10 Cosas que hacemos con la intención de ser amables, pero quizás deberíamos dejar de hacer
“Ningún hombre es una isla” es un verso de un antiguo poema que significa que no vivimos solos en este mundo. Estamos interconectados con los que nos rodean. Y, bajo esta idea, desde niños se nos enseñan reglas básicas que facilitan la convivencia con nuestros semejantes. Así, aprendemos a ser amables, a mostrarnos corteses, complacientes y afectuosos con los demás. Sin embargo, a veces podemos exagerar en nuestra amabilidad y resultar una molestia para los otros.
En Genial.guru hemos recopilado una lista de acciones que pueden llegar a ser molestas y que tal vez deberíamos dejar de hacer.
1. Ceder el paso a otro auto aunque tengas la preferencia
Cuando alguien va en su auto y tiene el derecho de paso pero insiste en que tú pases primero, causa mucha confusión, sobre todo en intersecciones, ya que -por la costumbre- sabemos quién debe ir primero, y al alterar ese orden podemos causar un accidente. Además, tardamos segundos en aceptarlo y hacemos esperar a los que vienen detrás.
2. Detenerle la puerta a alguien cuando aún está lejos
Cuando entras o sales de algún edificio, alguien abre una puerta y la detiene para que pases. Pero aún estás un poco lejos, así que tienes que aumentar la velocidad para poder llegar a la puerta y no te esperen más. Es un poco incómodo tener que ir más rápido de repente. Mejor trata de no sostener la puerta a menos que vengan justo detrás de ti.
3. Detenerse en un cruce peatonal cuando el peatón aún no está cerca
A veces detenemos el auto en un cruce peatonal para que las personas pasen. Pero si vienen un poco lejos o a una baja velocidad, los obligamos a que aumenten su paso o que corran en el cruce. Mejor no te detengas, no desaceleres a menos que sea totalmente necesario.
4. Una charla casual antes de pedir un favor
Una charla innecesaria antes de pedir un favor solamente hace perder el tiempo de ambos. Si la persona va a ayudarnos, lo mejor es minimizar la cantidad de tiempo que va a invertir en nosotros. Esto aplica al hablar o cuando enviamos un mensaje de texto. Lo mejor es saludar y hacer nuestra petición en el mismo momento.
5. Mandar correos innecesarios
Enviar correos para decir gracias, es correcto en algunas ocasiones. Pero enviarlos a todos los integrantes de una cadena solo satura sus buzones. Hay ocasiones, sobre todo en las empresas, en las que una persona -por error- agrega a todos los empleados, lo que provoca una avalancha de respuestas pidiendo que se les remueva de esa cadena. Pero al enviar un correo pidiendo eso estamos saturando la bandeja de los demás quienes también reciben una copia de cada nuevo mensaje. Al contestar un e-mail considera si es necesario responder, a quién copiar o mejor dejar de hacerlo.
6. Comentar sobre el cuerpo de los demás
Aunque esto puede parecer obvio, a veces cuando alguien nos dice que está a dieta o tratando de perder peso, respondemos: “Te ves bien, no necesitas perder peso”, para sonar más amables. Sin embargo esto no es correcto; hay muchas razones para tratar de llevar una vida saludable, y aunque muchas veces tiene que ver con la apariencia corporal, lo mejor es no hacer ese tipo de comentarios porque pueden ser ofensivos.
7. Hacer café o té para todos en la oficina
Aunque esto es muy amable, a veces es contraproducente, ya que si hacemos algo para todos, la próxima persona se va a sentir en la necesidad de hacer lo mismo. Eso aplica para otras actividades como ir a la tienda, pedir comida y muchas más. Si nadie nos lo pide, mejor es no hacerlo.
8. Integrar a la conversación a alguien que está callado
Cuando estamos en una conversación y preguntamos a alguien: “¿Por qué estás tan callado?”, es una forma de tratar de integrar al otro a la conversación. Pero esto provoca incomodidad en esa persona, en especial si es alguien introvertido. Lo mejor es evitar eso y entender que hay personas a las que les gusta estar calladas o que no tienen nada que decir.
9. Decir “no estés triste”
A pesar de que la persona puede ser nuestro amigo o compañero, tal vez no sepamos la verdadera razón de su tristeza. Lo mejor es tratar de mostrar empatía, hacerla sentir que está bien estar triste y que estamos ahí para apoyarla.
10. Tratar de ayudar cuando no nos lo han pedido
“Más ayuda el que no estorba” es un viejo dicho que aplica muy bien en diversas situaciones. A veces, cuando queremos ser útiles, hacemos lo que creemos que puede ayudar a alguien, pero podemos incomodar a esa persona. Lo mejor es preguntar: “¿En que necesitas que te ayude?” o “¿Cómo te puedo ayudar?”. Una frase célebre dice: “No ayudes a otros sin su permiso. Algunas veces queremos arreglar cosas que para ellos no están rotas”.
¿Alguna vez alguien intentó ser amable contigo pero te acabó incomodando? Cuéntanos en los comentarios tus experiencias.