10 Actos desinteresados que te harán creer en la humanidad

Historias
hace 1 día

En un mundo donde la amabilidad a menudo pasa desapercibida, todavía existen personas que hacen esfuerzos extraordinarios por generar un cambio positivo. Hoy celebramos conmovedoras historias de valentía, generosidad y entrega. Ya sea con grandes gestos o pequeñas acciones, estos ejemplos de bondad nos recuerdan que la bondad puede encontrarse en cualquier rincón de la vida.

  • Yo era un artista luchando por salir adelante, apenas sobreviviendo mientras veía cómo mis sueños se desvanecían entre cuentas sin pagar. Una noche, después de un día frustrante, encontré un sobre debajo de mi puerta. Sin remitente, sin nombre, solo una suma de dinero y una nota que decía: “Para tu próximo proyecto. No te rindas.” Me quedé en shock, pero lo más extraño no fue ese regalo anónimo. Al comenzar a trabajar en mi proyecto, empecé a notar detalles: alguien había arreglado una filtración en el techo, me dejaron materiales de arte en la puerta sin avisar y hasta pagaron la renta del estudio. Todo sucedía en silencio, sin que supiera quién me ayudaba ni por qué. Parecía un cuento de hadas. Y lo más increíble es que la ayuda no terminó cuando terminé mi proyecto. Sentí que me estaban preparando para algo más grande, algo que ni siquiera me había planteado aún.
  • Cuando tenía cinco años, a mediados de los 70, estaba sentado en uno de esos caballitos mecánicos que se mueven afuera de las tiendas. De pronto, una mujer que pasaba puso una moneda y el caballito comenzó a moverse. ¡Yo estaba encantado! Fue un momento de pura felicidad que recuerdo con total claridad. Incluso todavía puedo recordar el rostro amable de aquella desconocida. © bland300 / Reddit
  • En mi primer año de secundaria, un día llovía a cántaros mientras caminaba de regreso a casa. Había olvidado mi paraguas, así que decidí seguir caminando bajo la lluvia. Una señora, quizá de unos 60 años, se me acercó y compartió su paraguas. Caminó conmigo hasta la puerta de mi casa y, durante esos diez minutos, me fue contando algunas lecciones de vida. Me gustaría volver a verla y agradecerle. © Unknown author / Reddit
  • No sé nadar. Una vez, cuando tenía unos 6 años, una amiga me llevó a la piscina de su vecindario. Todo iba bien mientras jugábamos en la parte baja, pero de pronto decidió que sería divertido saltar del trampolín y me hizo hacerlo también. Caí al agua y, en ese instante, me di cuenta: “esto es terrible, ¡no sé nadar!” Me aferré desesperadamente al adulto más cercano y grité: “¡Llévame a lo bajito!” Esa persona nadó conmigo en la espalda hasta que logré tocar el fondo con los pies. © idgapho / Reddit
  • Tras volver de una reunión, encontré una hoja sobre mi silla. Era la impresión de una cadena de correos entre mi jefe y un colega, donde hablaban de despedirme. Al principio pensé que se trataba de una broma, pero los mensajes detallaban fechas específicas y cómo se distribuirían mis proyectos. Busqué el remitente, pero el documento había sido impreso de forma anónima. Dos semanas después, se anunciaron despidos y yo estaba incluida. Nunca supe quién dejó ese papel, pero gracias a ello tuve justo el tiempo necesario para conseguir otro trabajo antes de que llegara el despido.
  • Después de tener a mi bebé y comenzar un nuevo empleo, me sentía muy deprimida. Me costaba entender cómo funcionaba el sistema de devoluciones, y un cliente impaciente comenzó a tratarme con rudeza. Estaba tan sensible que no pude evitar romper en llanto. La siguiente persona en la fila salió de la tienda, y asumí que también se había molestado. Pero, para mi sorpresa, volvió con unas galletas. Había salido a comprármelas. En cuanto me las entregó, volví a llorar, esta vez por un gesto de verdadera bondad. © Unknown author / Reddit
  • Cuando era niño, no teníamos mucho dinero, así que solíamos comprar en tiendas de segunda mano. Lo que más me gustaba era que podías llevarte 10 libros por un dólar. Me sentaba frente a la sección de libros, juntaba montones que me interesaban y luego elegía los 10 definitivos después de revisarlos todos.
    Un día, una señora mayor me vio ahí sentado con mis montones y me preguntó si me gustaba leer. Le dije que sí y le mostré algunos de los libros que más me habían gustado. Sonrió, sacó un dólar de su bolso, me lo entregó y me dijo: “Prométeme que vas a seguir leyendo.”
    Me puse de pie emocionado, le agradecí mientras asentía con la cabeza y ella volvió a sonreír antes de marcharse. Yo regresé a mis pilas de libros, feliz de poder escoger otros 10 más.
    De esto hace unos 20 años, pero aún pienso en ella cada vez que compro un libro nuevo. © -eDgAR- / Reddit
  • Perdí mis boletos para la final de la NBA de 2012 justo cuando iba en camino al estadio. Al llegar a la entrada, me di cuenta de que no estaban ni en mi bolsa ni en mis bolsillos. Me sentí terrible por mí y por mi hermano, que tampoco podría entrar.
    Me alejé de las puertas y me quedé ahí, parado, viendo cómo cientos de personas entraban al partido. En ese momento, un chico y su novia se acercaron y nos preguntaron si estábamos bien y si necesitábamos boletos. Les contamos lo que había pasado, y él nos dijo que había conseguido entradas extra gracias a un amigo, pero no tenía a quién dárselas.
    Así que, ¡muchísimas gracias! a ese chico y su novia. © Er**t__*** / Reddit
  • Hace un par de meses, estaba viajando solo por Tokio. Me senté bajo un árbol en un parque, comiendo un almuerzo sencillo de una tienda de conveniencia, cuando una señora japonesa mayor se me acercó y me ofreció una hoja de periódico para que me sentara. La acepté con gratitud, y luego se sentó a mi lado.
    Ella conocía unas cuantas palabras de inglés y yo sabía más o menos la misma cantidad de japonés, pero logramos tener una conversación básica. Incluso pude explicarle que esa noche tomaría el tren bala (shinkansen) hacia Kioto.
    Entonces metió la mano en su bolso, sacó un billete de 1000 yenes y me lo puso en la mano diciendo: “Shinkansen... bento.” (Un bento es una caja de comida preparada que se vende comúnmente en Japón).
    Ahí estaba yo, solo en un país extranjero, claramente un joven tratando de conocer el mundo con poco presupuesto, y una completa desconocida no solo me hizo compañía un rato, sino que me dio dinero para cenar durante el viaje.
    Conservo ese billete. Pienso enmarcarlo como recordatorio de lo buenas que pueden ser las personas. © shelteredsun / Reddit
  • Estaba en una cita, y él parecía encantador. Cuando llegó la cuenta, la mesera lo miró y le dijo: “Señor, su tarjeta fue rechazada.” Él se puso pálido. Yo solo sonreí y pagué.
    Al salir del lugar, la mesera me tomó del brazo y susurró: “Mentí.” Luego deslizó el recibo en mi mano. Al voltearlo, vi dos palabras escritas con letra apresurada: “Búscalo en Google.”
    Apenas llegué a casa, lo busqué y se me heló la sangre. Era un estafador.
    Al parecer, tenía un patrón: salía con mujeres, ganaba su confianza y luego comenzaba a robarles. Había estado en prisión varias veces por robo, sobre todo en antiguos empleos. Incluso una exnovia había escrito un blog contando su experiencia, paso a paso, incluyendo cómo se conocieron —y era similar a cómo se me había acercado a mí.
    No tengo palabras para agradecerle a esa mesera. Su valentía, su bondad y su rápida reacción me salvaron de algo muy peligroso.
    Entendí que había fingido lo de la tarjeta simplemente para tener una excusa para darme el mensaje.
    Aquella noche no solo me sirvió la cena. Me sirvió una advertencia.
  • Hace años, lloraba por alguna razón en las escaleras de mi escuela. De pronto, una chica que no conocía se me acercó, se sentó a mi lado, me abrazó y se quedó en silencio hasta que me calmé. Luego tomó mi mano, me miró fijamente a los ojos y me dijo: “Todo va a estar bien.” Esperó un momento más, me regaló una gran sonrisa y se fue.
    Nunca la había visto antes, y nunca la volví a ver. A veces todavía pienso en ella.
    Puede parecer algo simple, pero cuando alguien se preocupa por ti sin obligación, sin esperar nada a cambio, sin siquiera conocerte, es una sensación indescriptible. © Wrathgore / Reddit
  • Tomé un vuelo de último minuto rumbo a mi ciudad natal, sin saber si mi hermano estaría vivo al aterrizar. Iba sentada en estado de shock, consciente de que serían los 80 minutos más largos de mi vida. Al parecer, mi rostro lo decía todo.
    Ese avión tenía dos asientos de emergencia y un espacio antes de la puerta, sin ventana, lo que le daba mucho espacio para las piernas a quien se sentaba detrás. Un hombre se sentó ahí y comentó que le encantaba ese asiento por el espacio adicional.
    Luego se inclinó hacia mí y dijo: “Vi tu cara cuando subí al avión y me di cuenta de que necesitas distraerte, así que voy a hablar. Si en algún momento quieres contarme qué pasa, lo haces; si no, solo platicamos.”
    No sé si ese hombre alguna vez entenderá cuánto me ayudaron sus palabras y su gesto. Han pasado seis años, y todavía pienso en lo que hizo: conversar con una completa desconocida que claramente estaba atravesando un infierno.
    Mi hermano está vivo y bien, pero durante ese vuelo, yo no tenía idea si ese sería el caso. © PollyannaToothpaste / Reddit

A menudo subestimamos el poder de la bondad, pero estas 16 historias conmovedoras demuestran que los actos simples de compasión pueden sanar heridas que ni siquiera sabíamos que teníamos. La amabilidad es mucho más transformadora de lo que imaginamos.

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