10 Mentiras que nos enseñaron en la escuela y que nos creímos

Curiosidades
hace 1 año

¿Quién diría que los barcos de Cristóbal Colón en realidad no se llamaban la Pinta, la Niña y la Santa María? Si también te sentiste defraudado tras conocer que tus profesores te mintieron, agárrate, porque aquí te tenemos muchas otras revelaciones que seguramente te harán preguntarte cómo es que esto se sigue enseñando en las escuelas.

1. Nerón no estaba tocando música mientras Roma se incendiaba

Hablemos de Nerón, el emperador de Roma que supuestamente se puso a tocar el violín mientras la ciudad ardía.

Bueno, en primer lugar, no hay evidencia que respalde este rumor de que Nerón estaba tocando el violín (o cualquier otro instrumento) mientras Roma era consumida por las llamas. Entonces, si planeabas agregar “violinista” a los logros de esta figura histórica, es posible que quieras pensarlo dos veces.

De hecho, el emperador se encontraba a aproximadamente a 56 km de la ciudad cuando se desató el fuego, e incluso su palacio se incendió. Pero eso no quiere decir que Nerón fuera un angelito. No, señor. Este hombre utilizó este desastre para “remodelar” el estilo de Roma a su gusto y aprovechó para culpar a los cristianos por la tragedia y perseguirlos en una “cacería de brujas”.

No obstante, a pesar de todo lo cuestionable que pudo haber hecho durante su tiempo como emperador de una ciudad tan particular como Roma, es seguro decir que Nerón no estaba tocando música mientras esta se incendiaba.

2. Las ratas no esparcieron la peste negra

Según un nuevo estudio, es posible que las ratas no hayan sido las culpables de la propagación de esta plaga mortal que se cobró 25 millones de vidas en Europa entre los siglos XIV y XIX. Así es, estos pequeños y lindos roedores podrían estar teniendo cierta mala reputación por una desafortunada confusión.

En cambio, el estudio sugirió que las pulgas humanas y los piojos del cuerpo fueron los culpables de esparcir la peste negra, la cual, como otros padecimientos del pasado, buscaba ser curada con tratamientos médicos un tanto extraños. Los investigadores hicieron una simulación del brote en nueve ciudades europeas. ¿Y adivina qué? En siete de ellas, el “modelo de parásito humano” coincidió mucho mejor con el patrón del brote.

Entonces, la próxima vez que sientas la tentación de culpar a las ratas por la peste negra, recuerda que podrían haber sido las pulgas y los piojos que viven en nuestros propios cuerpos los verdaderos villanos de la historia.

3. Los barcos de Colón no se llamaban la Niña, la Pinta y la Santa María

Cuando Colón recibió luz verde para zarpar a tierras desconocidas, los barcos que lo llevaron a la gloria pasaron a la historia, al igual que él. Solo con el pequeño detalle de que ellos nos son recordados con sus nombres originales.

Las denominaciones reales de sus barcos no eran la Pinta, la Niña y la Santa María. De hecho, estos eran solo sus apodos. La Pinta, por ejemplo, era solo eso, un sobrenombre, y se desconoce el nombre real de la embarcación. Quizá simplemente no pudieron decidirse por una denominación y eligieron “La Pinta” (el manchado) como marcador de posición. Sin embargo, sí conocemos los nombres reales de la Niña (Santa Clara) y la Santa María (la Gallega). Al menos, esta “mentira” fue tan solo parcial, no como las veces en que nuestros padres nos contaron falsedades descaradas solo porque éramos niños.

4. A Isaac Newton nunca le cayó una manzana en la cabeza

Probablemente hayas escuchado la historia de cuando Isaac Newton estaba sentado debajo de un manzano y una manzana lo golpeó en la cabeza, suceso que lo llevó a descubrir la gravedad. Sin embargo, la cosa es que esa historia es un mito total. En realidad, no había ningún manzano en el Trinity College de Cambridge, donde Newton era estudiante. Esta gran mentira fue tejida por sus admiradores a partir de su sencilla historia original. Quizá, estos pensaron que hacía que el descubrimiento de la gravedad pareciera más emocionante.

La verdad es mucho menos dramática. Mientras Newton estudiaba en Cambridge, visitó el jardín de su madre en Woolsthorpe, Lincolnshire. Fue allí donde vio caer una manzana verde de un árbol y comenzó a considerar el mecanismo que impulsaba lo que ahora conocemos como gravedad. Por lo tanto, no se golpearon cabezas al hacer este descubrimiento. Aun así, es una historia bastante buena, y el hecho de que aún exista un árbol que sea descendiente del original en el jardín de la madre de Newton solo la hace más emocionante.

5. No se quemaban brujas en Salem

Muchas historias afirman que las brujas eran cazadas y quemadas en la hoguera, pero esto no es cierto para la América colonial. Los historiadores dicen que las personas declaradas culpables de brujería en esa época eran ahorcadas, de acuerdo con la ley inglesa colonial. Sin embargo, un lugar donde sí quemaron brujas fue en Inglaterra.

Mientras que en la tradición legal angloamericana, el ahorcamiento era el castigo más severo, algunas brujas acusadas en las colonias recibieron una condena menor. Las únicas excepciones a esta regla fueron Giles Corey y su esposa, quienes fallecieron por tortura tras negarse a declararse culpables.

Aunque ninguna bruja fue quemada en la hoguera en Salem, este era un método común de ejecución para las de los países católicos de Europa. Sin embargo, Laura Stokes, profesora de historia en la Universidad Stanford, comentó que más tarde, cuando algunas colonias pasaron al control de España, puede que haya habido casos de brujas quemadas en la hoguera.

6. Van Gogh no se cortó la oreja completa

La verdadera historia de la oreja de Van Gogh ha sido tema de debate durante años. En general, se aceptaba que el pintor se había cortado solo una parte de esta después de un enfrentamiento con Paul Gauguin, su colega. Pero en el libro de Bernadette Murphy, La oreja de Van Gogh: la verdadera historia, un boceto del médico del artista, el Dr. Félix Rey, muestra que se había cortado prácticamente toda la oreja. Sin embargo, podría decirse que no tiene una importancia fundamental si fue toda o parte de ella, ya que el punto principal es que Van Gogh estaba en un estado tan perturbado que se mutiló gravemente.

Hubo varios testigos clave del evento, y sus relatos variaron. La cuñada de Vincent escribió en sus memorias que se había cortado “un trozo de la oreja”. Sin embargo, el Dr. Paul Gachet, quien vio a Van Gogh en varias ocasiones durante sus diez semanas en Auvers, dijo que “no era toda la oreja, sino un poco más que el lóbulo”. Gauguin, quien había huido a un hotel unas horas antes del incidente, pero que regresó a la mañana siguiente, escribió en sus memorias que Van Gogh se había “cortado la oreja”. En última instancia, el incidente sigue siendo un símbolo trágico de la agitación interna del pintor.

7. Quienes construyeron las pirámides no eran esclavos

Las pirámides de Guiza son algunas de las estructuras más impresionantes y duraderas de la historia humana. Construidas hace más de 4500 años en la era del Imperio Antiguo de Egipto, son tumbas monumentales que fueron hechas para ayudar a preparar a los faraones para el más allá.

De hecho, su construcción fue una impresionante hazaña de ingeniería que todavía desconcierta a los científicos de hoy. Contrario a lo que se cree, los trabajadores que construyeron las pirámides eran hábiles, estaban bien alimentados y vivían en una ciudad cercana. Además, excavaciones arqueológicas han revelado una comunidad altamente organizada que estaba respaldada por una fuerte autoridad central.

Incluso es probable que las comunidades de todo Egipto contribuyeran con trabajadores y recursos para el proyecto, que fue un esfuerzo nacional para mostrar la riqueza y el poder de los faraones. Estas revelaciones han llevado a los expertos a creer que fueron las pirámides las que construyeron Egipto, y no al revés.

8. Galileo no fue el primero en descubrir que el planeta gira alrededor del sol

Contrario a lo que se piensa, Aristarco de Samos, y no Galileo Galilei, fue el primer astrónomo y matemático que presentó el modelo heliocéntrico del universo, el cual ubica al Sol en el centro con la Tierra girando a su alrededor. De hecho, Aristarco fue alumno de Estratón de Lámpsaco. Observó el solsticio de verano del 280 a. C. y, gracias a ello, logró estimar los tamaños del Sol y la Luna, así como sus distancias a la Tierra. También identificó al “fuego central” como el Sol, y puso los planetas en el orden correcto a su alrededor.

Las ideas de Aristarco a menudo fueron rechazadas en favor de las teorías geocéntricas de Aristóteles y Ptolomeo, pero su trabajo influyó a Nicolás Copérnico, quien era consciente de la posibilidad de una teoría de “la Tierra en movimiento”, aunque no está claro si sabía que Aristarco había propuesto un modelo heliocéntrico.

9. Napoleón Bonaparte no era tan bajito

Napoleón era conocido por su uso de la propaganda y era consciente de la importancia de dar forma a su reputación. Sin embargo, había un aspecto de su legado que no podía controlar, y se trataba del persistente rumor de que era bajo de estatura.

Su apodo incluso era “le Petit Caporal” (“El pequeño cabo”), el cual originalmente fue pretendido como un término afectuoso por parte de sus soldados, más no como un reflejo de su estatura. De hecho, muchas pinturas francesas contemporáneas, incluyendo el famoso retrato ecuestre de Jacques-Louis David, sugieren que Napoleón tenía una altura promedio (1,70 m).

A los artistas ingleses, sin embargo, les gustaba representar a esta figura como un hombre diminuto, y pronto, el rumor de un pequeño Napoleón se convirtió en la representación estándar del emperador en los periódicos ingleses.

10. María Antonieta nunca dijo “que coman pasteles”

La expresión “Que coman pasteles” a menudo se asocia con María Antonieta, pero en realidad se acuñó antes de que ella naciera. Se dice que la frase francesa “Qu’ils mangent de la brioche” (“Que coman brioche”) fue pronunciada en el siglo XVIII por “una gran princesa” cuando le dijeron que los campesinos no tenían pan.

Sin embargo, a pesar de que se la atribuye a María Antonieta para reflejar su frívolo desprecio por los campesinos hambrientos y su poca comprensión de la difícil situación, esta fue pronunciada por primera vez en 1765, cuando ella apenas tenía 9 años y aún no había puesto los pies en Francia. Además, esta se le adjudicó décadas después de su muerte, y es poco probable que alguna vez la haya dicho en realidad.

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