en tiempos de batalla. Actualmente, esto ha cambiado mucho, ya que los príncipes generalmente reciben una amplia formación militar y sus esposas se dedican a otro tipo de labores relacionadas con la diplomacia.

¿A qué miembro de alguna de las familias reales admiras? Cuéntanos en qué otra época te hubiera gustado vivir y por qué.

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