20 Citas fallidas que salieron de control de forma épica

Si has probado cremas, tratamientos u otros métodos para mantener tu piel libre de acné y aun así sigues teniendo brotes, es posible que la clave esté en tu alimentación. Aunque el acné tiene distintas causas, lo que comes puede influir más de lo que imaginas. Algunos alimentos pueden estimular la producción de sebo, causar inflamación o alterar el equilibrio hormonal, lo que se traduce en granitos. Ahora descubrirás qué alimentos podrían estar afectando tu piel sin que lo sepas, cómo reemplazarlos y qué opciones son más amigables.
Las comidas industrializadas como los snacks envasados, embutidos y comidas precocinadas contienen muchos conservantes, aditivos, colorantes y grasas poco saludables que, ante la acumulación de todas estas nuevas sustancias, favorecen la inflamación y la obstrucción de los poros. Siempre que sea posible, reduce su consumo y reemplázalos por algo más natural.
Aunque son irresistibles e infaltables en fiestas y reuniones, las papas fritas, hot dogs, hamburguesas, nuggets y otros alimentos cocinados con aceites refinados contienen grasas poco saludables que, en exceso, pueden alterar el equilibrio hormonal, favorecer la inflamación y contribuir a la aparición de brotes en la piel. Para una piel más saludable, es mejor reservarlos para ocasiones especiales y optar por métodos de cocción más ligeros en el día a día. Prueba cocinar sin grasa en una freidora de aire u opta por comidas hechas al horno.
Dulces, postres, refrescos, bebidas energéticas, jugos envasados y el chocolate deberían ser un placer ocasional, ya que estos productos, aunque deliciosos, elevan rápidamente la glucosa en sangre, desencadenando procesos inflamatorios en el organismo y estimulando la producción excesiva de grasa en la piel. Para mantener un cutis más equilibrado, es recomendable disfrutarlos con moderación u optar por alternativas más naturales. No es necesario renunciar a ellos, ya que ahora está de moda comer productos sugar free o sin azúcar. ¡Puedes encontrar muchas opciones en tiendas y supermercados!
El gluten no causa acné directamente, pero en algunas personas sensibles puede generar problemas digestivos, afectando la absorción de nutrientes y creando inflamación, lo que podría empeorar los brotes. Alimentos como el pan, la pasta, la pizza y los postres suelen tener gluten, lo que también puede estimular la producción de sebo. Si sospechas que el gluten afecta tu piel, puedes probar en reducir su consumo y observar cambios. Además, encontrarás en el mercado opciones de harinas sin gluten para preparar tus platos. ¡Pruébalas!
Los lácteos, especialmente la leche, se han relacionado con el acné en algunas personas. Los encontramos de muchas formas diferentes dentro de nuestra dieta: leche, queso, yogur, helados y pasteles, y pueden provocar desequilibrios hormonales e intestinales que, posteriormente, generan brotes de acné. Una alternativa es probar leches vegetales como la de almendras, o avena, y otras leches animales como la de oveja o cabra. Para mejores resultados, elige opciones bajas en azúcares añadidos. Afortunadamente, estas alternativas son cada vez más populares en el mercado, lo que facilita su incorporación a la dieta.
Las verduras aportan los nutrientes que la piel necesita para mantenerse equilibrada y libre de imperfecciones. Los vegetales verdes, como la espinaca, el brócoli y la calabaza, contienen zinc y antioxidantes que ayudan a calmar la piel, mientras que las zanahorias, ricas en betacarotenos, favorecen la regeneración cutánea. Incluir más verduras, de todos los colores, en tu alimentación puede marcar la diferencia. ¿Te animas a preparar una deliciosa ensalada?
Las frutas son grandes aliadas para la piel gracias a su contenido de antioxidantes, vitaminas y agua. Ayudan a reducir la inflamación, eliminar toxinas y mantener la hidratación. Consumir más frutas puede hacer que tu piel luzca más sana y menos propensa a los brotes. Los frutos rojos, el kiwi, la manzana y el limón son excelentes opciones. ¡Incluso las puedes usar como mascarillas!
Las grasas buenas, también conocidas como Omega-3, se encuentran en el aguacate o palta, los aceites de oliva, linaza y pescado, y pescados como el salmón y la trucha. Son esenciales para una piel equilibrada, ya que ayudan a reducir la inflamación y regulan la producción de aceites, lo que puede prevenir el acné y favorecer a la cicatrización. Incluirlas en la dieta contribuye a una piel más sana.
El zinc es un mineral esencial que puede ayudar a mejorar el acné gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y reguladoras del sebo. Agregarlo a tu dieta o incrementar su uso es beneficioso. Por suerte se encuentra en varios alimentos, tanto de origen animal como vegetal. Legumbres como los garbanzos y lentejas, vegetales como la col y el brócoli, carnes como el pollo, huevos, mariscos y cereales integrales serán desde hoy tus mejores aliados.
Si tu piel tiene tendencia acneica, intenta incluir con más frecuencia especias antiinflamatorias como lo son la cúrcuma, la canela, y el jengibre o kion en tus comidas. Si no te gustan, los puedes encontrar en forma de suplementos en la farmacia.
Cuando el cuerpo está deshidratado, los procesos internos se ralentizan, lo que genera desequilibrios que pueden favorecer la aparición del acné. El agua, por tanto, es fundamental para una piel sana, ya que ayuda a eliminar toxinas, hace que nuestro hígado y riñones funcionen bien, reduce la inflamación y favorece la hidratación. Aunque no cura el acné, una buena hidratación puede mejorar la función de la barrera cutánea y prevenir la producción excesiva de grasa. Beber al menos 1,5 litros al día impulsa la regeneración celular y ayuda a la piel a eliminar impurezas, haciéndola menos propensa a los brotes. Tu botella de agua puede convertirse en tu mejor aliada. Si deseas algo con sabor o eres fan de los tés, te tengo buenas noticias. El té verde tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y seborreguladoras.